"Edith se movió al departamento como si fuera un enemigo que debía conquistar" (p.84) (Símil)
Con esta comparación que recurre al lenguaje bélico, el narrador se refiere a la actitud aguerrida y enérgica con la que Edith se entrega a la limpieza y la adecuación del departamento al que se muda junto a Stoner tras la boda.
"¿Quién osaría apartar ese velo, explorar lo inexplorable, alcanzar lo inalcanzable? Aun los mas fuertes flaqueamos como debiluchos" (p.155) (Metáfora y Símil)
Este pasaje presenta primero una metáfora y luego un símil para ilustrar la naturaleza de la relación entre el hombre y la literatura. El pasaje corresponde al informe oral que presenta Walker como final del seminario sobre la influencia de la literatura clásica en la edad media, y el estudiante recurre a un lenguaje floreado y cargado de recursos estilísticos. Con estas palabras, Walker expresa la imposibilidad del hombre de desentrañar todos los misterios de la obra literaria, algo que puede leerse incluso como una indulgencia a su propio trabajo, en el que no ha logrado cumplir con la consigna asignada por su profesor.
"Hacían el amor, hablaban y volvían a hacer el amor, como niños que nunca se cansan de jugar" (p.212) (Símil)
Con esta comparación entre las relaciones sexuales y los juegos de la infancia, el narrador asocia el amor entre Stoner y Katherine a la inocencia, la pureza y la bondad que representan las infancias.
"Stoner, como muchos otros, se asqueó de ver que la pesadilla emergía del sueño e invadía el mundo" (p.240) (Metáfora)
En este pasaje, el narrador presenta el auge del nazismo y el panorama político que precede a la Segunda Guerra Mundial como una pesadilla que supera cualquier sueño y se apodera de la realidad. La guerra muchas veces es metaforizada como una pesadilla, algo que pertenece más al orden de los sueños que al de la realidad. En este caso, aquello que solo puede concebirse como un mal sueño se convierte en la realidad cotidiana.