El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank Resumen y Análisis del 13 de febrero al 19 de marzo de 1944

Resumen:

“Mucho ha cambiado para mi desde el sábado”, cuenta Ana, y lo que ha cambiado es Peter. Él la ve de un modo diferente, “para mi gran alegría”. Esto constituye una sorpresa, ya que Ana creía que Peter estaba enamorado de Margot. Ambos comienzan a buscarse y a confiar el uno en el otro. Peter le cuenta a Ana que tiene dificultades para expresarse verbalmente, y que en vez de discutir se va a las manos. Peter le cuenta a Ana que pretende esconder su identidad judía una vez que termine la guerra. Esta muestra de falta de sinceridad decepciona a Ana: cree que es inseguro y que necesita afecto.

Pronto, Ana anda buscando excusas para subir donde se hospedan los Van Daan, y llora cuando no tiene la oportunidad de hablar con Peter. Insiste en que no está enamorada, pero su madre la ha estado notando muy rara y le advierte que no debe de molestar a Peter. Aun así, ella va al ático donde Peter trabaja casi todas las mañanas. Admite: “no hago más que pensar en Peter,” y escribe una lista de todas las cosas que tienen en común. Para ella, Peter Van Daan y Peter Schiff “se han fundido en un único Peter, que es bueno y bondadoso”.

Hay otro robo, esta vez con más complicaciones. El intruso tenía una copia de la llave y no tuvo que forzar la cerradura. Aún más, el ladrón se asustó cuando oyó al señor Van Daan. Esto resulta muy desafortunado para los residentes de la Casa de atrás, porque esta persona ahora los puede reportar. Sería especialmente lamentable sí el ladrón fuera uno de los trabajadores de la bodega.

Ana sigue frustrada con los adultos de la casa. Cree que Peter es la única luz en su vida, y por eso pasan mucho tiempo juntos. Se pregunta qué es lo que Peter siente por ella y admite que sus sentimientos se han vuelto más serios. Los demás notan la gran cantidad de tiempo que pasan juntos. La señora Van Daan molesta a Ana, preguntándole si estaría bien confiar en ellos si se quedaran solos.

El día 7 de marzo hay un registro importante en el diario. Ana resume su opinión sobre el desarrollo de la vida en el escondite desde los primeros días hasta el presente. En líneas generales, está orgullosa de sí misma. Cree que ha podido sobrepasar muchas dificultades emocionales para convertirse en la joven que es. También habla sobre su hermana, Margot, de una manera diferente. En vez de decir que es una buena chica, afirma que a Margot le hace falta relajarse para tener discusiones profundas, y que muchas veces se toma las cosas muy seriamente.

La vida en el anexo continúa siendo dura. Las personas que les vendían cupones de comida ilegalmente fueron descubiertos, y ahora no hay más manteca en la casa, además de poca comida. Los adultos están al límite tanto con la comida como con la política. Todos sus protectores, a excepción del señor Kugler, se encuentran enfermos, y el señor Kugler ha sido llamado para ir a cavar. Después es liberado de esos trabajos gracias a un certificado médico. Ana aún suspira por Peter y se pregunta si su compañía le molesta. Ana nota que lo mejor de todo lo que le ha pasado es poder escribir acerca de sus sentimientos. Le molesta que los otros en la Casa de atrás todavía traten de controlar su comportamiento y su conducta: “nos tratan como a dos chiquillas por lo que respecta a las cosas externas, mientras que somos mucho más maduras que las chicas de nuestra edad en cuanto a las cosas internas”. Cuando Peter le dice a Ana que ella es una gran ayuda para él, Ana se llena de dicha.

Análisis:

En esta sección del diario, Ana es capaz de volver, por un breve momento, a la vida antes de entrar al escondite. Y lo logra a través de su relación con Peter. Su amor por él es inocente y tiernamente ingenuo, y es un poco similar a la relación de Ana con Hello al comienzo del libro. Es refrescante experimentar esta relación con Ana. Al lector se le recuerda que, después de todo, Ana es una adolescente con sentimientos típicos de los y las adolescentes hacia el sexo opuesto.

De muchas maneras, pareciera que la relación es un alivio para Ana también. Ella admite que necesita el afecto de un chico en esta etapa de su vida y que es eso, en gran parte, la razón por la que ella escoge a Peter. Mientras la gran necesidad de ser querida puede llevar a pensar al lector que Ana no está realmente enamorada de Peter, esto prueba que la vida en la Casa de atrás es emocionalmente difícil y sofocante para ella. Ella desarrolla sentimientos por Peter, en gran medida, porque esto hace sus días más emocionantes, y la ayuda a olvidar las presiones del día a día. Esto no invalida sus sentimientos, solamente describe uno de los mayores temas del diario: la soledad de Ana y su desesperada búsqueda de alguien a quien confiarle sus sentimientos.

Las cosas han cambiado desde 1942, y Ana es consciente de ello. El 7 de marzo, ella resume en sus propias palabras cómo cree haber cambiado hasta este punto. Este es un registro crucial en su diario, y debe de ser leído cuidadosamente. Muestra que Ana es muy consciente de sí misma. Mientras las cosas no son tan claras como ella las describe en su diario (ella va a crecer aún más en los meses por venir), este registro muestra hasta qué punto Ana se ha vuelto más reflexiva y honesta consigo misma desde que entró en el escondite.

Otra indicación de cómo las cosas han cambiado desde 1942 es la discusión de Peter y Ana sobre el hecho de ser judíos. Este es uno de los pocos registros en el libro en los que se habla acerca de la identidad judía. Peter, evidentemente, ha estado pensando mucho en qué significa para él ser judío: concluye que la vida sería más fácil si no lo fuera, y planea ocultar su herencia religiosa después de la guerra. Ana nunca había pensado en esto. Aunque es similar a Peter en el hecho de que su identidad judía no forma una parte central de su identidad, no ocultaría su herencia. Hacer esto sería deshonesto, y ella no quiere serlo. Los sentimientos de Ana son muy interesantes por varias razones. En primer lugar, muestran la fuerza de su carácter. Pero además, dan cuenta de que ella no ha pensado en cómo sería su vida si no fuera judía. Esto se debe, en parte, a que no comprende completamente lo serio que resultar ser ser judío en Europa en estos tiempos.