“En las páginas que siguen aportaré la demostración de la existencia de una técnica psicológica que permite interpretar los sueños, y merced a la cual se revela cada uno de ellos como un producto psíquico pleno de sentido, al que puede asignarse un lugar perfectamente determinado en la actividad anímica de la vida despierta”.
Al inicio del libro de Freud encontramos su objetivo y su hipótesis. El autor sostendrá y buscará justificar que los sueños portan significado de vital importancia para las personas. Es por esto que afirma que el sentido de lo que se sueña ocupa un lugar en la vida despierta. Por lo tanto, estamos ante un texto argumentativo, con pretensión científica en cuanto al método de proceder en la investigación.
“Las ideas latentes y el contenido manifiesto se nos muestran como dos versiones del mismo contenido, en dos idiomas distintos, o, mejor dicho, el contenido manifiesto se nos aparece como una versión de las ideas latentes a una distinta forma expresiva cuyos signos y reglas de construcción hemos de aprender por la comparación del original con la traducción”.
Los sueños muestran a las personas los pensamientos de sus sueños, pero de una forma particular. Están cargados de simbolismo y cada pensamiento es reemplazado por una imagen. Por lo tanto, puede ser difícil de interpretar ya que se aclara de manera transparente a qué pensamiento corresponde cada imagen soñada.
La interpretación delos sueños, por tanto, consiste en descifrar el pensamiento onírico detrás de la imagen. Por ejemplo, una escalera que aparece en un sueño podría referir tanto a un sensación de éxito o ascenso como a un deseo reprimido de huir de una situación.
El psicoanalista debe conducir al paciente en la interpretación que se adecúe a la vida y al momento que está atravesando.
“El proceso que así suponemos constituye precisamente la parte esencial de la elaboración de los sueños y le damos el nombre de desplazamiento. El desplazamiento y la condensación son los dos obreros a cuya actividad hemos de atribuir principalmente la conformación de los sueños. No es, a mi juicio, nada difícil reconocer el poder psíquico que se exterioriza en los hechos del desplazamiento. Resultado de este proceso es que el contenido manifiesto no se muestra igual al nódulo de las ideas latentes, no reproduciendo el sueño sino una deformación del deseo onírico inconsciente”.
Según Freud, los sueños se forman de dos posibles maneras. Una es la condensación, en la que una serie de elementos, temas o pensamientos del sueño se combinan en un objeto o representación para hacer el sueño más compacto. La otra forma es el desplazamiento. Éste es uno de los métodos por los cuales los pensamientos reprimidos regresan de manera oculta. Se reemplaza el elemento principal de un sueño por una referencia oculta.
“Recordemos el sueño del niño que continúa la travesía interrumpida aquella tarde y todos los demás ejemplos de este género que a su tiempo expusimos. Todos estos sueños quedan explicados por un deseo insatisfecho, pero no reprimido, del día. Los ejemplos de deseos reprimidos que se exteriorizan en sueños son numerosísimos”.
Los sueños poseen la función de mostrar al soñante los deseos más profundos e íntimos que uno no puede expresar en la vigilia por diferentes tipos de represiones. De esta manera, los sueños permiten cumplir, al nivel de la mente, aquello que se quisiera hacer estando despierto. La tarea del psicoanalista es buscar, junto al paciente, los deseos que se oculta a sí mismo, sobre todo en el caso de sueños recurrentes o particularmente intensos.