Kazuo Ishiguro es un aclamado novelista británico de origen japonés. Nace en Nagasaki, Japón, en el año 1954, y a los cinco años de edad se muda a Inglaterra, cuando su padre, Shizuo Ishiguro, obtiene un puesto en el Instituto Nacional de Oceanografía del Reino Unido. La familia de Kazuo está constituida por el padre ya mencionado, la madre, Shizuko Ishiguro, y dos hermanas: Fumiko y Yoko. En el Reino Unido, Kazuo es matriculado en una escuela primaria de Surrey. Luego de concluir exitosamente sus estudios primarios y secundarios, se toma un año sabático para recorrer Estados Unidos. A la vuelta, estudia en la Universidad de Kent y se gradúa en la Licenciatura en Inglés y Filosofía, en el año 1979. Ese mismo año, ingresa en la Universidad de Anglia del Este, en la que realiza una maestría en Escritura creativa.
Ishiguro estudia bajo la tutela de la famosa escritora Angela Carter. En 1981 publica una colección de cuentos y, al año siguiente, su primera novela, Pálida luz en las colinas. Dicha novela trata sobre una viuda japonesa en Inglaterra que reflexiona sobre la destrucción de Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. La segunda novela de Ishiguro, Un artista del mundo flotante, también explora las consecuencias que sufre Japón tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Su tercera novela, Lo que queda del día, se publica en 1989 y gana el Premio Booker, además de ser adapta al cine bajo el mismo título y con una excelente recepción.
En las novelas de Kazuo Ishiguro es usual encontrar narradores en primera persona que relatan sus recuerdos y, sin quererlo, exponen sus debilidades y defectos. Otro rasgo característico de la escritura del autor es la utilización de los personajes y sus perspectivas morales para plasmar las contradicciones y luchas internas que libran los habitantes de Japón, producto de la tensión entre los vínculos interpersonales y el entorno político. De esta forma, las novelas de Ishiguro exponen un clima de época y retratan el contexto de distintos acontecimientos políticos.
En 2017, Ishiguro recibe el Premio Nobel de Literatura y, al año siguiente, se le otorga el rango de Caballero por sus servicios a la literatura.