Finea
Finea es el personaje al que refiere el título de la obra. Es una doncella tonta, ignorante e indiscreta, que ha heredado una acaudalada hacienda de su tío, lo que la hace una buena candidata a casamiento. Su padre conviene que se case con Liseo, quien no soporta su necedad. Finea es cortejada por Laurencio, que pretende su dote, y a través de su amor aprende a ser discreta e ingeniosa. Es así como la comedia se centra en el proceso que atraviesa Finea, que adquiere entendimiento y deja de ser la dama boba.
Nise
Es la hermana de Finea, y, a diferencia de esta, es docta, sabia y discreta. Nise tiene una dote menor que la que tiene su hermana, y aunque es muy admirada por varios caballeros, no recibe la misma cantidad de propuestas matrimoniales que Finea. El camino que recorre Nise es más amargo; ella aprende que sus conocimientos de bachillera no le sirven para conquistar al hombre que ella ama, y deberá aceptar que el amor no es como lo que ha leído en sus libros.
Otavio
Es el padre de las dos hermanas. Otavio quiere casar bien a sus hijas, y se lamenta por lo que a cada una le falta: a Finea le reprocha que no pueda aprender lo más elemental que necesita una mujer para convertirse en esposa, y a Nise le recrimina que el exceso de lecturas la aleje de los deberes propios de una mujer casada. Si bien trata de ser él quien decide con quién se casarán sus hijas, termina cayendo en la trampa de Finea, que logra que su padre acepte su casamiento con Laurencio, y el de Nise con Liseo, para preservar el honor de su familia.
Liseo
Es el caballero con el que Otavio ha convenido que se case su hija Finea, y el personaje que más muda de interés amoroso en el drama. Al enterarse de la necedad de su futura esposa, Liseo decide renunciar a Finea e intenta enamorar a Nise. Pero Nise ama a Laurencio y no se deja conquistar, por lo que Liseo se arrepiente y vuelve a pretender a Finea cuando nota que ella se ha vuelto una dama discreta. Sin embargo, él también cae en la trampa de Finea, que finge ser boba para disuadirlo de su propósito y lo consigue, haciendo que Liseo vuelva a fijarse en Nise.
Laurencio
Es el caballero al que pretenden las dos hermanas. Laurencio ama primero a Nise, pero decide cambiar su amor por Finea, porque prefiere una buena dote antes que una dama discreta. Laurencio se aprovecha de la necedad de Finea y logra conquistar su amor. Así consigue que Finea se vuelva inteligente a su pesar, porque teme que esto interceda en su plan de casarse con ella. Finalmente, termina siendo parte del plan de Finea, que finge ser boba para espantar a Liseo y conseguir que su padre acepte su casamiento.
Turín
Es el lacayo de Liseo, quien trata de conquistar a la criada de Nise, Celia. Como personaje que pertenece a un estrato más bajo al de los nobles en la escala social, es uno de los que introduce más elementos cómicos en el drama. En el final, se casa con Celia.
Pedro
Es el lacayo de Laurencio, quien lo acompaña en sus engaños. En el final, se casa con la criada de Finea, Clara.
Celia
Es la criada de Nise, que acuerda con su ama en los sentimientos de despecho y desengaño. Incluso llega a acusar a Pedro de engañarla a ella, espejándose en lo que le ocurre a Nise. Se termina casando con Turín.
Clara
Clara parece ser tan boba como su ama, Finea, aunque Celia cree que se hace pasar por boba para aprovecharse de su ama. Ella ayuda a Finea en sus engaños y, al igual que Celia con Nise, sigue a su ama en sus aventuras amorosas, pretendiendo a Pedro, con quien termina casada.
Duardo
Es uno de los caballeros que intenta cortejar a Nise. Se presenta como un galante poeta que quiere conquistar a Nise con versos difíciles sobre amor que la dama no entiende y que desestima. Duardo ayuda a Laurencio en su plan de conquistar a Finea como uno de los testigos presentes cuando la dama jura casarse con Laurencio. En un momento del drama se convierte en el candidato a casarse con Nise, pero termina sin casarse con ninguna de las hermanas.
Feniso
Es otro de los testigos que presencian el juramento de Finea. Feniso admira la inteligencia de Nise y, en un momento del drama, aparece como candidato para casarse con Finea. No obstante, al igual que Duardo, permanece soltero en el final de la obra.
Miseno
Amigo de Otavio, que lo ayuda y le da consejos. Él le propone a Otavio que case a Duardo con Nise, e intermedia en este convenio. Es también quien le sugiere aceptar los casamientos de Laruencio y Finea, y de Liseo y Nise, para no provocar más escándalo al que ya está expuesta la familia por las indiscreciones de los personajes.
Leandro
Es un joven de Madrid que le comunica a Liseo y a Turín sobre la necedad de su prometida Finea, y sobre la inteligencia de su futura cuñada, Nise, antes de que ellos lleguen a conocer a las hermanas en la casa de Otavio.
Rufino
Es el maestro que intenta enseñarle a Finea a leer, y quien se exaspera con ella.
Maestro
Así se refiere en la obra al maestro de danzar que también se frustra cuando intenta enseñarle a bailar a Finea, quien se aburre y no aprende la lección.