Madrid como un monstruo (símil)
“En el chiscón de Margarita, aquella anciana destemplada que olía mal pero a mí me caía bien, porque me daba un caramelo cada tarde al verme volver del colegio, un desconocido me miró de través y se levantó de su silla a toda prisa para preguntarme adónde iba. Desde que pisé el andén de la estación del Norte, me había enfrentado a Madrid como a un animal raro, un monstruo sujeto a una metódica, fantástica metamorfosis".
El símil compara la experiencia del narrador al enfrentarse a Madrid con la de enfrentarse a un monstruo. La elección de la palabra "monstruo" sugiere que Madrid es percibida como algo grande, imponente y, posiblemente, intimidante. El uso de términos como "metódica, fantástica metamorfosis" añade capas a la comparación, sugiriendo que la transformación de Madrid es un proceso cuidadoso y sorprendente.
La voz de la anciana como el piar de un pajarillo viejo (metáfora)
“No pesaba nada, pobrecita mía, se había convertido en un saco de piel lleno de huesos, con lo gorda que había estado ella siempre, y se quejaba con una vocecita que parecía el piar de un pajarillo viejo, inválido, un sonido agudo, casi metálico, que me hacía daño en los oídos de tan triste".
La metáfora compara la voz de la anciana con el piar de un pajarillo viejo. Esta comparación transmite la fragilidad y debilidad de la voz de la anciana, sugiriendo que es fina, aguda y, posiblemente, triste. El uso de "piar" y "pajarillo viejo" crea una imagen auditiva que resalta la vulnerabilidad y la edad avanzada de la anciana.
Pálido como la cera (símil)
“Eso no fue lo único que me enseñó. Nunca había visto a nadie tan pálido como la cera, ni gotas de sudor tan gordas, tan perfectamente redondas como las que se limpió antes de darme los buenos días".
El símil compara la palidez de alguien con la cera. La comparación sugiere una palidez extrema, posiblemente relacionada con la enfermedad o el agotamiento. La referencia a la cera también puede evocar la falta de vida o vitalidad, ya que la cera es un material inerte.
La sospecha como un gusano diminuto (símil)
“Necesitaba la mayor parte de mi atención para mantener a raya una sospecha que se movía dentro de mí como un gusano diminuto pero muy voraz, que roía las paredes de mi cabeza”.
El símil compara la sospecha dentro del narrador con un gusano diminuto pero voraz. Esta comparación transmite la naturaleza insidiosa de la sospecha, sugiriendo que es pequeña pero devoradora. El uso de "roía las paredes de mi cabeza" intensifica la imagen, indicando que la sospecha está afectando activamente el pensamiento del narrador.