Eurípides es uno de los principales poetas trágicos de la antigua Grecia. Nace en Salamina y muere en Pella, una ciudad que ya no existe, ambas ubicadas en el territorio de la actual Grecia. El año de su nacimiento no se conoce con precisión; puede haber sido el 484 o el 480 antes de Cristo, pero es seguro que fallece en el 406 a. C. Su madre es Clito y su padre, Mnesarco, es un comerciante. Su familia no es muy adinerada, y cuando estalla la segunda guerra médica (480-478 a. C.), se ven obligados a mudarse a Atenas.
En el transcurso de su vida finalizan las guerras médicas e inicia un período de prosperidad y exploración cultural en Atenas. El teatro es, en muchos aspectos, la forma del arte más próspera e influyente de la época. Entre los contemporáneos de Eurípides se encuentran Esquilo, Sófocles y Aristófanes. Los cuarto dominan los escenarios atenienses a lo largo del siglo V a. C., pero Eurípides es el menos reconocido en vida. Dado que la mayor parte de las fuentes que aportan información sobre su vida están basadas en leyendas, los especialistas tienen pocos conocimientos certeros sobre su biografía. De todos modos, es seguro que se casa en dos oportunidades, con Mélito y Quérile, y que es muy amigo de Sócrates. De hecho, se dice que el gran filósofo solo ha asistido al teatro para ver las obras de Eurípides. Hoy en día se conservan más obras de Eurípides que de Esquilo y Sófocles juntos.
Eurípides estudia con maestros célebres, entre ellos Anaxágoras y Sócrates, y además se forma con sofistas como Pródico y Protágoras. También recibe una formación militar durante dos años, alrededor del 466 a. C. Los pensamientos, las reflexiones filosóficas y las estrategias discursivas de su formación se ven plasmadas en sus tragedias. Del mismo modo, sus obras dan cuenta de su pasión por el aprendizaje y el estudio.
El autor presenta su primera tragedia en un concurso en el año 455 a. C. y obtiene el tercer puesto. Se trata de Las Pelíades, obra que retoma la mitología sobre las hijas de Pelias, muy relacionada con los mitos de Jasón y Medea. Tras ello, Eurípides escribe noventa y dos obras a lo largo de su vida, pero en la actualidad solo se conservan menos de veinte, en su mayoría tragedias. Su producción marca un cambio en los modos de entender el género tragedia, porque incorpora ideas que Eurípides aprende con los sofistas. Además, retoma motivos mitológicos de un pasado muy remoto, pero los relaciona con problemáticas de su presente. Una de las más importantes es el reemplazo de los temas divinos por los temas humanos. Los sofistas son escépticos con respecto a la religión y ponen el foco en los problemas de los hombres y las mujeres. Por ese motivo, estas tragedias tienen un tono heroico mucho más leve que las de Esquilo y Sófocles y se concentran más en la realidad cotidiana.
Una marca que distingue la obra de Eurípides es que sus tragedias son disruptivas, perturbadoras y complejas. Sus protagonistas, que pueden pensarse como héroes y heroínas, son retratados con sus debilidades, secretos y sentimientos complejos; no son modelos ideales. Además, tienen dificultades para enfrentarse a su destino, y hacia el final de las tragedias suelen recibir la ayuda de los dioses para esquivarlo.
Este autor le aporta una nueva estructura formal a la tragedia griega al concentrarse en personajes femeninos fuertes, y en sirvientes y esclavos inteligentes. A pesar de que sus contemporáneos también retratan a mujeres complejas (Esquilo, por ejemplo, dedica obras a Clitemnestra y a Casandra; y Sófocles, a Electra, Antígona y Deyanira), Eurípides se concentra en la interioridad de estos personajes. Por ese enfoque hacia los motivos psicológicos, algunos lo han considerado el padre de la tragedia psicológica moderna.
El autor no goza de mucho reconocimiento en vida: gana apenas cuatro concursos anuales celebrados dentro del marco de los festivales atenienses para Dioniso, dios de la fertilidad y el vino. Por ese motivo se muda a Macedonia hacia el final de su vida, y en el 408 a. C. se suma a la corte del rey Arquelao. La leyenda cuenta que muere en Macedonia devorado por unos perros. De todas maneras, esa falta de popularidad se revierte en el transcurso de la historia. Las tragedias latinas lo tienen como modelo, y su influencia se extiende en el periodo moderno, en movimientos como el neoclasicismo y el Romanticismo alemán.