El Manifiesto se divide en una introducción y cuatro capítulos. El comienzo está compuesto por unos breves párrafos en los que los autores destacan la importancia del movimiento comunista en Europa. Subrayan también el carácter amenazante que tiene para las clases dominantes de la época y dejan en claro que, en realidad, nadie sabe realmente qué es el comunismo. Por esto, el Manifiesto viene a clarificar y exponer las bases teóricas de esta ideología
En el capítulo 1, “Burgueses y proletarios”, los autores sostienen que toda la historia de la humanidad se basa en la lucha de clases, es decir, en el antagonismo entre una clase dominante y otra oprimida. Luego analizan el ascenso social de la burguesía. Según Marx y Engels, esta clase es la que controla los medios de producción y explota y oprime al proletariado trabajador al quedarse con los beneficios de su trabajo.
Para mantenerse en la cima, los miembros de la burguesía compiten entre sí con el objetivo de maximizar sus beneficios y reducir sus costos. Esto empobrece la vida del proletariado, ya que, para garantizar la reproducción de su capital, la burguesía reduce los salarios hasta lo mínimo indispensable. Así, la burguesía lucha contra los trabajadores y otros miembros de su misma clase, y los proletarios luchan contra la burguesía.
En el capítulo 2, “Proletarios y comunistas”, los autores explican las tesis del comunismo al analizar las críticas más frecuentes que se plantearon en su contra. Es ejemplar la acusación de que el proletariado busca demoler la propiedad privada. Sin embargo, Marx y Engels dejan en claro que los comunistas solo quieren deshacerse de la propiedad burguesa y poner los medios de producción en manos de la comunidad. Otra de las críticas recibidas por los comunistas se vincula con la demolición de la familia. Los autores argumentan que, en el sistema capitalista, la familia está regida por el espíritu de lucro y ganancia, como todos los otros vínculos. Así, buscan también transformar esta institución.
Este apartado concluye con algunas medidas prácticas que debe tomar el proletariado una vez que obtenga el poder político. Entre las consignas más destacadas, aparece la expropiación de la propiedad burguesa, la prohibición del trabajo infantil y la nacionalización de los transportes.
En la sección 3, “Literatura socialista y comunista”, Marx y Engels critican los puntos de vista de referentes socialistas y comunistas de la época. Principalmente, los ataques se deben a que estas posturas quieren simplemente reformar el sistema capitalista en lugar de derrocarlo directamente apoyando la lucha del proletariado. Para los autores, estos esfuerzos están necesariamente condenados al fracaso, ya que la revolución de la clase obrera es inevitable.
Finalmente, en el capítulo 4, “Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición”, los autores señalan los partidos políticos con los que se alían los comunistas en varios países europeos, dejando en claro que apoyan siempre todo movimiento revolucionario en contra del régimen social dominante. Luego, Marx y Engels llaman al proletariado a derrocar por la fuerza a la burguesía. Así, el Manifiesto termina convocando a los trabajadores de todos los países a unirse para vencer a la clase opresora.