El invernadero de la dama Fenring
En el Capítulo 9 del Libro Primero hay una descripción del invernadero que encuentra Jessica en el palacio de Arrakeen, capital de Arrakis. La primera imagen sensorial para describir la habitación es táctil: "una ligera brisa le rozó la mejilla y acarició sus cabellos" (p.113). Luego, hay algunas imágenes visuales: "vio una masa de vegetación iluminada por una luz dorada" (p.113). Continúan las imágenes auditivas: "el ruido rítmico lo producía un hilillo de agua" (p.114) que caía "tamborileando sobre el fondo metálico del pilón" (p.114). Toda la habitación está descrita como coloreada con un filtro amarillo. Jessica siente un olor intenso a plantas tropicales y se acerca a oler una enorme flor rosada.
Las imágenes que permiten al lector imaginar este extraño cuarto contrastan con el paisaje desértico de Arrakis.
La caverna con la laguna de los Fremen
Para describir la experiencia de Jessica y Paul cuando conocen la caverna con la laguna de los Fremen, la narración recurre a una serie de imágenes sensoriales. Primero se describen los sonidos: el "crepitar de la arena sobre la roca", "la distante llamada de pájaros", "el rumor del roce de las túnicas" (p.464); luego, se narra que "un palpable velo de silencio cubrió la caverna" (p.464). En esta última imagen el autor utiliza una sinestesia, es decir, asocia algo auditivo como "silencio" con un adjetivo que apela a lo táctil, "palpable".
En cuanto a las imágenes visuales, la cueva al principio está iluminada por "las franjas de color que se desplegaban en el cielo", y luego "un vehemente cataclismo de colores inundó el cielo" (p.470). A medida que se internan más en la cueva, aparece la luz de los faroles, que "se reflejó en las cabezas encapuchadas" (p.472).
Paul y Jessica también sienten el aire húmedo, y se oye "el ruido de las gotas que caían en aquel ambiente tan frío" (p.472).
La tormenta de arena
La primera vez que Paul y Jessica experimentan una tormenta de arena primero la escuchan aproximarse. Luego, el narrador describe lo que pueden ver a través de la pared transparente de la destiltienda: "los fríos remolinos de arena cruzando la hondonada para convertirse luego en trombas y cataratas que ofuscaban los cielos" (p.304). La imagen visual muestra las dimensiones gigantescas de lo que los rodea cuando habla de cataratas que ofuscan los cielos. A continuación describe: "oscureció el cielo hasta dejarlo de un tono sepia que terminó por ensombrecer el ambiente" (p.304). La mención del color sepia ayuda a visualizar el cambio de luz. Finalmente, desde adentro de la tienda sepultada en arena escuchan: "Los tensores de la tienda chirriaron al toparse con ese aumento de presión, y el tenue zumbido del snork de arena que bombeaba el aire fue lo único que rompió el silencio posterior" (p.305). La imagen visual se complementa así con la imagen auditiva de la tienda chirriando, que aporta a la tensión del momento.
El barón Harkonnen
Los lectores conocen por primera vez al barón Harkonnen en el Capítulo 2 del Libro Primero. Durante casi todo el capítulo, el barón permanece oculto y solo se muestra al final. La primera vez que lo mencionan está sentado en la oscuridad detrás de una esfera de un mundo que gira bajo el impulso de una mano con anillos. Primero lo conocemos a través del sonido de su risa y su voz: "Una risa ahogada surgió... y dejó paso a una voz retumbante" (p.28). Luego, apenas se mueve detrás de la esfera, se describe su figura con la siguiente imagen visual: "una sombra entre las sombras" (p.32). Finalmente, en las últimas líneas del capítulo, sabemos cuál es su aspecto: "Cuando emergió de las sombras, su silueta adquirió otra dimensión... grande e inmensamente gruesa" (p.37). Luego, hay una imagen visual que muestra el modo en que se mueve: "Los sutiles movimientos de sus protuberancias bajo los pliegues de su oscura ropa revelaban que sus grasas estaban sostenidas en parte por suspensores portátiles anclados a sus carnes" (p.37).