Philip Kindred Dick es uno de los autores más importantes de ciencia ficción del siglo XX. A pesar de que su obra no recibió reconocimiento inmediato, tras la adaptación de algunas de sus novelas al cine (Blade Runner, Minority Report y Total Recall), hoy Dick ocupa un lugar importante como autor talentoso y lúcido crítico de la sociedad estadounidense del siglo XX.
Nació en 1928 en Chicago en una familia de empleados estatales. Tanto su padre, Joseph Dick, como su madre, Dorothy, trabajaron para el gobierno federal. Tras el divorcio de sus padres, Philip y su madre se mudaron a la costa oeste de los Estados Unidos en Berkley, California.
Desde pequeño, fue un ávido lector. Entre sus lecturas favoritas estaban las revistas de ciencia ficción como Unknown, coordinada por John W. Campbell, y Astounding, de Harry Bates y William Clayton. Otro de sus pasatiempos era la radio; fue locutor de radio aficionado y también trabajó en una tienda de discos. Asistió a la Universidad de Berkley para estudiar filosofía, pero su incursión en estudios superiores fue breve y nunca se tituló.
En los años cincuenta empezó a publicar algunos de sus escritos en revistas de ciencia ficción. Inicialmente publicó sus cuentos en Planet Stories, una revista de género, pero luego también colaboró con Worlds of IT y Fantasy. El dinero que recibía por la publicación de sus cuentos en estas revistas apenas le permitían mantenerse y vivió gran parte de su vida en la pobreza.
En 1955 publicó su primera novela, Lotería Solar, pero recién en 1963 obtiene un golpe de suerte con la publicación de El hombre en el castillo por la cual recibe el Premio Hugo, uno de los más importantes galardones del género. No obstante, el premio no le abrió las puertas a las grandes editoriales y sus libros nunca fueron éxitos comerciales.
En el ámbito de su vida personal, Dick nunca tuvo estabilidad. Se casó cinco veces y cada uno de sus matrimonios terminó en divorcio. Desde niño, Dick había lidiado con enfermedades de todo tipo, incluidas enfermedades mentales. En los últimos años de su vida, su salud mental se deterioró, agravada por el uso excesivo de drogas. A pesar de ello continuó escribiendo y en algunos de sus cuentos aparecen las visiones que experimentaba durante sus brotes. Una de sus novelas más famosas, Una mirada a la oscuridad, publicada en 1977, manifiesta la paranoia y la delgada línea que lo separaba de la locura en aquellas épocas. La novela explora la experimentación con drogas y es, en gran parte, autobiográfica.
En 1982, Philip K. Dick murió de un ataque al corazón solo unas pocas semanas antes de que se estrenara Blade Runner, la adaptación al cine de su novela ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?