La tripulación del destructor “Caldas” parte de Mobile, Estados Unidos, para regresar a Cartagena, Colombia. El barco, a pesar de no estar preparado para transportar peso, lleva un cargamento de contrabando en el que está involucrado el gobierno militar de Colombia.
En el viaje, el joven marinero Luis Alejandro Velasco teme que algo malo suceda. Cuando el barco navega por el mar Caribe, el oleaje agitado y la imposibilidad del barco para maniobrar debido a su carga extra produce que una parte de la tripulación sea arrastrada por las olas y termine en el mar. De los marineros que caen al agua, solo Velasco logra subirse a una de las pequeñas balsas que lleva el buque. Entre el oleaje, Velasco llega a ver a cuatro de sus compañeros de tripulación, pero todos se ahogan antes de llegar a la balsa.
Velasco pasa diez días en aquella barca, esperando un rescate que nunca llega. Durante esos días, padece el calor del sol, el hambre, la deshidratación, y la locura, que se manifiesta en una serie de alucinaciones. En el transcurso de esos diez días, lo único que ingiere el náufrago son unas tarjetas de cartón, dos bocados de un pez crudo y una raíz. Para no morir, se hidrata con agua de mar, pero solo lo mínimo indispensable, puesto que sabe que consumirla en cantidad es peligroso. Durante sus días en la barca, los tiburones lo visitan puntualmente a las cinco de la tarde y se retiran al anochecer. Sin embargo, en solo una ocasión tiene que enfrentarse a ellos, cuando, excitados por la sangre derramada en el agua, embisten su balsa, le roban el pez que Velasco tiene para comer y le rompen uno de sus remos. En las noches, Luis sufre alucinaciones y, conforme pasa el tiempo, le cuesta cada vez más distinguir qué es real y qué es producto de su mente.
Luego de varios indicios de que la tierra se encuentra cerca, Velasco divisa la costa. Imposibilitado de remar por la falta de remos, se arroja al agua y, con mucho esfuerzo, nada hasta una playa, que resulta ser la de Mulatos, Colombia, donde lo rescata un hombre y lo lleva a su casa. Después de varios días de cuidado, Luis se repone y se convierte en un héroe para todo el país; la gente y los reporteros ansían hablar con él y todos lo reconocen por la calle. Sin embargo, el joven termina por retomar su vida normal y, con el pasar de los años, todos se olvidan de él.