El Imperio de los Sueños Imágenes

El Imperio de los Sueños Imágenes

Paisaje del alma (imagen visual)

"Ahora quiero hablaros desde el fondo de mi alma. Quiero hablaros de cántaros de agua. Y de pastores. Quiero hablarte de pipas y flautas. Y de rebaños. Y de la reunión de ovejas en mi alma. Quiero hablarte de fuentes. Y de pozos. Y de agua. Hay tanta agua en el mundo. Y hay tantos prados y valles. Y tantos fuertes. Y fronteras. Quiero hablarte del amante. Y de su amante. Y de la pregunta formulada a las criaturas. Y verdes pastos. Y zumo de granada. Y campos. Y la montaña. Y la bodega. Y el lecho de leones. Y las flores de San Francisco. Deseo volver a casa. Deseo llegar a la morada de mi alma."

Este fragmento mezcla cavilaciones poéticas, diálogo dramático e introspección filosófica. Es un tapiz de imágenes vívidas, que yuxtapone elementos pastorales con temas existenciales. El texto explora la nostalgia del hogar, el alma y la esencia de la existencia. Recorre paisajes físicos y emocionales al tiempo que emplea la metáfora para captar las complejidades del viaje vital.

Realidad y ficción (imagen visual)

"En un edificio donde se compra ropa y se vende maquillaje, aparece una pantalla de televisión. El Narrador proyecta a Mariquita Samper. De repente, no hay forma de medir la distancia entre el Narrador proyectando a Mariquita en la televisión y yo subiendo las escaleras hacia mi apartamento. El portero abre la puerta del coche. Mariquita sale del coche. El portero le lleva los paquetes. Mariquita sonríe sugestivamente. Se levanta un poco la falda. Y se inclina hacia el televisor. El Narrador intenta penetrar en la intimidad de su corazón. Pero hay tantas puertas que se abren y se cierran. Hay tantos televisores que se encienden y se apagan. Y hay una paloma blanca que se escapa del corazón de Mariquita Samper y se convierte en un pañuelo cuando la mira fijamente."

El fragmento representa la convergencia de papeles entre la realidad y la ficción. Pone de relieve las complejidades de la identidad y la superposición de personajes. Pone de relieve la confusión y la interconexión de las distintas capas de la realidad. Difumina las fronteras entre los personajes y sus creadores.

El reino de las realidades construidas (imagen visual)

"Inmediatamente pulsé el botón del ascensor. Y sus gigantescas puertas se abrieron. Vi un cohete estallar en la televisión. Entonces me arrodillé y recé. Casi me sentía nuevo. Había soñado con construir un gran edificio en el que se hablaran muchas lenguas. Y soñé con un reino de acero. Vi unas maripositas, y vi una abeja y un saltamontes en medio de ellas. Apreté un botón y di cuerda a una caja de música. Para un escritor como yo -dijo el Narrador- dar cuerda a una caja de música es llenar un depósito de gasolina. Y dejar que un cohete estalle en medio de una frase que de repente se encuentra atascada en el tráfico y ver desde lejos que los recuerdos se confunden y sus pies se convierten en algodón y les sale espuma por la boca."

Las imágenes ilustran una secuencia onírica en la que el protagonista navega por un edificio que representa el imperio de las realidades construidas. Es un espejo de Manhattan sumergido en las olas del océano. Este imperio vende diversos aspectos de la vida que encapsulan la esencia de la polifacética existencia de la ciudad. Desdibuja las fronteras entre el creador y la creación, la realidad y el mundo imaginado.

Alegre olvido (imagen visual y auditiva)

"Y ahora. Si ves un pastor de complexión media. Pequeño. Con ojos marrones mirando las estrellas. Que tiene una sonrisa en los labios. Y unas orejas perfectas. Que lleva una boina. O un gorro de marinero. Si la ves caminar con zapatillas rojas. Si oyes cascabeles. Si ves que tiene las mejillas sonrosadas. Y si ves que tiene hoyuelos. Si ves que te mira y no deja de mirarte. Si ves que sonríe. Y te saluda. Si ves que no se cansa de andar y de soñar. Si ves que mira el cielo, las nubes y las estrellas. Si te sientes bien y te enamoras de ella cuando la conoces."

Este fragmento aborda los temas de la memoria, el olvido y el abrazo gozoso del momento presente a través del símbolo de la pastora. Inicialmente, destaca a una pastora única que irradia felicidad y positividad. Sin embargo, esta pastora se deleita en el olvido rechazando el peso de la nostalgia y la tristeza que conllevan los recuerdos. Las imágenes la retratan como un símbolo de alegre liberación.

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