Resumen
El capítulo final abre con Lennie esperando escondido en los arbustos cerca del rio Salinas, justo como George le dijo que hiciera en el capítulo Uno. Lennie nerviosamente habla solo sobre su preocupación por que ahora George no lo dejara cuidar a los conejos por su mal comportamiento en el rancho.
Lennie comienza a alucinar. Este se imagina a su tía Clara– una robusta mujer con mandil y lentes gruesos– quien lo regaña por meter a George en tantos aprietos. Lennie llora, implorándole a su tía Clara por perdón, y le dice que huir a las montañas, donde no podrá molestar más a George. Después Lennie se imagina a un conejo gigante burlándose de él por creer que algún día este podría cuidar de los conejos. El conejo imaginario le dice a Lennie que George lo golpeará con una vara cuando llegue.
Mientras Lennie llora, George sale de un arbusto. Lennie admite haber hecho algo malo, pero a George parece no importarle. Aun angustiado, Lennie incita a George a participar en su rutina de regaño y perdón– Lennie le dice que se irá a las montañas para no dar más problemas a George, quien sería más feliz estando solo según Lennie. Lennie entonces le pide a George un tiro de gracia: contarle la historia de cómo estos dos son diferentes a los demás trabajadores y como estos tendrán una granja para ellos mismos. George le repite estas historias sin emoción alguna.
George le pide a Lennie que se quite su sombrero mientras este le sigue contando más sobre su futuro. George le ordena a Lennie arrodillarse y saca de su bolso la pistola Luger de Carlson. Mientras se oyen las voces de la cuadrilla acercándose, George le cuenta a Lennie una vez más sobre “los conejos”, y este le dice a Lennie que verá su sueño convertirse en realidad de inmediato, y entonces le dispara a su compañero en la cabeza.
Slim, Curley y Carlson llegan inmediatamente al escuchar el disparo. Slim inmediatamente interpreta la escena correctamente. Sin embargo, Carlson y Curley asumen que George y Lennie forcejearon por la pistola hasta que George se la quitó y le disparó. George afirma la versión errónea de estos hablando casi en un susurro. La novela concluye con Slim asegurándole a George que este tenía que “hacerlo,” mientras que Carlson y Curley observan en confusión, preguntándose porque estos están tan afectados.
Análisis
El control de Steinbeck sobre las locaciones de las escenas en la novela es particularmente claro en este capítulo, donde al final nos lleva justo al lugar donde comenzó la historia– un arbusto cerca del rio de Salinas. De igual forma como comenzó en capitulo Uno, Steinbeck también da aquí una descripción de la naturaleza alrededor. Una vez más, esta imagen de la naturaleza resuena con otros temas encontrados en la novela. Podemos apreciar la violencia casual de la naturaleza– la cigüeña devorando a la serpiente de agua– y también podemos ver la integración de Lennie a este ambiente feroz al arrodillarse a tomar agua como un perro sediento.
El contenido de los pensamientos de Lennie, y de la eventual conversación entre George y Lennie, también refleja el comienzo de la novela. Lennie repite el dialogo rutinario de separación y reconciliación que ha acompañado al dúo por años. Una vez más Lennie escucha decir a George lo feliz que sería si no fuera por Lennie; Una vez más Lennie ofrece dejar a George y huir a las montañas para que este sea feliz; Una vez más Lennie convence a George para que le cuente sobre su utopía con conejos.
Sin embargo, estas similitudes– la locación y el contenido de estas escenas– resultan enfatizar lo mucho que han cambiado las cosas desde el comienzo de la novela. En el comienzo George estaba lleno de vida– molesto y dispuesto a perdonar– ahora pareciera estar muerto en vida, repitiendo sin emoción sus monólogos. Lo que una vez fuera una fantasía posible pero difícil de obtener ahora solo es una clara ilusión. George sabe lo que pasará, aunque Lennie siga creyendo en el sueño de los conejos. En el capítulo Uno apreciamos los “mejores planes” del dúo, pero ahora en el capítulo Seis tenemos indudable evidencia que, como el poema de Robert Burns sugiere, los planes de estos hombres han salido mal.
