La narración se adentra en un acontecimiento real en el Brasil del siglo XIX, cuando la nación se estaba transformando de una monarquía a una república. Vargas examina el alcance del idealismo de las personas que luchan por proteger su libertad y sus creencias. Durante este periodo, la abolición de la esclavitud y la proclamación de la república provocaron inestabilidad socioeconómica y política. Así, los partidarios del antiguo imperio, como los habitantes de Canudos, se resisten a los cambios políticos en Brasil.
Tras la llegada al poder de la Primera República Brasileña, algunos pueblos de Brasil se mostraron insatisfechos con el gobierno democrático. Mientras tanto, en Bahía el religioso Antonio Conselheiro comenzó a predicar contra las ideologías adoptadas por la república. En consecuencia, sus enseñanzas crearon un espíritu revolucionario entre la comunidad de Canudos. Su doctrina afirmaba que la separación de la Iglesia y el Estado permitiría un régimen corrupto. El ejército de la república llevó a cabo una misión para acabar con la comunidad, pero fracasó dos veces porque la resistencia se hizo más fuerte. Finalmente, el ejército consigue aniquilar el asentamiento después de que su líder falleciera por causas naturales.
Antonio Conselheiro y el líder militar del ejército de la república, como personajes centrales, se sitúan en lados opuestos del espectro político. Conselheiro cree en preservar la voluntad de Dios y del pueblo apoyando los principios de la monarquía. La narración pone de manifiesto el poder desinhibido de una entidad política para erradicar la estructura social que se le opone.