La “solución final” de Hitler fue el ambiente en el cual se escribió el diario íntimo de Ana. Ella sabía que si su familia era capturada por los nazis, serían enviados a campos de concentración para morir. Aun así, Ana fue capaz de concentrarse en crecer y buscar la bondad en los seres humanos.
Un punto importante sobre El diario de Ana Frank es el hecho de que este fue escrito durante los años de su adolescencia. Ana batalló, en un espacio reducido y con poca privacidad, con varios problemas típicos de la adolescencia: el anhelo por su propio espacio, libre del cuestionamiento de adultos, el desarrollo de su deseo sexual y la búsqueda de su propia identidad.
Ana se cuestiona constantemente a sí misma y pasa la mayor parte del tiempo tratando de descubrir qué clase de persona es. Se reprocha a sí misma por sus instintos egoístas, agoniza pensando en el destino de sus amigos e intenta ser una “buena” chica, tal como a sus padres les gustaría que fuera. Hacia el final del diario, Ana llega a la crítica conclusión de que, aunque no es lo que otros desearían que ella fuera, es ella misma y se respeta. Estas reflexiones convierten El diario de Ana Frank en una bildungstroman de la talla de otras novelas como el Retrato del artista adolescente, de James Joyce, y Las Aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain.
Aunque Ana asegura odiar la política, no puede evitar quedar atrapada en el asunto de la guerra. Es la guerra, a fin de cuentas, la responsable de la situación de forzada convivencia en la que se encuentra su familia. Los adultos en el escondite, por el contrario, hablan constantemente acerca de la guerra y de sus perspectivas después de la misma. Durante todo el diario, la frase “después de la guerra…” se repite constantemente, apelando a un deseo no cumplido de todos los residentes en el escondite. Hacia el final del diario, cuando las fuerzas aliadas comienzan a avanzar contra Alemania, los registros del diario de Ana documentan cada batalla y cada desembarco, lo que refleja la emoción de Ana al pensar en la posibilidad de abandonar el escondite para siempre.