Resumen
El capítulo abre durante una tarde de Domingo con Lennie sentado en el granero, contemplando a su cachorrito muerto. Lennie ha matado a su cachorro al acariciarlo muy fuertemente. Lennie está envuelto en pánico ya que teme que George se entere de la muerte del cachorro y como consecuencia no le permita “cuidar a los conejos” (45).
La mujer de Curley entra con un vestido decorado con plumas rojas de avestruz. Lennie, quien ha sido advertido por George de evitar contacto con esta mujer, trata de resistir el comenzar una conversación con la mujer, pero esta sale vencedora. La mujer le dice a Lennie que los otros hombres están muy ocupados con su juego de herraduras para que les importe si ellos conversan o no. La mujer ve el cachorro muerto y consuela a Lennie diciéndole que a nadie le importa la muerte de un simple cachorrito.
La mujer de verdad necesita desahogarse con alguien ya que comienza a hablar de su infeliz vida y de cómo esta pudo haber sido diferente. Esta insiste que pudo haberse convertido en una actriz. Lennie no puede comprender nada de lo que esta dice y al ignorarla por seguir pensando en su dilema del cachorro muerto y su castigo la mujer enfadada le pregunta porque está obsesionado con los conejos. Lennie le responde que a él le gusta acariciar a las cosas suaves. La mujer de Curley comenta que Lennie es “como un niño grande” (46) y lo invita a frotar su suave cabellera. Lennie comienza a sentir su cabello y le agrada mucho, lo que lo lleva a frotarlo aún más fuertemente. La mujer de Curley comienza a luchar por escaparse, lo que pone a Lennie en estado de pánico. Lennie la agarra fuertemente del cabello con una mano y con la otra le tapa la boca para que no grite. Cuando esta continua luchando, Lennie se impacienta. Lennie la sacude violentamente, diciéndole que se calle para que George no los escuche. Antes de poder darse cuenta, Lennie le ha rotó el cuello. La mujer queda tendida encima de la paja. Lennie se da cuenta de que ha “hecho algo malo” (47) y cubre su cuerpo con paja. Después de esto, Lennie desaparece del granero con su cachorro muerto en mano.
Candy vuelve al granero a buscar a Lennie y descubre el cuerpo de la mujer de Curley. Candy llama a George, quien sabe exactamente lo que ha ocurrido cuando ve el cuerpo. Candy le dice a George que Curley va a matar a Lennie si estos no lo ayudan a escapar. Después de un sombrío intercambio de palabras con Candy, estos se dan cuenta de que su sueño nunca podrá ser realidad y George decide la mejor acción por tomar. Le dice a Candy que le deje saber a todos acerca de la muerte de la mujer y que pretenda que él nunca estuvo presente en el granero. Cuando George se marcha, Candy insulta el cuerpo muerto de la mujer de Curley.
Candy avisa a los demás hombres del trágico suceso y Curley inmediatamente atribuye la tragedia a Lennie. Curley y Carlson van inmediatamente en busca de sus pistolas. Mientras tanto, George y Slim piensan que Lennie mató a la mujer por accidente, de igual manera como se metió en problemas en Weed. George le pregunta a Slim si es posible que Lennie solo sea encarcelado pero Slim le responde que es probable que Curley quiera dispararle. Carlson regresa e informa que su pistola Luger ha sido robada. Carlson culpa a Lennie por el robo.
Curley regresa con una pistola. Este le dice a Whit que vaya en busca del jefe de la policía de Soledad, Al Whits, y organiza a una cuadrilla con el resto de los hombres. George le pide a Curley no matar a Lennie, pero Curley se rehúsa a escuchar, diciendo que Lennie está armado con la pistola Luger. George deliberadamente engaña a la cuadrilla diciéndoles que Lennie probablemente se fue rumbo al sur (en vez de al norte, la dirección por la que llegaron a la granja). Curley le advierte a George unirse a la búsqueda para que “para que nadie crea que has tenido algo que ver con esto” (50).
Análisis
Este capítulo contiene el clímax de la novela– el acontecimiento del cual no hay vuelta atrás. Una vez más, como en los capítulos anteriores, la acción principal esta centrada en una misma locación– muy parecidamente a una obra teatral. Esta estructura es muy apropiada para la muerte de una mujer que deseaba convertirse en actriz.
Después de descubrir el cuerpo de la mujer de Curley, George nota que aunque Lennie hace muchas cosas malas, este nunca actúa “con maldad,” solo lo hace por su incapacidad de entender el mundo a su alrededor y poder controlarse a sí mismo. Las palabras usadas por George son muy aptas. No solo la palabra “maldad” sugiere “crueldad”– como es que caso de la frase infantil “eres malo.” La palabra “maldad” también sugiere ser mezquino. Muchos de los personajes de la novel a actúan con malicia egoísta. Lennie nunca hace cierta cosa. Lennie siempre actúa con las mejores intenciones; Sin duda, este personaje tiene un corazón de oro que contrasta con el de los demás.
