La Comedia famosa de Fuenteovejuna es considerada una obra fundamental de la cultura española, y una de las obras maestras de Lope de Vega. El dramaturgo la compuso en el siglo XVII, entre 1612 y 1614. Está escrita en verso, como casi todas las comedias del siglo XVII, y se divide en tres actos.
En el argumento aparecen temas históricos y políticos, junto con temas como el amor y el honor. El dramaturgo construye el texto ficcional a partir de hechos históricos: se basa en la Chronica de las tres órdenes y cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, escrita por el capellán de la Orden fray Francisco de Rades y Andrada en 1572. Allí se narran los hechos ocurridos en Fuenteovejuna en 1476. La crónica relata los malos tratos de un Comendador hacia los habitantes de este pueblo, su abuso del poder y, sobre todo, la violencia sexual que ejerce sobre las mujeres. Este es el motivo que enciende la chispa de la revuelta popular que termina con su vida. Lope de Vega realiza importantes cambios en la historia en la que se inspira, que había transcurrido 136 años antes, para darle a su obra un valor universal.
Lope de Vega escribe el texto de la comedia para los hombres y mujeres de su época, por lo que hay palabras que han cambiado su significado en la actualidad, o han dejado, directamente, de tener significado. Por otro lado, la obra reúne muchas de las características aconsejadas por Lope en su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1619). Por ejemplo, no respeta las unidades clásicas de tiempo y lugar, a las que el dramaturgo se opone, y tiene un sistema polimétrico, es decir, incluye estrofas con versos de diferente métrica, ajustados a los diferentes personajes y situaciones.
Muchos años después de su escritura, la comedia se traduce al francés primero (en 1822) y al alemán después (en 1845). No obstante, el país en el que despierta mayor interés es Rusia. Una puesta en escena de 1876 resulta un éxito rotundo e inspira llamamientos a levantamientos en la calle. A principios del siglo XX, entonces, se convierte allí en un símbolo de lucha para los trabajadores. A pesar de su presencia en escenarios extranjeros, no hay registro de que la obra se haya representado en España durante el siglo XIX. A comienzos del siglo XX, los intelectuales españoles se interesan por los clásicos del Siglo de Oro y Fuenteovejuna llega a ser leída, entonces, como equivalente a cualidades positivas como la justicia o la hispanidad (Wheeler: 2012, 78). En las primeras décadas de su redescubrimiento, en el siglo XX, casi toda la crítica pone atención en su contenido ideológico. Desde entonces, se ha recobrado un gran interés por la obra, que ha recibido múltiples nuevas interpretaciones.