Aristófanes es considerado el mejor dramaturgo de comedia de la Antigua Grecia. De hecho, se lo considera el fundador del género comedia antigua. Si bien el primer certamen de comedias data del año 486 a.C. (cuarenta años de que Aristófanes naciera), no se conserva ningún texto cómico de los predecesores, como así tampoco de los contemporáneos del autor. La conservación de once comedias, de las más de cuarenta que escribió Aristófanes en vida, es tomada por los estudiosos como una prueba irrefutable de su popularidad y de su importancia. Por lo tanto, si bien se sabe que hubo autores previos y contemporáneos, la comedia antigua es, en definitiva, la comedia de Aristófanes.
Estas son las principales características de este género y, por ende, de las obras del “padre de la comedia”:
· La sátira pública de personas y temas de su momento. En Lisístrata, hemos visto una sátira sobre la guerra y sobre personajes del momento como el político Píndaro.
· La aparición de numerosas canciones y escenas en donde los personajes bailan (de hecho, Lisístrata termina de ese modo).
· La utilización constante de chistes obscenos. Es decir, Lisístrata no es la única obra en la que la sexualidad tiene una importancia fundamental.
· Constantes referencias al teatro del momento, sobre todo a las tragedias que, satirizadas, se vuelven cómicas. En Lisístrata, como hemos visto, se cita en dos ocasiones frases de distintas obras de Eurípides, y se hace alusión a Esquilo.
El nacimiento de la comedia antigua guarda una relación estrecha con el nacimiento de la primera ciudad-Estado, Atenas. Tras la victoria de los atenienses frente a los persas, la capital griega consigue una hegemonía económica y cultural. La organización de esta primera “gran ciudad” permite que diferentes géneros, de naturaleza breve, y que hasta entonces estaban dispersos, confluyan y construyan un género nuevo, más abarcativo. Además, el orden político, por primera vez, presenta rostros visibles, personajes políticos de los que la comedia antigua se alimentará para hacer reír al público mientras se los critica y satiriza duramente. Es interesante que hoy, 2.500 años después, la comedia siga siendo una herramienta artística utilizada con frecuencia para criticar a los funcionarios políticos.
Las comedias antiguas se representan en certámenes que se llevan a cabo dos veces por año en el contexto de dos importantes fiestas: las Dionisias Urbanas y las Leneas. Se le pide a algún hombre adinerado que apadrine estos certámenes. Estos tienen lugar en el Teatro de Dioniso. Si bien no hay certeza acerca de cuántos espectadores entran allí, en la obra llamada Dinero, de Aristófanes, se habla de 13.000 espectadores. En cada certamen compiten cinco comedias, aunque durante la Guerra del Peloponeso este número desciende a tres. Cinco jueces dan el veredicto final, y el vencedor obtiene una corona de hiedra como premio.
Como se desprende del párrafo anterior, la Guerra del Peloponeso atraviesa la comedia antigua, así como la vida de Aristófanes. Con la guerra, la hegemonía ateniense entra en conflicto con otras ciudades de Grecia. La más poderosa, Esparta, se enfrenta a Atenas y da inicio a la guerra. La comedia, que ya había dado sus primeros pasos (aunque de estos no queden registros escritos) se vuelve aún más importante. Los atenienses comienzan a sufrir de manera más directa o indirecta las consecuencias del enfrentamiento bélico y de las decisiones de los políticos, y la crisis invita a la comedia a agudizar la crítica social. Eso hace Aristófanes.
La Guerra del Peloponeso dura veintisiete años. La mayor parte de la obra del autor (y, por lo tanto, del género) se enmarca en estos veintisiete años. Se considera que el final de la comedia antigua coincide, no por casualidad, con el final de la guerra. Solo se conservan dos obras de Aristófanes posteriores a la guerra: Las asambleístas y Dinero.
Tras el final de la guerra, Atenas queda devastada económicamente. La concepción de los atenienses es otra. La crítica social pierde fuerza como elemento cómico. El público necesita divertirse desde la distracción. De hecho, las últimas obras de Aristófanes son utópicas y tienen escasos vínculos con la realidad. La llamada comedia nueva, que tiene a Menandro como su escritor más representativo, ya no concentra su comicidad en la crítica social, pública. Se abandonan los temas heroicos y la moral justiciera, y se imponen temas cotidianos y aventuras amorosas equívocas, así como la representación de personajes estereotípicos, como avaros, vagos, misántropos, etc.
Si bien se considera que la comedia antigua, como género, termina en ese momento histórico, hoy es un género fundamental sobre el que se posan las comedias actuales, a sabiendas de que, a través de la risa, no solo se puede hacer pasar un buen rato al público, sino que también se lo puede invitar a reflexionar críticamente acerca del mundo que lo rodea.