Carmen Laforet y Díaz nace en la casa de su abuela paterna, ubicada en la calle Aribau N.° 36, de la ciudad de Barcelona, el 6 de septiembre del año 1921. Es hija de un arquitecto y profesor de dibujo y de una docente que jamás llega a desempeñar la labor de manera profesional. Sus padres se conocen en Toledo, cuando su madre estudia, gracias a la obtención de becas, la carrera de Magisterio, y él asiste a dar una clase de dibujo a su casa de estudios. Se casan cuando la joven tiene dieciocho años y más tarde, dos años después del nacimiento de su primogénita, se mudan, por motivos laborales, a Las Palmas de Gran Canaria, para que el hombre trabaje en la Escuela de Peritaje Industrial. En la isla, la pareja tiene dos hijos más: Juan y Eduardo. En la casa poseen una biblioteca, y la madre, que se encarga de la crianza de los hijos, los forma desde pequeños en la lectura de clásicos españoles. Su padre, un hombre instruido y culto, es campeón de tiro con pistola; deporte que enseña a sus tres hijos.
En Canarias, Carmen y su familia viven durante los tres años que dura la guerra civil española, pero no pasan la misma violencia o la pobreza que se sufre en otras partes del país, dado que no se desarrollan combates ni bombardeos en el lugar. La madre de Carmen Laforet fallece en Canarias el día que cumple treinta y tres años, cuando su hija tiene trece. Su padre vuelve a contraer matrimonio con una mujer con la que Carmen no consigue nunca tener un buen trato, dado que se interpone entre la relación de la joven y su padre; en algunos de sus textos autobiográficos, compara a esta mujer con las madrastras de los cuentos maravillosos.
En el año 1939, al terminar el Bachillerato y con la guerra concluida, Carmen decide viajar a Barcelona, a la casa de su abuela, para estudiar Letras en la Universidad. De esta forma, además, consigue alejarse de su madrastra. En Barcelona no termina sus estudios, no es muy buena estudiante y no asiste a todas las clases. En 1942, se muda a Madrid, a la casa de una tía materna, y se matricula en Derecho en la Universidad Central de Madrid, actual Universidad Complutense de Madrid, pero tampoco concluye esa carrera. Un año después, en 1943, a la edad de veintidós años, empieza a escribir Nada, texto que se convierte, un año después, en su primera novela. Con ella se postula y gana, en 1944, al Premio Nadal. Su ópera prima se publica en 1945 por Editorial Destino, y esta obra transforma a Laforet en una revelación literaria. Nada es un clásico de la literatura española y sigue publicándose y estudiándose en la actualidad.
En 1946, Laforet contrae matrimonio con Manuel Cerezales González, periodista y escritor. Con él tienen cinco hijos: Marta, Cristina, Silvia, Manuel y Agustín. De ellos, tres son escritores, como su madre. Durante sus primeros años de maternidad, Carmen Laforet deja de escribir para dedicarse al cuidado de sus hijos. En 1951, comienza a atravesar un momento de gran fe católica y luego, nuevamente, vuelve a la escritura: publica, en 1952, la novela La isla y los demonios y, en 1955, La mujer nueva, donde su religiosidad hace mella en la escritura y se torna más evidente. Algunos críticos señalan que sus tres primeras novelas conforman una trilogía existencialista relacionada con la angustia de la escritora. En 1970, se separa de su esposo.
Laforet publica cuentos, novelas, libros de viaje y mantiene una asidua relación epistolar con el escritor Ramón José Sender, a quien conoce en un viaje por Estados Unidos, y con la escritora Elena Fortún. Reniega de las entrevistas y de la vida pública: es insegura y no le gusta el tipo de preguntas que le hacen o el machismo de ciertos entrevistadores. Pasa algunas temporadas fuera del país, en lugares como Roma y Tánger. Su vida social, con el correr de los años, torna a ser cada vez menor, sobre todo, a partir de que comienza a sufrir Alzheimer, lo que afecta su memoria y, además, no le permite hablar durante los últimos años de vida. Fallece en Madrid, en el municipio de Majadahonda, el 28 de febrero de 2004.