Ernesto Sabato nace el 24 de junio de 1911 en Rojas, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Sus padres eran inmigrantes italianos provenientes de Calabria. A pesar de pertenecer a una familia numerosa —él es el décimo hijo de un total de once— Ernesto padece la soledad, durante su infancia, en aquel pueblo pequeño.
En 1924, empieza sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata. Allí conoce al profesor Pedro Henríquez Ureña, gracias a quien Sabato empieza a interesarse por la literatura. Sin embargo, sus estudios después de egresar como bachiller toman otro rumbo: en 1929 ingresa a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la misma universidad.
En la década de 1930 comienza a militar en organizaciones estudiantiles anarquistas. Se afilia al Partido Comunista y, en 1932, toma el cargo de Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. En estos años de participación política, Sabato sufre persecución y debe vivir por un tiempo con un nombre falso. En 1934 es enviado como delegado del Partido Comunista al Congreso antifascista en Bruselas. Por ese entonces ya no se siente tan a gusto con su partido, del que empieza a desconfiar. Por eso, en vez de ir a Moscú como tenía encargado, huye a París.
Cuando vuelve a Buenos Aires en 1936, contrae matrimonio con Matilde Kusminsky Richter, a quien había conocido en sus primeros años de militancia. Un año después se doctora en Física y consigue una beca para investigar sobre radiaciones atómicas en París. De regreso en la capital francesa, se vincula con grupos surrealistas y escribe una primera novela que no llegará a publicar, La fuente muda. Esta experiencia, sumada a su descontento con los aspectos deshumanizantes del progreso tecnológico y científico, lo lleva a darse cuenta de que su verdadera vocación no es la ciencia, sino la literatura.
Después de un breve paso por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, que le permitió abandonar París antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Sabato regresa a la Argentina en 1940, con su mujer y su hijo Jorge Federico, nacido en París dos años antes. Se desempeña por un tiempo como profesor en el Instituto de Física de la Plata mientras comienza a participar en el mundo literario, publicando artículos en revistas como Sur y La Nación.
En 1943 abandona definitivamente la profesión científica. Se instala con su familia en Córdoba, en un pueblo alejado desde donde escribe Uno y el Universo, su primer libro de ensayo, en el que cuestiona la ética de los avances científicos y tecnológicos. Con este libro obtiene el "Primer Premio Municipal" de la ciudad de Buenos Aires en 1945. Ese mismo año nace su segundo hijo, Mario, y su familia se traslada a Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires.
En 1948 aparece en la revista Sur su primera publicación literaria, El túnel, que es bien recibida por la crítica nacional e internacional. Esta novela, que luego será traducida a varios idiomas y llevada al cine, catapulta su carrera de escritor.
En 1951 publica un nuevo libro de ensayo, Hombres y engranajes, y en 1953, Heterodoxia. También publica ensayos políticos en los que denuncia las torturas a militantes llevadas a cabo por la Revolución Libertadora, y en los que defiende a los peronistas sin renunciar a su posición política, contraria al gobierno de Juan Domingo Perón.
Su producción literaria continúa en 1961 con la publicación de Sobre héroes y tumbas, su segunda novela, considerada una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. La tercera y última novela del autor, Abbadón el exterminador, llega trece años después, en 1974. Ambas fueron galardonadas y traducidas a varios idiomas.
Durante aquellos años Sabato sigue publicando y editando textos de diversa índole, como un homenaje a Pedro Henríquez Ureña y una antología de opiniones sobre el tango. En 1975 obtiene el premio "Consagración Nacional de la Argentina", y en España y Francia recibe reconocimientos similares. En la década del 80, agravado por problemas en la vista, Sabato disminuye su actividad literaria y empieza a dedicarse a la pintura.
Entre 1983 y 1984, por encargo del presidente electo Raúl Alfonsín, Ernesto Sabato preside la CONADEP, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, que indaga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. De esta investigación surge en 1984 el informe Nunca más, también conocido como Informe Sabato, gracias al cual se dio inicio al juicio contra las juntas militares. Ese mismo año recibe el premio "Miguel de Cervantes", convirtiéndose en el segundo escritor argentino en recibir este importante galardón, después de Jorge Luis Borges.
Sabato continúa recibiendo reconocimientos a sus méritos literarios durante el transcurso de su longeva vida. En 1995 muere su primer hijo en un accidente automovilístico y en 1998 fallece su mujer. Ese mismo año, Sabato publica sus memorias, tituladas Antes del fin. Después de una neumonía que deriva en bronquitis, Ernesto Sabato fallece el 30 de abril del 2011 en su hogar en Santos Lugares, a menos de dos meses de cumplir los cien años de edad.