Publicado en 1848, el Manifiesto del Partido Comunista, de Karl Marx y Friedrich Engels, es un texto elaborado a pedido de la “Liga de los Comunistas”, una organización revolucionaria clandestina con gran adhesión entre el movimiento obrero internacional. En estos años, reina en Francia Luis Felipe de Orleans, cuyo régimen había empezado en 1830 con una revolución que derribó la monarquía absoluta e implantó una forma constitucional en la que el monarca se encontraba sometido a los principios de la Constitución. Sin embargo, a pesar de haber nacido de una manera insurrecta, este régimen termina consolidando la alianza entre los sectores más pujantes: la aristocracia y la burguesía.
Frente a este avance de las clases dominantes, la “Liga de los Comunistas” busca dejar asentadas las bases ideológicas y políticas del proletariado, es decir, de aquellos trabajadores que venden su capacidad o fuerza de trabajo a cambio de un salario. Así, el Manifiesto nace como una herramienta teórica para plantear las necesidades y exigencias de la clase obrera internacional.
El texto posee un carácter fuertemente revolucionario y confronta con otros movimientos de la época, como el socialismo. Esta doctrina aboga por la fraternidad universal como solución a los problemas económicos, pero tiende a la renovación pacífica de la sociedad por medio de una serie de reformas. Por otra parte, Marx y Engels predican la importancia de la lucha de clases como un motor de transformación absoluta. Para estos autores, la historia de la humanidad avanza a partir del enfrentamiento entre opresores y oprimidos. El primer grupo, encarnado por la burguesía capitalista, asfixia al movimiento obrero al quedarse con las riquezas generadas por estos trabajadores. En este sentido, la única forma de cambio es una revolución que destruya esta dominación burguesa y otorgue poder político al movimiento obrero internacional.
Si bien pasa desapercibido entre la multitud de panfletos y tratados publicados en 1848, el Manifiesto se transforma en una de las obras más trascendentes de la historia intelectual y política del mundo de los últimos 150 años. Fue inspiración de los sistemas políticos comunistas que gobernaron a casi la mitad de la población mundial durante el siglo XX, y definió el principal conflicto ideológico del siglo pasado, alterando incluso a aquellos países que se mantuvieron firmes en contra de estas doctrinas. A nivel intelectual, la obra de Marx y Engels influyó profundamente en casi todos los campos de estudio, desde las humanidades hasta las ciencias naturales.