La dignidad
Escrito en medio de la guerra civil, Viento del pueblo tematiza la lucha de los pueblos por su dignidad. Para entonces, la violencia del Francisco Franco doblegaba a los trabajadores españoles y los arrastraba al hambre y el hostigamiento.
Antifranquista de espada y pluma, el poemario de Hernández funciona como una arenga para todo aquel que aún no se decidía a rebelarse contra la sumisión que imponía el falangismo, movimiento político español de ideología fascista. Así, sus versos son un llamado a recuperar la dignidad y no dejarse someter por el poder.
En los poemas se transmite que el hombre debe, para luchar por su dignidad, pelear codo a codo con otros hombres. La individualidad no es una opción en este camino. Así, Hernández propone un mundo de hermandad donde en conjunto la sociedad consigue la igualdad y la paz para los hombres.
La guerra
Por más que en Viento del pueblo encontremos himnos e, inclusive, arengas en las que se habla de la lucha, generalmente Hernández opta por adoptar una actitud de resistencia. La guerra es, para él, algo triste que degrada a los hombres y solo les trae miseria a los pueblos. Así, los jóvenes y campesinos rebeldes de sus poemas no eligen la guerra, sino que se ven arrastrados a la resistencia ante el avance de la dictadura franquista. En este sentido, aunque la guerra no se elija, esta obliga a las personas adoptar posición.
El pueblo
En este poemario, el gran protagonista del cambio social es el pueblo. En Viento del pueblo no hay héroes individuales. Hernández concibe al pueblo español como un conjunto uniforme de personas solidarias, llenas de amor y coraje, que han levantado la nación gracias a su trabajo y están dispuestas a dejar la vida por defenderla. El pueblo es pacífico, pero firme en sus convicciones; no hay fisura alguna en él. Así, el yo lírico idealiza al pueblo al punto en que lo cree capaz de vencer a los opresores, aun sin contar con los medios adecuados. Como si las virtudes espirituales compensaran las carencias materiales, Hernández insta a pelear al pueblo aunque este no tenga armas. Como podemos comprobar en “Sentado sobre los muertos”, lo insta a luchar usando sus puños y a morir “con el pecho ante las balas” (p. 8).
El rol del poeta
El rol del poeta en la sociedad es uno de los temas fundamentales de Viento del pueblo. Para Hernández, el poeta tiene diversas responsabilidades políticas: por un lado, es aquel que debe propagar y dar a conocer las injusticias que sufre el pueblo; por el otro, tiene la función de concientizar a los oprimidos y arengarlos a luchar; más aún, debe celebrar el coraje y la entrega de los que luchan y han dado su vida en la batalla; por último, el poeta también debe luchar con las armas, no solo con la palabra. En este sentido, su obra hace suya ciertas reflexiones históricas acerca del rol social del arte, y el propio Hernández encaja en la figura del poeta comprometido con su tiempo.
La juventud
En Viento del pueblo, la juventud no solo refiere al colectivo de personas jóvenes, sino que también representa una actitud específica ante la injusticia y la opresión. Miguel Hernández se identifica políticamente con aquella juventud combativa que se opone a la dictadura de franquista. En este línea, la juventud representa simbólicamente a la energía vital del pueblo que se rebela contra el orden establecido. Encarna el impulso contestatario, el deseo de revertir la injusticia y combatir a la tiranía. En “Llamo a la juventud”, el yo lírico dice: “Juventud que no se atreve / ni es sangre ni es juventud” (p. 20). Esta es la definición de “juventud” en Viento del pueblo.
El capitalismo vs. el comunismo
El yo lírico de Viento del pueblo exalta al comunismo en detrimento del capitalismo. El comunismo se presenta como una fuerza arrasadora que llega desde Rusia a España para liberar a los trabajadores. La sombra de Vladímir Lenin, líder de la Revolución bolchevique, se propaga por toda la nación ibérica como una deidad. El capitalismo, por el contrario, se presenta como un sistema cruel e injusto; un sistema en el que los ricos explotan a los campesinos y los jornaleros, y se apropian ilegalmente de las tierras que estos trabajan.
El amor y la humanidad
Una de las características fundamentales que destaca el yo lírico del pueblo español es su humanidad, su capacidad de sentir, de dar amor, de constituirse comunitariamente. En este punto, el pueblo español se diferencia de los franquistas, los alemanes, los italianos y los portugueses, que se describen como seres inhumanos, seres que no tienen ningún tipo de sentimiento hacia el prójimo. En contraposición, el pueblo español se destaca por la solidaridad, la bondad, la empatía. Por ejemplo, el esposo soldado, protagonista de “Canción del esposo soldado”, piensa en su esposa y su hijo mientras enfrenta las balas. Además, las hermanas, novias y madres de los poemas apoyan a sus hermanos, novios o hijos que luchan en el frente, y son capaces de morir por ellos. Así, el amor por el prójimo en Viento del pueblo es una fuerza arrasadora y pura; un arma fundamental con la que cuentan los republicanos para vencer a los descorazonados franquistas.