Las bacantes forma parte de una trilogía póstuma de Eurípides que incluye también las obras Ifigenia en Áulide y Alcmeón en Corinto. Las tres obras llegan a Atenas por el hijo de Eurípides, Eurípides el Joven, en 406-405 a. C., y se asume que Las bacantes fue escrita alrededor del 408 a. C., justo antes de la muerte de su autor. La trilogía gana el primer premio en las Dionisias, festival que en la época se celebra en honor al dios Dioniso.
Las bacantes trata sobre la introducción en Grecia del culto a Dioniso, una religión muy distinta de la helénica clásica. En la obra, Dioniso llega a Tebas y revoluciona a las mujeres, que celebran sus ritos en el monte Citerón. El rey Penteo se opone a la divinidad y marca así su destino trágico, de desgracias. Con su acción feroz y los éxtasis de sus odas corales, Las bacantes se concibe como el mejor reflejo del espíritu dionisíaco en toda la literatura, y la única tragedia ática conocida que tiene a un dios como protagonista. Las bacantes plantea el desigual enfrentamiento entre el ser humano y la divinidad, a la vez que expone las tensiones de la religión y el pensamiento griegos del siglo V a. C.
Las bacantes no se divide en actos ni escenas. La acción de la obra, como la mayoría de las tragedias griegas, se limita a un período de veinticuatro horas. El coro, por su parte, está constituido justamente por las bacantes, devotas adoradoras de Dioniso que siguen al dios desde Asia. Así, el coro brinda atmósfera y resulta impactante para el espectador.