Mariano Azuela nace en 1873 en Lagos de Moreno, México. Su carrera literaria inicia en 1896 con una serie de artículos publicados en un diario de Guadalajara. La columna a su cargo se titula: “Impresiones de un estudiante”. Luego, en 1907 publica su primera novela Maria Luisa, seguida por Los fracasados en 1908 y Mala yerba en 1909. Las tres obras comparten el destino como tema central.
Azuela registró en sus obras diversos aspectos de uno de los hechos más importantes en la historia de México: la Revolución mexicana. La Revolución empieza en 1910 a raíz de la creciente inconformidad de la población con la dictadura de Porfirio Díaz, quien durante treinta años gobernó México a favor de los intereses de la oligarquía. Durante los diez años de revolución (1910 – 1920) se abren distintos frentes de lucha, las facciones enfrentadas se multiplican y los cambios anhelados por la población se hacen esperar. Al igual que otros grandes escritores como Conan Doyle, Bulgakov y Chejov, Azuela fue médico de profesión. Eso le permitió ser testigo de primera mano de la Revolución mexicana, mientras ejercía como médico en las tropas de Julián Medina, general villista. Tras la victoria de los carrancistas en 1915, Azuela se exilia en Texas donde escribe Los de abajo, obra que se da a conocer primero como folletín en un diario local. En 1916 regresa a México y publica la novela en forma de libro. En 1942 recibe el premio de Literatura de la Sociedad Arte y Letras de México.
Si bien incursionó en diversos géneros como teatro, cuento, ensayo y novela, fue este último el que le granjeó mayores reconocimientos. Escribió veinticuatro novelas, algunas de ellas anteriores a Los de abajo, pero ninguna con la misma trascendencia. Así como la crónica de lo vivido durante la Revolución mexicana se convirtió en material literario, su trabajo como médico le permitió recopilar el habla y el sentimiento popular que luego retrata en sus obras.
En 1943 se convierte en uno de los miembros fundadores del Colegio Nacional, considerada la más alta institución cultural de México, que nuclea a los científicos, artistas e intelectuales más destacados. Allí, dicta seminarios sobre literatura española, mexicana y francesa. Esta última fue la literatura que más influyó sobre la obra de Azuela, y Emile Zola, padre del naturalismo, fue su autor predilecto.
Mariano Azuela muere en 1952 y es sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres.