Pasto/Uniformes (símil)
“El pasto era tan verde como los uniformes de los músicos de la Defensa Nacional que tocaban en sus instrumentos una marcha cualquiera nos levantamos y nos sacudimos el polvo”.
Este símil utiliza la comparación para resaltar la intensidad del color verde del pasto. La elección de comparar el pasto con los uniformes de los músicos de la Defensa Nacional aporta una imagen vívida y específica, ya que los uniformes militares suelen ser notoriamente brillantes y uniformes en su color. Este símil no solo destaca la intensidad del verde, sino que también agrega un matiz de orden y uniformidad a la descripción del pasto, creando una imagen visualmente impactante.
Voces de fantasmas/Silencio (metáfora)
“Estuve con Gisela en casa de Vulbo, un ratito. Después la llevé a su casa. Entré en la mía. Quería hablar con mi padre. Encontré voces de fantasmas, no había nadie. Arriba, mi abuelita lloraba".
La metáfora es utilizada para transmitir la sensación de ausencia y silencio en el hogar del narrador. Al describir las voces como "fantasmas" el autor sugiere que estas son susurros de presencias ausentes, evocando una atmósfera de melancolía y soledad. La metáfora contribuye a crear una imagen emocionalmente cargada, revelando la falta de conexión y comunicación en el entorno familiar del narrador, a pesar de la presencia física de las personas.
Exclamación/Queja de pájaro (símil)
“Oigo una patada y una exclamación de Mónica como queja de pájaro, y siento la pelota botar contra mis piernas".
La elección de comparar la exclamación con una "queja de pájaro" sugiere una calidad aguda y penetrante en el sonido, evocando la imagen de un pájaro que emite un sonido quejumbroso. Este símil añade una capa de expresividad y color a la descripción, permitiendo al lector imaginar no solo el sonido en sí, sino también la calidad emocional que lleva consigo, en este caso, la molestia o dolor expresado por Mónica.
