Miguel de Cervantes Saavedra nace el 29 de septiembre (día de San Miguel) de 1547 en Alcalá de Henares, un pueblo del centro de España, situado al noroeste de Madrid. Lo bautizan el 9 de octubre en la Iglesia parroquial Santa María la Mayor. Sus padres son Rodrigo Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas, y él es el cuarto de los siete hijos de este matrimonio. Su padre es cirujano barbero, un trabajo con escasos ingresos y baja consideración social. Esta actividad hace que la infancia de Cervantes transcurra en constantes peregrinaciones por ciudades castellanas. Acosado por deudas, su padre abandona Alcalá y se dirige a Valladolid. Luego la familia se asienta en Córdoba, donde reciben ayuda económica del abuelo paterno.
Cervantes aprende sus primeras letras en la escuela de unos parientes. Luego, en el Colegio de Santa Catalina, inicia sus estudios. En 1556, la familia parte a Sevilla, que en ese momento era la puerta de España a las riquezas de las Indias. Algunos de sus biógrafos creen que allí Cervantes estudia con los jesuitas, pero no está probado documentalmente. También en esta ciudad conoce el teatro de Lope de Rueda. Se hace asiduo espectador. Seguramente este dramaturgo impactó en Cervantes, que ya empieza a interesarse por el mundo literario.
En 1566, la familia se traslada a Madrid. Allí Cervantes completa su formación e inicia su carrera literaria. No hay certezas acerca de si asistió a la universidad. Sin embargo, sus obras muestran cierta familiaridad con las costumbres estudiantiles. De ese mismo año data su primera obra literaria: un soneto que escribe con motivo del nacimiento de la Infanta Catalina, hija de Felipe II e Isabel de Valois. En 1568 estudia con el humanista Juan López de Hoyos, rector del Estudio de la Villa, con quien conoce la literatura latina y la literatura española de su tiempo. A esta formación debe añadirse su afán autodidacta y su posterior conocimiento de la literatura italiana. La relación con López de Hoyos le da la posibilidad de incluir cuatro poemas en el libro Exequias, publicado con motivo de la muerte de la reina Isabel de Valois. Estos poemas nos muestran a un joven versificador con estilo parecido al de Garcilaso de la Vega. En el citado libro, López de Hoyos se refiere a Cervantes como “nuestro caro y amado alumno”.
En 1568 arrestan a Cervantes por haber herido en un duelo a Antonio Segura. Lo condenan al destierro y a la amputación de la mano derecha, pero sale de España huyendo de esta sanción. En diciembre de 1569, en Roma, está al servicio del cardenal Acquaviva. Allí tiene la oportunidad de familiarizarse con la literatura italiana del momento. Después, abandona el ámbito eclesial para entrar en las milicias. En Nápoles se alista en la compañía de Diego de Urbina, perteneciente a la armada española comandada por don Juan de Austria. España valora la continuidad de su dominio y hegemonía en el Mediterráneo. En consecuencia, su campaña para ese entonces está dirigida a sacar del medio al Imperio turco. A bordo de la galera Marquesa, el 7 de octubre de 1571, participa en la batalla naval de Lepanto. Esta batalla marca a Cervantes para siempre. Allí recibe varias heridas de guerra, pero hay una que inutiliza su mano izquierda de por vida. Por ella recibió el apelativo “el manco de Lepanto”. Pese a su discapacidad, se reincorpora a las milicias e interviene en varias campañas militares. Entre 1573 y 1574, vive alternativamente en Nápoles y Sicilia. Conoce a una joven que designa con el apelativo “Silene”, y con quien tiene un hijo. En este período logra su promoción al grado de capitán, con lo cual se propicia una situación un poco más acomodada. Asimismo, está provisto de varias cartas de recomendación para que sean reconocidos sus servicios ofrecidos a la corona española.