En efecto, el crimen de Lennie es fundamentalmente no entender la debilidad de los demás. Lennie literalmente ama a las cosas hasta la muerte. Su cachorro es suave y por eso este lo acaricia hasta la muerte. Solamente George lo entiende completamente; solo George comprende esta mezcla entre inocencia y peligro. Los otros, incluyendo la esposa de Curley, tratan a Lennie como si este fuera un simple objeto con el cual compartir pensamientos y quejas. El no poder entender el peligro asociado con la inocencia de Lennie resulta en las “cosas malas” que Lennie hace. En el capítulo anterior Curley se libró por muy poco de la violenta ira de Lennie. En este capítulo, la mujer de Curley no fue tan afortunada.
Pero para ser sinceros, los eventos de este capítulo no deberían de sorprender al lector. Ciertamente estos no sorprenden a George o a Slim, quienes solo con echar un vistazo al cadáver de la mujer de Curley pueden darse cuenta de que Lennie actuó así por entrar en pánico, como lo hizo en el pueblo de Weed. Lennie, al igual que un animal, no entiende lo malo de sus acciones en términos morales. En lugar de esto, Lennie solo piensa en sus acciones en términos de obtener la aprobación de George. Como un perro que siente una mezcla de amor y miedo por su dueño, Lennie de igual forma es ferozmente leal a George y también siente miedo de disgustar a su amigo. Lennie sabe instintivamente que ha cometido un error al matar al cachorrito y también a la mujer de Curley. Pero para Lennie las dos acciones son casi equivalentes– en ambos casos, Lennie simplemente lamenta el hecho de perder el permiso de George para cuidar a los conejos. La cuestión del valor de una vida humana nunca entra en su mente.
La mujer de Curley, como Steinbeck la pinta, no comparte la inocencia de Lennie. Steinbeck imparte mucha de la culpa por su propia muerte a esta mujer. Vez tras vez, Lennie ha sido tachado de intruso en la relación de Curley y su esposa, y la oferta de esta de permitirle tocar su cabello puede ser interpretada como un avance sexual. Esta hasta introduce la oferta al quejarse de su soledad e insatisfacción de su matrimonio. Sin embargo a pesar de lo sincera que pueda ser, esta mujer es a fin y al cabo una figura manipuladora y egocéntrica. Esta no entiende lo peligroso que Lennie puede llegar a ser– a pesar de la evidencia dada por la mano mutilada de su esposo– y mal interpreta el conflicto con su esposo y los intentos de Lennie por evitarla para su propia vanidad. Esta mujer asume que Lennie es el rival de su esposo– un admirador inofensivo. Es entonces, por decirlo así, que le permite a Lennie acercarse más a ella.
Los rastros más fuertes de misoginia latentes en la caracterización de la mujer de Curley son mostrados después de la muerte de esta. Steinbeck la describe teniendo más vitalidad ya muerta que cuando estaba viva. La costumbre de apreciar la belleza del cuerpo muerto de una joven es una muy vieja en la literatura Occidental– esta puede ser encontrada en muchos textos, como la fallecida Ofelia en Hamlet, o las doncellas muertas en los poemas de Edgar Allen Poe. La idea fundamental en la descripción del cuerpo de la mujer de Curley es que su belleza puede ser finalmente apreciada en la muerte sin su personalidad manipuladora. Es como si Steinbeck caracterizara el simple hecho de sentir de esta mujer como su peor rasgo. De este modo, la mujer es completamente objetivada– reducida, en su muerte, al triste ideal de la mujer dócil y callada que esta nunca fue en vida. Un lector moderno tiene toda la razón de hallar esta descripción desagradable.
En efecto, para añadir más esta indignación, la última vez que sabemos del cuerpo es cuando Candy maldice a la mujer, llamándola una perra. Aun cuando muerta esta mujer sigue siendo un chivo expiatorio; ni siquiera su esposo llora su muerte. Tal vez involuntariamente, Steinbeck perfectamente muestra el ambiente de abuso y abandono que llevo a la mujer a actuar cuestionablemente en primer lugar. Ella nunca fue considerada como una persona, solo era el trofeo problemático de Curley.
Hemos visto muchos cabos sueltos siendo atados al acercarnos al final de la historia, y la conclusión de esta tiene una trayectoria inevitable. Steinbeck invita al lector a recordar varios detalles dados anteriormente para poder predecir la trágica resolución que está por venir. Es entonces que recordamos la orden de George dada al inicio del libro en caso de que algo malo sucediera. Si algo malo llegara a ocurrir, Lennie tendría que buscar escondite en los arbustos cercanos al lugar donde acamparon. Es entonces que sabemos que George ha dado una mala dirección a la cuadrilla que está en busca de Lennie. Encima de esto, sabemos que la pistola perdida de Carlson es muy significativa. Después de todo, esa fue la misma pistola usada para matar al perro de Candy. Los hombres asumen que Lennie ha robado el arma para su propia protección– una vez más dan a saber lo poco que conocen a Lennie, quien es absolutamente incapaz de dicha acción. Sin embargo, el lector sabe más que los personajes de esta historia.