El color blanco
El color blanco en la novela se relaciona con las clases altas y socialmente establecidas que viven en East Egg. Por ejemplo, el vestido de Daisy en la primera comida en su casa es de este color. La casa de los Buchanan es una “alegre mansión colonial georgiana blanca y roja con vista a la bahía” (2011:34). El color blanco se vincula con un estatus social elevado o acomodado y aparece luego en las ventanas que “relucían blancas” (2011:35) y en el “cutis empolvado de blanco leche” (2011:60) que utiliza Catherine, la hermana de Myrtle, para parecerse a una mujer de clase alta.
Significativamente, la mansión de Gatsby no es blanca pero él se viste con un traje de franela blanca en el capítulo cinco, la primera vez que ve a Daisy luego de cinco años, para impresionarla. Incluso en la vestimenta simula pertenecer a una clase que no es la suya. En 1917, cuando el protagonista conoce a Daisy en Louisville, maneja un auto deportivo blanco.
En el viaje en auto que hacen Nick y Gatsby hacia la ciudad, en el cuarto capítulo, se ve cómo Manhattan también se describe con el color blanco. Cuando cruzan el puente, ven “la ciudad subiendo al otro lado del río en montones blancos y terrones de azúcar” (2011:101).
La luz y el brillo
La novela presenta un campo semántico que tiene que ver con la luz, el reflejo de la luz y los brillos, generalmente asociados a Gatsby y sus fiestas. La mansión de Gatsby y el físico del protagonista suelen caracterizarse con este campo semántico y se relacionan con el tema de la realidad y la fantasía. Gatsby es un personaje artificial, una creación de James Gatz para conseguir el amor de Daisy. En consecuencia, los brillos y los reflejos de luz rebotan en su persona porque no tiene transparencia; es solo una superficie artificial de reflejo.
Por ejemplo, en una fiesta en su mansión, Nick destaca que “solo la brillante puerta echaba diez pies cuadrados de luz al voleo” (2011:146), y otra noche, “toda la esquina resplandecía de luz, que caía irreal en las matas” (2011:116). Luego, cuando Daisy visita su mansión, dice Nick que “la casa refulgió llena de luz” (2011:131), y Gatsby le pide: “fijate cómo todo el frente capta la luz” (2011:126).
El brillo resalta el manto de fantasía que recubre al personaje. Nick describe su “sonrisa brillante” (2011:120) y dice que Gatsby “literalmente resplandecía” (2011:125), y que “sonrió como un meteorólogo, como un extático patrocinador de la luz recurrente” (2011:125).
La oscuridad y la suciedad
A diferencia de la blanca casa de los Buchanan y la brillosa mansión de Gatsby, el valle de las cenizas es un lugar oscuro y sucio. El taller mecánico de George Wilson se describe, en el segundo capítulo, como una “lúgubre escena” (2011:53). Se describe que, en “esa sombra de talle” (2011:54), “el único coche visible era un Ford en ruinas cubierto de polvo agazapado en un rincón borroso” (2011:54). Es un espacio marginal que aparece oscuro, apagado y cubierto de polvo. Puede vincularse el bajo nivel económico de la población con estas imágenes visuales de oscuridad y suciedad.
Las desapariciones de Gatsby
En varias oportunidades de la novela, el personaje de Gatsby desaparece de los espacios sin despedirse y de manera repentina. Por ejemplo, en su primera aparición en la novela, en el final del capítulo uno, Nick dice que “cuando volví la mirada hacia Gatsby, se había desvanecido y me hallé solo otra vez en la intranquila oscuridad” (2011:51). Esta conducta reiterada del protagonista es capturada por el narrador con imágenes visuales y de movimientos rápidos e inesperados que dan cuenta del caracter evasivo del protagonista. Gatsby es un personaje misterioso y etéreo y por eso desaparece de las escenas de esta manera.
Por ejemplo, en sus propias fiestas, no puede mantenerse presente. Luego de aparecer por unos minutos, en general desaparece para atender negocios. En una oportunidad, conversa con Nick, le sonríe y luego: “en ese exacto punto se desvaneció” (2011:80). Luego, cuando va con Nick a almorzar a la ciudad, Nick describe que “me volví hacia Gatsby, pero ya no estaba allí” (2011:108).