Para enfatizar la naturaleza delusiva de Lennie, Steinbeck usa la narración para mostrar las dos alucinaciones que Lennie sufre –la primera con su tía Clara, y la segunda (aún más absurda) con un sarcástico conejo gigante. Es poco claro si el lector debería de pensar en estas alucinaciones como un fenómeno recurrente o singular. El lector puede encontrar un poco extraño el hecho de que este conejo gigante, quien en otras situaciones era incapaz de entender lenguaje figurativo, ahora pueda generar regaños tan coloridos como “no vales ni siquiera el asador con el que te tostaran en el infierno” (52).
De igual manera, el capítulo Seis representa muy bien los sentimientos y experiencia de Lennie– su miedo y amor por figuras autoritarias, su obsesión con los conejos, y su constante arrepentimiento por haber obrado mal. Lennie, como el animal social que es, tiene una profunda necesidad por ser disciplinado y también perdonado. El regaño a si mismo resulta ser muy conmovedor por revelar un alto grado de entendimiento personal encontrado en Lennie y también porque sugiere que Lennie está regularmente enfadado con sí mismo. Su remordimiento no cuenta como estar completamente consciente– en ningún punto este parece darse cuenta de que ha cometido un asesinato, solamente reconoce que ha hecho “algo malo”– pero sin embargo Lennie se gana la simpatía del lector.
El asesinato misericordioso de Lennie es muy similar a los eventos encontrados en el capítulo Tres cuando Candy le permitió a Carlson matar a su oloroso perro fiel. Steinbeck cuidadosamente incluye la misma pistola en ambas muertes. Sin embargo, mientras Candy se muestra débil y es incapaz de hacer el trabajo el mismo, George no sufre de esta debilidad. Como ha sido probado hasta ahora, la inocencia letal de Lennie no es compatible con este mundo. Este se muestra imposible de cambiar– no puede ni siquiera entender porque son realmente malas las cosas que ha hecho. El destino cruel que Lennie sufriría a manos de Curley– una muerte salvaje y vengativa– es suficiente para convencer a George que la mejor opción es darle una rápida e indolora muerte a Lennie.
Al final de la novela quedan algunas pregunta sin contestar. Porque, después de todo, George esta tan encariñado con Lennie? Que ganaba este con la compañía infantil y problemática con el gigante? Muchas teorías han surgido a través de los años, muchos lectores y críticos han especulado que George está en deuda con la tía Clara por alguna razón, que George y Lennie son familia después de todo, o hasta que George y Lennie están relacionados románticamente y no solo como amigos. De igual forma, antes de especular es importante notar que Steinbeck deliberadamente deja esta pregunta sin resolver. En una novela donde otros conflictos y detalles están cuidadosamente escritos, la ambigüedad central de la motivación por mantener esta relación es deliberada y parece ser un misterio insoluble.
La respuesta más sencilla a esta pregunta puede ser que en mundo cruel del trabajador migrante, la lealtad y compañía de un hombre como Lennie pueden servir como antídoto para combatir el aislamiento. Lennie, paradójicamente, representa la inocencia instintiva en la vida. Diferentes escritores como William Blake en sus Cantares de Inocencia o Mark Twain en El Forastero Misterioso han explorado las diferentes formas en las cuales la inocencia no es tan inocente como parece. Separados de un conocimiento de lo bueno y lo malo, aquellos verdaderamente inocentes son aquellos capaces de hacer actos de aparente crueldad sin remordimiento. Lennie es uno de estos inocentes. Lennie aligera la vida pesada de George con su constante optimismo y curiosidad aun cuando también es este mismo quien genera la mayoría de problemas para George. De muchas maneras Lennie complementa a George. Y como sugiere la desesperación de Lennie al final de la novela, George necesita la inocencia de Lennie al igual que Lennie necesita la experiencia de George.