Resumen
Capítulo VI: August
En este capítulo, August vuelve a ser narrador. Su relato comienza el día en el que se exhiben los proyectos realizados para la clase de ciencia. Él realizó junto a Jack un proyecto que lo dejó muy satisfecho. Sin embargo, es un día difícil, ya que la exhibición se llena de parientes de los alumnos que nunca lo vieron y, a diferencia de los estudiantes del colegio, que ya están acostumbrados, estos no paran de mirarlo de reojo y hacer comentarios.
La guerra entre el bando de Julian y Jack continúa durante un tiempo. Sin embargo, poco a poco, la mayoría de los estudiantes se van cansando de sostener esta hostilidad. De hecho, Julian comienza a perder popularidad. Los compañeros de August ya no lo discriminan, e incluso hacen bromas amistosas con él.
August se entera de que deberá comenzar a usar audífonos especiales. Cada vez escucha menos. Cuando el doctor se los coloca, Auggie se siente que es como Lobot, el personaje de La guerra de las galaxias, y protesta. Sin embargo, cuando el médico enciende los audífonos, August se maravilla al escuchar con tanta nitidez. Además, cuando regresa a la escuela con los audífonos, nadie se detiene en él ni le dice nada malo al respecto.
Una de esas noches, la madre de Via se entera de la obra de teatro y se enoja muchísimo con su hija por no habérselo contado. Pese a que lo intentan ocultar, August se da cuenta de que Via no quiere que la familia asista a causa de él. Sube corriendo a su cuarto a llorar, pero este conflicto se interrumpe porque, repentinamente, Daisy, la perra de la familia, comienza a agonizar, y deben llevarla al hospital para sacrificarla.
En medio de la noche, August conversa con su madre acerca de dónde estará Daisy ahora que ha muerto. Se preguntan si estará con la abuela. Hablan acerca de que, probablemente, nadie luce igual cuando llega al cielo. Eso reconforta a Auggie.
Finalmente, Via trae tickets para que toda la familia asista a la obra. No se habla más del conflicto previo. La familia Pullman va a ver la obra y, para sorpresa de todos, el papel protagónico femenino no lo hace Miranda, tal como estaba previsto, sino que lo hace Via. La obra es increíble. Tanto Via como Justin deslumbran a todos. Via explica que Miranda se enfermó justo antes de comenzar y ella tuvo que reemplazarla. Todos pasean entre la multitud de gente. August, en un momento, se siente perdido, hasta que alguien lo agarra del brazo: es Miranda, la amiga de su hermana, que siempre le brindó afecto.
Capítulo VII: Miranda
La narradora es Miranda, un personaje que, hasta ahora, no ha tenido una particular relevancia dentro de la novela. Miranda comienza narrando lo que sucedió el último verano. Cuenta que sus padres se separaron debido a que su padre comenzó a estar con otra mujer. Después de eso, apenas lo vio, y su madre, por su parte, se volvió muy distante.
Luego cuenta que fue a un campamento en el que no conocía a nadie, y allí decidió reinventarse a sí misma y su historia. Le dijo a todo el mundo que tenía un pequeño hermano que padecía una deformidad. Sabe que eso está mal, pero a la vez siente que fue tan cercana durante tanto tiempo a August que su mentira tiene algo de verdad.
Al regresar del campamento, se reencontró con Eva, pero no con Via. Pensó que Via, que se caracteriza por su seriedad, iba a juzgarla y no dejaría que se reinventara. Por ejemplo, le caería mal que se hubiera teñido el pelo de rosa y que se vistiera utilizando ropa corta.
Cuando comienza el colegio, tanto Eva como Miranda hablan mal de Via. Les es más fácil creer que ella les hizo algo malo, y no que ellas fueron las que cambiaron y decidieron dejarla de lado. Miranda se pone de novia con un deportista, un poco tonto según ella misma lo expresa, llamado Zack.
Miranda se une al grupo de teatro porque ve que allí está inscrita Via. Cuando se entera que la obra elegida por el director de teatro es El hombre elefante, le dice que deben cambiarla, ya que ella tiene un hermano deforme. Luego, Miranda hace una audición para el personaje principal y, sorpresivamente incluso para ella, le gana a Via y se queda con el papel.
Uno de esos días, Miranda llama a August y habla un rato con él. Una de las cosas que más extraña de la amistad con Via es a su familia. Le pide a August que le diga a su hermana que ella la extraña.
Llega la noche del estreno. Sus padres no están entre el público. Tampoco Zack, que fue a jugar un partido de vóley. Miranda ve entre el público a toda la familia de Via e inmediatamente toma una decisión: le dice al director de teatro que se siente mal y que no podrá actuar. Via toma, entonces, su lugar.
Tras la obra, Miranda tiene un tierno reencuentro con August y la familia Pullman. Tanto es así que la invitan a cenar con ellos. Miranda en principio se niega, pero Via aparece y le dice que no se puede negar. Las amigas se reconcilian.
Análisis
Capítulo VI: August
Tras varios capítulos, vuelve a ser August el narrador de la novela. El lector se encuentra con un Auggie diferente, que se ha adaptado a los cambios, y que, incluso, parece mayor. August, de hecho, ya se siente cómodo en la escuela. No le teme al bullying, y se ha acostumbrado a convivir con todos sus compañeros, incluso con aquellos con los que no tiene afinidad.
Sin embargo, la escuela sigue trayendo nuevos desafíos. La exhibición del proyecto de ciencias vuelve a poner a August en una situación incómoda. Sus compañeros de escuela ya se acostumbraron a él, pero sus familias no. De hecho, se puede decir que la exhibición de ciencias termina siendo, en realidad, una exhibición de August. Él es el “objeto” observado. Aquí, Palacio insiste en demostrar que el problema de August no se limita a los niños, sino que también los adultos tienen una responsabilidad importante al respecto.
