Congregación de nobles (imagen visual)
“Nobles, eclesiásticos y representantes de las ciudades libres del principado, los tres brazos que componían las Cortes, se habían congregado en la ciudad condal, llenando sus calles de color y adornándola de sedas de Almería, de Barbaria, de Alejandría o de Damasco; de lana de Inglaterra o de Bruselas, de Flandes o de Malinas; de Orlanda o de la fantástica ropa de lino negro de Bisso, todos adornados con brocados de hilos de oro o plata formando preciosos dibujos".
La descripción de la congregación de nobles en las calles de la ciudad condal ofrece una imagen rica y colorida que refleja la opulencia y la diversidad de las clases sociales en la Barcelona medieval. La variedad de sedas provenientes de diferentes regiones y las lujosas telas que adornan a los nobles, eclesiásticos y representantes de las ciudades libres crea una paleta visual de exuberancia y riqueza. La presencia de hilos de oro y plata en los brocados forma un contraste deslumbrante que resalta la estratificación social. La imagen evoca una escena vibrante y majestuosa, pero también subraya las marcadas diferencias económicas y de estatus entre las diversas clases representadas.
La muerte de Bernat (imagen visual y auditiva)
“Se irguió para alcanzar el cuerpo de Bernat, pero un ruido lo obligó a tumbarse de nuevo. Esperó unos segundos y repitió la operación; otro ruido lo sobresaltó pero Arnau aguantó en pie. Los soldados seguían con su tertulia. Arnau levantó el pellejo y empezó a verter aceite sobre el cadáver de su padre. La cabeza quedaba bastante alta, de modo que se estiró cuanto pudo y apretó el pellejo con fuerza para que el aceite saliera disparado a presión. Un chorro viscoso empezó a empapar el cabello de Bernat. Cuando se quedó sin aceite rehizo el camino hasta la calle Tapineria".
La escena de la muerte de Bernat se presenta de manera cruda y visceral, combinando elementos visuales y auditivos para transmitir la intensidad del momento. La repetición de sonidos, en forma de ruidos que interrumpen los intentos de Arnau de levantarse, crea una atmósfera tensa y llena de suspense. La imagen visual del aceite siendo vertido sobre el cadáver añade una dimensión táctil a la escena, transmitiendo la solemnidad y la resignación de Arnau ante la muerte de su padre. El acto de verter el aceite, con detalles como la cabeza de Bernat quedando alta y el cabello empapándose, contribuye a la representación gráfica de la muerte, enfocándose en los detalles más íntimos y dolorosos. La calle Tapineria, donde se desarrolla la escena, se convierte en un escenario simbólico de despedida y duelo.
Procesión por los muertos (imagen visual y olfativa)
“En Santa Clara y pese al incienso de los sacerdotes, los asaltó el olor a carne quemada; muchos sustituyeron las oraciones por el llanto. A la altura del portal de San Daniel giraron hacia la izquierda en dirección al portal Nou y al monasterio de Sant Pere de les Puelles; sortearon algún que otro cadáver y evitaron mirar a los apestados que esperaban la muerte en las esquinas o frente a las puertas señaladas con una cruz blanca, que nunca volverían a abrirse ante ellos".
La procesión por los muertos ofrece una imagen visual y olfativa que evoca la devastación de la peste y la muerte que asola la ciudad. A pesar del incienso de los sacerdotes, el olor a carne quemada asalta los sentidos, creando un contraste inquietante entre el intento de purificación espiritual y la realidad física de la enfermedad. La descripción de la dirección de la procesión, sorteando cadáveres y evitando mirar a los apestados, pinta un cuadro sombrío de la desesperación y el miedo que se apoderan de la sociedad. Las esquinas y puertas marcadas con una cruz blanca, que nunca volverán a abrirse, simbolizan la condena y la pérdida irreversible. Esta imagen visual y olfativa no solo ilustra el impacto devastador de la peste, sino que también transmite la desesperanza y el sufrimiento que envuelven a la comunidad.
