Las malas es una novela publicada en 2019 por Camila Sosa Villada, escritora, actriz y dramaturga cordobesa. Mucho de lo que sus páginas narran tiene su origen en un blog llamado La novia de Sandro, que Camila escribía en sus épocas de estudiante y prostituta en la ciudad de Córdoba, y en el que relataba episodios de su vida travesti, marcada por la vergüenza y por las carencias. Como indica Juan Forn en el prólogo de la novela, “Ese fue el origen de este libro, esa es la alquimia que ocurre en sus páginas: la transformación de la vergüenza, el miedo, la intolerancia, el desprecio y la incomprensión, en alta prosa” (p.9). Tal como la misma autora lo plantea, el libro puede leerse como un homenaje a la comunidad travesti que la acogió durante sus años universitarios y que se transformó en su familia, en su punto de apoyo, en la red de protección que la sostuvo y la ayudó a salir adelante.
En Las malas, Camila narra la vida travesti de Córdoba en un ambiente social hostil y violento. Todo su relato se construye desde el contrapunto y la dualidad: el dolor y el sufrimiento se alternan con las risas y el placer; la imposibilidad de gestar, con el deseo de ser madres y la llegada a la manada de un niño abandonado; la furia travesti convive, como dice Forn, con la fiesta de ser travesti.
El relato es de una complejidad y una construcción exquisitas; como el cuerpo travesti, el género de Las malas es un territorio en disputa. Camila trabaja desde la autoficción, la crónica, el realismo mágico y hasta el ensayo, sin que por ello su prosa sea híbrida, sino todo lo contrario: sus páginas son tan orgánicas que esta fusión, este crisol de géneros, parece ser la única forma posible de contar semejante historia. Como Juan Forn indica, “Las malas es un relato de infancia y un rito de iniciación, un cuento de hadas y de terror, un retrato de grupo, un manifiesto político, una memoria explosiva, una visita guiada a la fulgurante imaginación de su autora y una crónica distinta de todas, que viene a polinizar la literatura” (p.9). Es que el género es lo que menos importa, porque el efecto es claro y contundente: Camila desnuda el cuerpo travesti y lo cartografía, revisa sus pliegues y encuentra una historia cargada de dolor, de carencias y precariedades históricas, pero también de deseo y de una explosión de energía que festeja la vida, la posibilidad de existir y de elegir cómo expresarse y cómo ser.
La novela recibió en 2020 el premio Sor Juana Inés de la Cruz y ha sido traducida al inglés, al alemán y al francés.