Incluso, los niños, en este punto de la novela, son más “adultos” en relación a August que sus padres. Si bien la novela no deja en claro cuál es “la lección de August” (que le vale el título a la obra en español), una de las lecciones importantes, que a esta altura ya parecen haber aprendido muchos de los personajes, es que la apariencia física no es importante, y que se debe valorar a las personas por lo que son y no por cómo se ven. Sus compañeros bromean con él, la “guerra” entre los niños ha perdido sentido, Julian ya no tiene la influencia negativa que antes tenía, y todos parecen ser, ahora, mejores personas.
La madurez y el cambio, tanto de August como de sus compañeros de escuela, aparecen muy bien representados en la escena de los audífonos. August solo opone una leve resistencia a utilizar ese artefacto que lo hace ver como un robot. Comprende que escuchar bien es más importante que su apariencia. Sus compañeros, al ser totalmente indiferentes cuando August llega a la escuela con audífonos, también demuestran que ya no están pendientes de los cambios de apariencia, o que les dan muy poca importancia.
La muerte de Daisy es también un hecho importante que sucede dentro de este capítulo. Daisy es un símbolo de la infancia de Auggie, una figura que ha estado desde siempre allí para consolarlo, sin juzgar su apariencia. Su muerte mueve a August a seguir creciendo, a aceptar los golpes que trae consigo la madurez y el camino hacia la independencia.
Además, Daisy también es fundamental para la madurez de Via, que entiende que hay cosas más importantes que preocuparse que por qué dirán en el instituto al ver a su hermano. Después de la muerte de Daisy, Via invita a la familia a la obra, demostrando que ella también está en un proceso de madurez.
Ahora bien, tras este hecho, August sigue preocupado por cómo será su apariencia una vez que muera. Tiene con su madre una conversación similar a la que tuvo con Summer, y nuevamente se reconforta al pensar que en el cielo tendrá otro rostro. Esto nos hace pensar que ni siquiera August es consciente del cambio que se ha generado a su alrededor, de cómo su apariencia ya no determina su vida, y que ya no debe esperar a la muerte para encontrar un consuelo y vivir bien.
La escena final de este capítulo es fundamental, ya que, tras la obra, por primera vez, Via ocupa el centro de atención de sus padres y logra un gran reconocimiento por parte de ellos.
Capítulo VII: Miranda
Sin dudas, uno de los mensajes más importantes que deja al lector La lección de August es que siempre se debe escuchar a los otros para poder elaborar juicios de valor sobre sus modos de actuar. Por ejemplo, la narración de August sobre su pelea con Jack nos presenta a este como un villano. Luego, cuando escuchamos su voz, entendemos que Jack dista mucho de ser un villano. La multiplicidad de voces genera un equilibrio dentro de la novela. Algo similar sucede en este capítulo: la narración de Miranda acerca de su alejamiento de Via nos genera una mejor comprensión del personaje que la narración que había llevado a cabo Via sobre dicho alejamiento.
Al igual que Justin, Miranda ha tenido problemas familiares que han alterado su vida, que la han hecho tomar determinaciones extrañas, dolorosas tanto para ella misma como para Via. La separación de sus padres ha trastocado sus ideas sobre el funcionamiento de la vida adulta. El rotundo cambio que decide realizar en su aspecto y su modo de ser tiene una conexión estrecha con la separación de sus padres.
Miranda quiere ser otra persona. Paradójicamente, quiere ser Via. Dentro de la soledad en la que queda atrapada tras la separación de sus padres, Miranda comienza a decir que tiene un hermano menor que padece una deformidad. Se apropia de la historia de Via, como si al hacerlo pudiera tener realmente una familia como la de Via. Su alejamiento de ella es lógico: no puede andar por ahí apropiándose de la vida de Via y seguir cerca de ella. Miranda dice que su alejamiento se debió a que Via no la iba a comprender y la iba a juzgar. Según ella, Via iba a hacer esto porque es una chica muy seria. El lector entiende que el motivo real de su alejamiento es más complejo.
Paradójicamente, Miranda termina funcionando dentro del instituto como un espejo inverso de Via. Esta última intenta negar la existencia de su hermano para no ser juzgada. Miranda, por el contrario, inventa su propio Auggie y se vuelve popular.
Más allá de sus contradicciones, en este capítulo Miranda demuestra su valor como persona. Nos enteramos de que es ella quien ha hecho modificar la elección de la obra para que August no se sienta mal al ver representada El hombre elefante. Además, en pos de lograr que Via tenga el afecto de sus padres y se luzca frente a ellos, se hace pasar por enferma y le deja el papel principal de la obra. Así, el final de este capítulo nos presentará a una Miranda que, gracias a su amor por los Pullman y al amor de los Pullman por ella, logra volver a sí misma y reconstruir su amistad con Via, quien decide perdonarla, así como antes August perdonó a Jack.
El perdón aparece en La lección de August como una acción fundamental e incluso justa, ya que nadie, realmente, sabe lo que le sucede en el interior a la otra persona como para juzgarla tajantemente. La pregunta que surge entonces es: ¿merece Julian, el niño más cruel de la novela, ser también perdonado? La lección de August no le da voz a este niño. Sin embargo, en una de las sagas de la novela, el protagonista es él, y escuchar sus motivos y su contexto es fundamental para poder comprenderlo y no dar por hecho que, simplemente, es un niño malvado.