Camarín de la Sorellli como un palacio (símil)
La Sorelli es la bailarina principal del cuerpo de baile y, por lo tanto, posee un camarín completamente adaptado a sus necesidades. Si bien no es en sí mismo demasiado lujoso, las demás bailarinas comunes lo perciben como si fuera un palacio, debido a que sus cuartos son mucho más comunes y básicos.
Señores Moncharmin y Richard como marineros perdidos (símil)
“Los señores Moncharmin y Richard eran los náufragos de aquel temporal inmóvil de un mar de tela cruda. Avanzaron hacia los palcos de la derecha a grandes brazadas, como marineros que han abandonado su bote y tratan de llegar a la orilla”.
Mientras buscan explicar los sucesos misteriosos que tienen lugar en el teatro, estos personajes son comparados por el narrador con marineros de alta mar, perdidos en medio de una tormenta. En parte este símil responde al hecho de que el decorado del escenario simula una tormenta, en parte, porque se encuentran perdidos en torno a la explicación que deberían dar a los hechos ocurridos hasta el momento.
La metáfora del fantasma
La novela, ya desde su título, coloca en escena una metáfora muy particular que presenta a Erik como si fuera un fantasma. Así es conocido este personaje por quienes no saben su verdadera historia. Con el correr de los capítulos podremos conocer que su rostro es de nacimiento muy diferente del de otras personas. Es por esto que usa una máscara y que apenas se deja ver. Utiliza mucho su voz, pero desaparece en cuanto ve gente, llegando a matar a otros en un anonimato que hace pensar en la existencia de un fantasma. Es decir, por sus acciones, el escondite en el que vive, y su aspecto que apenas deja ver, Erik es considerado, por muchos, como si fuese un fantasma.
Christine como ángel (símil)
A lo largo de las páginas, nos encontramos en más de una ocasión con la semejanza que se establece entre el personaje de Christine y un ángel. Ya sea por su cabellera dorada como por su voz, o bien por su delicadeza y su forma de ser, la protagonista de la historia siempre aparece comparada con estos seres espirituales.
Por ejemplo, podemos apreciar este símil en la siguiente cita: “’Y no cesando de vagar prudentemente por la Opera, pronto supe la verdad sobre los tristes amores del monstruo. Dominaba el espíritu de la angelical criatura por medio del terror, pero el corazón de Christine pertenecía por completo al vizconde de Chagny’”.
Raoul como una fiera (metáfora)
“Raoul se inclinaba hacia la anciana señora, con la mandíbula colgante, como si fuera a morderla. Si hubiera tenido ganas de devorarla, no la hubiera mirado con ojos más feroces. Hay momentos en que la gran inocencia de alma parece tan monstruosa, que se vuelve odiosa. Raoul encontraba a la señora de Valerius demasiado inocente”.
En esta cita observamos una caracterización del personaje de Raoul que lo acerca a una especie de fiera, tanto por su mirada como por la expresión de su rostro, específicamente de su mandíbula. La señora de Valerius no es de su agrado, y lo deja entrever con sus facciones de modo tal que parece un animal a punto de atacar a su presa.