A quien le comprara cincuenta centavos, ella le regalaba una palabra secreta para espantar la melancolía.
En esta cita, el narrador cuenta lo que suele hacer Belisa con las personas que le compran palabras. Por cada cincuenta centavos que gastan, ella les regala una palabra para espantar la melancolía. Como el Coronel le paga un peso, ella le regala dos palabras, las que serán determinantes para el desarrollo de la historia y que los lectores nunca conoceremos.
Durante una interminable sequía le tocó enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendió que llegaba su turno, decidió echar a andar por las llanuras en dirección al mar, a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte.
En esta cita accedemos a una parte de la biografía de Belisa. Ella nace en el seno de una familia pobre y decide dejar su casa porque entiende que si se queda, morirá como el resto de sus hermanos. En este sentido, Belisa Crepusculario es un personaje bastante característico de la literatura de Isabel Allende: una mujer con mucha personalidad, decidida, autosuficiente y que busca su destino de una manera audaz.
Los guerreros entraron al pueblo como un rebaño en estampida, envueltos en ruido, bañados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracán.
En esta cita, se destaca la actitud violenta de los hombres del Coronel al entrar al pueblo en el que se encuentra Belisa. Esta forma de irrumpir en el lugar da cuenta de la impunidad de los revolucionarios, quienes recientemente han participado de la Guerra Civil. La cita contribuye a darle forma al contexto en el que se desarrolla la historia: los años inmediatamente posteriores a dicha guerra.
Por otra parte, sintió el impulso de ayudarlo, porque percibió un palpitante calor en su piel, un deseo poderoso de tocar a ese hombre, de recorrerlo con sus manos, de estrecharlo entre sus brazos.
En esta cita, el narrador explica la razón principal que lleva a Belisa a ayudar al Coronel con su discurso para ser presidente. Está claro que ella siente una atracción erótica muy fuerte por él apenas lo ve, y esto la mueve a ayudarlo. Luego, las dos palabras secretas que le regale harán que el Coronel sienta un deseo irrefrenable de estar con ella.
Y en toda ocasión en que esas dos palabras venían a su mente, evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno, el calor de incendio, el roce terrible y el aliento de yerbabuena, hasta que empezó a andar como un sonámbulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminaría la vida antes de alcanzar el sillón de los presidentes.
En esta cita, se describe el efecto que tienen en el Coronel esas dos palabras secretas que Belisa le regaló. Él no puede dejar de pensar en Belisa cada vez que recuerda estas palabras, y esto hace que sienta un profundo deseo de volverla a ver. Por otra parte, este ensimismamiento del Coronel comienza a preocupar al Mulato y al resto de sus hombres, ya que se dan cuenta de que en ese estado su jefe no está en condiciones de afrontar la presidencia.
—Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras, Coronel, y para que ella te devuelva la hombría —dijo apuntando el cañón de su fusil a la nuca de la mujer.
El Mulato lleva a Belisa frente al Coronel para que este le devuelva las palabras secretas que tan abismado lo tienen. La llama "bruja", como si esas palabras fueran parte de un encantamiento provocado por ella. Por otro lado, es explícita la violencia que ejerce el Mulato sobre Belisa al colocarle el cañón del fusil en la nuca. Esta violencia, en parte, un reflejo del contexto en el que se desarrolla la historia: los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil.
El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente, midiéndose desde la distancia. Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podía deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas, porque todos pudieron ver los ojos carnívoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzó y le tomó la mano.
De esta forma concluye el relato "Dos palabras". El Coronel y Belisa se reencuentran, enamorados, y el Mulato y el resto de los hombres comprenden que su jefe se ha perdido en el amor que siente por Crepusculario. Es interesante observar que, desde el punto de vista de los hombres del Coronel, esas dos palabras secretas han sido como un hechizo que llevó a que el Coronel se desviara de sus ambiciones. En ese sentido, ninguno de ellos concibe la posibilidad de que se trate simplemente de que el Coronel y Belisa se han enamorado.