“Pero ¡fíate del agua mansa!, que esconde muchas cosas que aborrezco” (Madame Pernelle, Acto I, Escena I, p.3) (Metáfora)
A través de esta metáfora, Madame Pernelle describe, apenas iniciada la obra y desde su perspectiva, el carácter de Mariana. Según ella, Mariana simula ser sumisa y obediente, inofensiva como el agua mansa, pero en realidad esconde cosas negativas. El agua mansa también puede ser peligrosa por el ramaje, los pequeños pozos, o incluso animales que hay debajo. Para Madame Pernelle, Mariana es una libertina, como todos en esa casa, y aquello que esconde debajo de su fachada son vicios.
El paso de la obra nos demostrará que Madame Pernelle está equivocada y que, realmente, Mariana es realmente sumisa e inofensiva.
"¿No sabes hacer distinción entre la hipocresía y la devoción? ¿Quieres acaso explicar las dos con las mismas palabras y hacer el mismo honor a la máscara que a la verdad, igualar el artificio con la serenidad, confundir la apariencia con la realidad, apreciar el fantasma tanto como a la persona y la falsa moneda igual que la buena?" (Cleante, Acto I, Escena V, p.8) (Símiles)
En este parlamento, Cleante se expresa a través de una serie de símiles para hacerle entender a Orgon que está confundido en su percepción sobre Tartufo. Primero nombra literalmente los dos elementos que va a comparar: la hipocresía y la devoción. A continuación, a la hipocresía la llama "máscara" y la compara con la devoción a la cual denomina como "verdad". Luego, la hipocresía es denominada "artificio" y comparada con la "sinceridad". Posteriormente las denomina "apariencia" y "realidad", "fantasma" y "persona". Finaliza esta comparación múltiple oponiendo la falsa moneda a la buena.
En esta sucesión de símiles, se nota claramente la desesperación de Cleante en su intento de abrirle los ojos a Orgon. Recurre a las diferentes comparaciones para explicarle, una y otra vez, lo mismo, intentando que alguna de estos símiles cale hondo en su cuñado. Por supuesto, Orgon no se deja convencer.
“Sin embargo, mi pecho no encierra un corazón de piedra” (Tartufo, Acto III, Escena III, p.20) (Metáfora)
La metáfora aquí está en decir "corazón de piedra" para referirse a uno que no tiene sentimientos, que no tiene vida (como las piedras). Es una frase interesante, porque aquí Tartufo, quien miente en toda la obra, está diciendo la verdad. Su corazón no solo no es de piedra, sino que es demasiado sensible a la belleza de Elmira. De haber tenido, verdaderamente, un corazón de piedra, Tartufo habría sido imposible de desenmascarar.
“Es preferible mostrarse prudente, con dulzura, en vez de ponerse nerviosa como esas beatas cuyo honor parece armado de garras y dientes, y arañan a la menor palabra que se les dirige” (Elmira, Acto IV, Escena III, p.27) (Símil y metáforas)
A través de esta comparación, Elmira explica por qué no le dice a Orgon que Tartufo intentó seducirla. Compara su prudencia y silencio con el escándalo que hacen las beatas cuando se las quiere seducir. Allí está el símil.
En realidad, lo interesante aquí es que Orgon desconfía de Elmira, como desconfía de la moral de toda su familia. Por eso, se siente tranquilo al afirmar que Tartufo la va a proteger de sus pretendientes. Así, en teoría, se garantizará que no le sea infiel. A partir de esto, uno puede inferir que si Elmira se muestra prudente es porque sabe que Orgon, si ella le grita la verdad en la cara acerca del intento de seducción de Tartufo, no va a creerle; Tartufo es más creíble que ella.
“Recojo con la mayor buena fe a un hombre hundido en la miseria, le alojo en mi casa, lo considero como a mi propio hermano, lo colmo de atenciones, le entrego a mi hija y todos mis bienes, y él ¡infame!, pretende seducir a mi esposa…” (Orgon, Acto V, Escena III, p.33) (Símil)
El símil que aquí aparece es clave en toda la obra. Orgon afirma que trató a Tartufo como a un hermano, y este lo traicionó. Varias veces, durante la obra, Orgon lo llama "hermano mío".
Pero además de llamarlo así, Orgon considera realmente a Tartufo parte de su familia. Incluso, se podría decir que lo considera un familiar más cercano que el resto. Cree más en él y es más devoto para con él que para con su mujer y sus hijos. La decisión de Molière de que Orgon lo llame "hermano" no es casual, sino que responde a reforzar este efecto de estrecha familiaridad que establece con Tartufo. Aquí, al develarse la traición, se termina la "hermandad" entre ambos.