El Niño con el Pijama de Rayas, publicado en el Reino Unido con el título alternativo El Niño con el Piyama de Rayas, ganó muchos premios internacionales e irlandeses, incluidos dos premios irlandeses para el libro y el Libro Bisto del año. Alcanzó la lista de los más vendidos del New York Times con más de 50 millones de copias vendidas en todo el mundo. El libro ocupó el primer lugar de ventas en Irlanda durante más de 80 semanas y fue el libro más vendido en España durante dos años.
Boyne siempre había estado fascinado por el Holocausto y había estudiado el contexto histórico del genocidio y la Segunda Guerra Mundial. Él cuenta que durante las primeras 100 horas de haber tenido la idea inicial de escribir una novela ambientada en el Holocausto, había terminado el primer borrador de El Niño con el Pijama de Rayas. El final de la novela fue escrito en base a ese primer borrador hecho el 30 de abril de 2004.
El Niño con el Pijama de Rayas viene descrito en la portada como "una fábula", una caracterización que Boyne ha dicho que eligió para explicar algunos de los aspectos poco realistas de la historia. En entrevistas el autor enfatiza que en lugar de ser una novela histórica sobre Auschwitz, el libro debe ser una historia universal sobre cualquier campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial, ya que miles de niños fueron víctimas durante ese tiempo. Es la razón que da para explicar por qué "Auschwitz" nunca aparece en la novela; más bien, el lector sólo obtiene el nombre que Bruno ha malinterpretado "Auchviz".
La confusión de Bruno sobre la situación en "Auchviz" es un ejemplo de la técnica de des familiarización de Boyne. A través de la voz de un narrador limitado en tercera persona, Boyne lleva al lector a Auschwitz e introduce las cosas terribles que tienen lugar allí como si el lector no tuviera conocimiento previo sobre el tema. Esto le permite al lector evitar categorizar inmediatamente a las víctimas del Holocausto como los "Otros", fundamentalmente diferentes e incognoscibles. Más bien, el lector gana la perspectiva de la inocencia infantil de Bruno.
Al caracterizar a El Niño con el Pijama de Rayas como una fábula, Boyne evita las especulaciones retrospectivas que a menudo marcan las novelas del Holocausto. Al contrario, el autor nos muestra que la historia de Bruno es una alegoría, que sirve como una representación intemporal de las atrocidades y las personas que participan y / o se convierten en víctimas de las atrocidades. Plantea la cuestión de si los perpetradores de horrores como el Holocausto podrían reconsiderar su comportamiento si ellos mismos se convirtieran en víctimas del horror, que es lo que le sucede al padre de Bruno.
El libro es un ejemplo de una tendencia en la literatura infantil que reconoce hasta qué punto los niños pueden ser testigos y víctimas de problemas mucho más importantes que ellos mismos. Aunque el Holocausto y todas sus atrocidades están fuera del ámbito de la comprensión de Bruno, siendo un niño, él y su familia son participantes. Bruno se convierte en víctima al final de la novela.
Mientras crecía en la Irlanda devastada por la guerra, Boyne dijo que sentía una conexión personal con la historia de El Niño con el Pijama de Rayas. Esta conexión se revela en ciertos detalles: por ejemplo, los personajes de Bruno y Schmuel comparten un cumpleaños, entre otras similitudes. La fecha específica del 15 de abril de 1934, corresponde al cumpleaños del padre de Boyne.