Benito María de los Dolores Pérez Galdós, más conocido como “Benito Pérez Galdós”, nace en Las Palmas de Gran Canaria, España, el 10 de mayo de 1843, y muere en la ciudad de Madrid el 4 de enero de 1920, a los setenta y seis años de edad. Es considerado uno de los mayores exponentes del realismo literario español del siglo XIX, y ha publicado novelas, dramas, crónicas, cuentos y ensayos. Además, es conocida su labor como funcionario en la política de su nación y como académico de la Real Academia Española.
Galdós nace en una familia numerosa: es el décimo hijo de la pareja formada por Sebastián Pérez Macías, un coronel del ejército que lucha en la guerra de la Independencia, y Dolores Galdós Medina. Realiza sus primeros estudios, siendo niño, en el Colegio de San Agustín. En 1862 se gradúa con el título de bachiller en Artes en el Instituto de La Laguna, en Tenerife. Tras esto, viaja a Madrid para estudiar Derecho, carrera que no finaliza. En esta ciudad comienza a vincularse con escritores de la talla de Leopoldo Alas Clarín y tiene una agitada vida social vinculada con su asistencia a tertulias y al teatro, que le interesa más que sus estudios universitarios. Comienza a escribir, en esta época, en periódicos como La Nación, El Debate y Las Cortes, y también en la Revista del Movimiento Intelectual de Europa. En 1868, traduce Pickwick Papers, de Charles Dickens, y viaja como corresponsal a Francia en dos ocasiones.
Su afición a la historia comienza en su niñez, debido a los relatos con los que lo cría su padre. En su juventud en Madrid y a partir de los hechos históricos que atraviesa España en ese momento, relacionados con el derrocamiento de Isabel II, en 1968, y a partir de la Revolución de Septiembre, se ve compelido a comenzar a escribir. Primero lo hace en los periódicos, luego en lo que será la voluminosa obra literaria sobre la historia de su país: los Episodios nacionales.
En 1870, publica su primera novela, La Fontana de Oro. En el mismo año, aparece por entregas La sombra en La Revista de España, que se publica completa un año después. De la misma forma y en el mismo medio, aparece El audaz: primero por entregas y, en 1872, publicada como libro. En estas tres primeras obras, todavía hay presente cierto influjo del Romanticismo, movimiento literario que abandonará luego.
En 1873, comienza a publicar los Episodios nacionales, un conjunto de cuarenta y sesis obras literarias dedicadas a recuperar la memoria histórica española a través de la ficción: diversos personajes, en muchos casos recurrentes, toman parte en los hechos históricos acontecidos durante el siglo XIX. La primera de estas novelas es Trafalgar que, como bien sugiere su nombre, narra la batalla de Trafalgar, ocurrida en 1805, cuya derrota simboliza el fin de España como potencia. El último de los Episodios publicados es la novela Cánovas (1912), situada entre 1874 y 1880, en los inicios de la Restauración borbónica. Galdós no llega a culminar su proyecto, que incluiría cuatro novelas más. Esta obra monumental lo ubica como un referente insoslayable de la novela histórica.
Además de los Episodios, la obra de Galdós se compone por novelas de tesis en las que, sobre todo, desde una posición progresista, denuncia el clericalismo. Sus tres primeras obras ya mencionadas se enmarcan aquí, así como también Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), La familia de León Roch (1878) y Marianela (1878).
Por otro lado, Galdós se destaca como un gran exponente del naturalismo. Entre 1881 y 1889 publica una gran cantidad de obras a las que les asigna el nombre de “Novelas españolas contemporáneas”. Este primer conjunto, conocido por su raigambre realista y naturalista, se amplía en la década siguiente con el “Ciclo espiritualista”, que llega hasta 1897 y que se vincula con nuevas búsquedas literarias, con sus lecturas de autores rusos y con el despliegue de temas éticos y religiosos. Las “Novelas españolas contemporáneas” comienzan con La desheredada (1881), en la que se narra la historia de una joven prostituta. Entre las obras de estas dos décadas se encuentran grandes títulos, como Miau (1888), el conjunto de la Tetralogía de las Novelas de Torquemada (publicado entre 1889 y 1895), Tristana (1892), Nazarín (1895) y Halma (1895). La más importante de las obras de este conjunto es la extensa Fortunata y Jacinta (1887), aclamada por la crítica y considerada como uno de los mayores hitos del realismo literario español y de la novela del siglo XIX en general. En esta etapa de su producción literaria, Galdós es crítico de la burguesía y de su ausencia de principios éticos.
Además de sus cuarenta y seis Episodios nacionales y sus treinta y uno novelas, Galdós escribe veintitrés obras de teatro: Electra (1901) y Casandra (1910) son sus dos obras dramáticas principales y polémicas. Sus cuentos, por otro lado, son publicados en diversos diarios y revistas.
Por la calidad de su obra literaria, se lo propone como candidato al Premio Nobel de Literatura en 1912. Sin embargo, no lo consigue debido a un boicot en su contra: en España, los conservadores no quieren a Galdós por su anticlericalismo y sus ideas políticas, por lo que realizan una campaña en la que, incluso, escriben telegramas a la Academia Sueca para que no le otorguen el galardón.
Además de ser escritor, Galdós se desempeña políticamente como diputado. En 1886, es elegido diputado a Cortes por Guayama (Puerto Rico), por el Partido Liberal. En 1910, comienza actividades políticas como líder de la Conjunción Republicano-Socialista.
En relación con su vida sentimental, poco se sabe al respecto. Se le conocen amores con la novelista Emilia Pardo Bazán y la actriz Concha Morell. Además, tiene una hija llamada María Galdós Cobián, en 1892, con Lorenza Cobián. Sin embargo, nunca contrae matrimonio.
Muere ciego, en su casa de Madrid, el 4 de enero de 1920. Una multitud de treinta mil personas acompañan su ataúd en el entierro en el cementerio de la Almudena.