En 1575 se embarca con su hermano Rodrigo en Nápoles con destino a Barcelona. Una tempestad hace que se disperse la nave en la que viajan y frente a la costa catalana son asaltados por corsarios turcos. Los prisioneros son conducidos a Argel. La mayoría de ellos son vendidos como esclavos. En Argel el tráfico de personas es intenso. Cervantes y su hermano padecen un prolongado cautiverio, pero gracias a algunas cartas de recomendación se salvan de ser vendidos. Sin embargo, una de las cartas, firmada por Juan de Austria, les hace creer a sus captores que Cervantes es una persona de elevada condición, por lo cual se fija un elevado rescate de quinientos escudos de oro. La familia Cervantes no posee riquezas para pagar esta suma. Los cinco años de cautiverio son una durísima prueba para Cervantes, quien realiza cuatro intentos de fuga, todos sin éxito. En varias oportunidades salva su vida de la ejecución a la que se lo ha sentenciado. En el cuarto intento es condenado a una prisión más rigurosa. Su hermano logra ser rescatado en 1577. En 1579, su madre trata de reunir dinero a través de préstamos y garantías. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de los trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella, quienes ayudan a reunir el monto del rescate juntando limosnas por casi toda España. Finalmente, el 19 de septiembre de 1580, Cervantes es liberado, y el 24 de octubre de ese mismo año llega a las costas españolas. Este período de cautiverio deja una profunda huella en su obra literaria, como podemos ver, por ejemplo, en el “El trato de Argel” y en la historia del cautivo intercalada en el Quijote (Capítulos 39 a 41).
Cervantes regresa a Madrid con treinta y tres años. Su familia ha empobrecido gravemente y una crisis afecta a todo el Imperio español. Él renuncia a su carrera militar y pide ser funcionario en las Indias, pero es rechazado. Por ese entonces tiene una hija, Isabel, fruto de un romance clandestino con Ana de Villafranca. Su hija se cría con su madre y con su padre adoptivo, Alonso Rodríguez. Hacia el año 1584, Cervantes se casa con Catalina Salazar y Palacios, quien pertenece a una familia de Esquivias, pueblo campesino de La Mancha. Tras su boda, se inicia un breve período de tranquilidad en su vida.
Unos meses antes, Cervantes ha concluido su novela pastoril La Galatea, que tiene buena acogida del público, y anima al autor a dedicarse a escribir comedias. Por ese entonces, Lope de Vega es el preferido de la escena española. Este autor ha instaurado un nuevo estilo en la comedia, mientras que Cervantes es respetuoso de las normas clásicas.
Entre 1585 y 1600, Cervantes escribe entre veinte y treinta obras que no tienen éxito en sus escasas representaciones. Muchas de ellas han desaparecido. Solo se conocen nueve títulos y dos textos: “Los tratos de Argel” y “Numancia”. Por un tiempo prolongado deja de escribir comedias, actividad que retoma cerca del final de su vida.
Durante el período señalado anteriormente, Cervantes tiene su residencia en Esquivias, pero suele visitar Madrid. Allí lee y se contacta con autores de su tiempo. En 1587 ingresa a la Academia Imitatoria, primer círculo literario madrileño. También ese año lo designan Comisario real de abastos (recaudador de impuestos para la Armada Invencible). Se instala en Sevilla. En 1592 es encarcelado por procedimientos inadecuados en sus funciones: lo acusan de vender parte del trigo requisado. En 1594 muere su madre. Él abandona Andalucía y regresa a Madrid.
El 16 de enero de 1605 se publica la primera edición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha con un éxito inmediato. Así y todo, la fama de la obra no tiene efectos económicos relevantes para Cervantes. Con el objetivo de cubrir sus necesidades económicas, ingresa en 1609 a la Cofradía de los esclavos del Santísimo Sacramento, a la que pertenecen también sus contemporáneos Lope de Vega y Francisco de Quevedo. Cervantes desea ser parte del mecenazgo del Conde de Lemos, a quien dedica algunas obras, pero no lo consigue. Comienza a escribir a un ritmo acelerado. En 1613 se publican sus Novelas Ejemplares y, al año siguiente, Viaje al Parnaso. En 1614 aparece la segunda parte del Quijote, firmada por un autor apócrifo, Alonso Fernández de Avellaneda, que se presenta como la continuación de las andanzas del personaje cervantino. Si bien Cervantes prepara la publicación de otras obras (ocho comedias y ocho entremeses), este evento acelera la redacción y publicación de su segunda parte del Quijote (1615). Al año siguiente, termina su novela de aventuras Los trabajos de Persiles y Segismunda.
En abril de 1616 recibe la Extremaunción. El día 22 o 23 de ese mes muere en su casa de Madrid. Lo sepultan envuelto en un hábito franciscano en el convento de las Trinitarias Descalzas. Tras una remodelación de dicho convento, se desconoce el lugar exacto en donde se hallan sus restos.