Nuestra parte de noche

Nuestra parte de noche Citas y Análisis

Los crímenes de la dictadura eran muy útiles para la Orden, proveían de cuerpos, de coartadas y de corrientes de dolor y miedo, emociones que resultaban útiles para manipular.

Narrador, p. 126.

Nuestra parte de noche está totalmente atravesada por el contexto político argentino. Enriquez no utiliza la situación política como telón de fondo de la novela, sino que lo entrelaza con la trama de la obra.

La dictadura argentina tiene aquí, por lo tanto, una gran importancia. Tal como vemos en la cita, entre el gobierno militar y la Orden existe una enorme afinidad. Los militares le proveen cuerpos para que sean utilizados como sacrificios al dios oscuro y, además, le permite matar con la misma impunidad con la que matan ellos.

Te dejé algo mío, ojalá no sea maldito, no sé si puedo dejarte algo que no esté sucio, que no sea oscuro, nuestra parte de noche.

Juan, p. 243.

La denominada “parte de noche” que le da título a la novela es una manera metafórica de llamar al mal. El mal se presenta en la obra como una fuerza omnipresente: todos los personajes tienen su parte de noche.

Ahora bien, ¿dónde nace esa noche? ¿Se hereda? ¿Se busca? La novela le propone al lector esas preguntas, pero no le brinda una respuesta única. Hay personajes que buscan la noche, otros que la obtienen a través del dolor, y otros, como Gaspar, que sin dudas la han heredado.

–La gente que se quiere no se hace mal –dijo Gaspar.
–Eso no es cierto –respondió Juan–.

Gaspar y Juan, p. 265.

En Nuestra parte de noche, las relaciones interpersonales son sumamente complejas. El amor idealizado no existe. Todos los personajes están atravesados por sus miserias y sus dolores, y esto incide inevitablemente en sus relaciones.

Por ejemplo, Juan es capaz de dar la vida por Gaspar. De hecho, prefiere morir antes de que su hijo se encuentre a merced de la Orden. Sin embargo, también es capaz de golpear a su hijo salvajemente por nimiedades. El diálogo citado, de hecho, se da luego de una golpiza. Amor y odio, protección y desamparo se mezclan en Nuestra parte de noche, una novela en la que las relaciones están atravesadas por la “parte de noche” de cada uno de los personajes.

El dinero es un país.

Rosario, p. 288.

A lo largo de su vida, Rosario aprendió que las personas de clase alta no se rigen por los mismos parámetros que el resto. Los ricos tienen su propio país. Comparten una idiosincrasia con todos los ricos del mundo. Es decir, entre una persona rica de Argentina y una persona rica de Italia hay mucho más en común que entre una persona rica de Argentina y una persona de clase baja del mismo país.

El funcionamiento de la Orden demuestra esto cabalmente. La Orden existe desde hace siglos y siempre funcionó igual. Tanto en Inglaterra como en España o Argentina, la Orden explotó a personas de clase baja, siempre con el mismo objetivo y sin verse afectada por los gobiernos o las costumbres de cada país.

Llevársela fue muy sencillo para un hombre de su posición. Siempre es fácil, para nosotros, conseguir lo que queremos.

Rosario, p. 302.

Esta cita también se relaciona con el poder de la clase alta. George Mathers descubre a la médium Olanna en uno de sus viajes por África y decide llevársela junto a él a Londres. Tal como dice Rosario en la cita, llevársela le resulta muy simple.

A lo largo de la novela, aparecen cuatro médiums: el joven escocés, Olanna, Encarnación y Juan. En los cuatro casos, diferentes miembros de la Orden, aprovechándose de su condición social, se apropian de esos médiums sin problema alguno. Esto demuestra hasta qué punto en Nuestra parte de noche la clase alta es libre de hacer lo que le plazca.

Los mortales son el pasado.

Florence, p. 308.

Los miembros de la Orden buscan desesperadamente la inmortalidad. Están convencidos de que la Oscuridad les está mostrando el camino para vivir por siempre. Enceguecidos en esa búsqueda, los miembros de la Orden esclavizan, sodomizan y asesinan personas. La inmortalidad claramente es una ilusión, pero los miembros de la Orden no se resignan. Su fervor religioso por el “dios negro” y la eternidad les ha hecho perder la noción de la realidad, tal como lo demuestra Florence Mathers en esta cita absolutamente desacertada.

Necesitaba estar lejos de él, quería ser alguien sin él.

Rosario, p. 316.

La diferencia de género es problematizada varias veces a lo largo de la novela. Las mujeres muchas veces son colocadas en posición de dependencia de los hombres. El caso más evidente es el de Rosario, a quien su abuelo le indica que su misión debe ser cuidar el bienestar de Juan. Rosario se revela ante este dictamen machista: decide irse a vivir Londres para estudiar Antropología en la Universidad de Cambridge y ser alguien por sí misma, y no una mujer que vive simplemente para cuidar a un hombre.

Pensé en mi hijo. No lo había querido instantáneamente, no había sentido ese amor desbordante del que hablaban las mujeres.

Rosario, p. 381.

En Nuestra parte de noche, la maternidad no es presentada como un sentimiento “desbordante” e instintivo. Tal como vemos en la cita, Rosario afirma no haber sentido para nada ese supuesto amor inmediato que en teoría deben sentir las mujeres por su bebé. Por el contrario, su amor hacia Gaspar se construyó a partir de la interacción.

No hay ningún detenido ni lo habrá, porque en el país rigen las leyes del perdón para las Fuerzas Armadas. Las víctimas tendrán identificación, pero no tendrán justicia.

Olga Gallardo, p. 399.

Esta es una de las tantas referencias al contexto político argentino que atraviesan la novela. En este caso, Olga Gallardo alude a la Ley de Obediencia Debida sancionada durante el gobierno de Raúl Alfonsín en 1987. Esta ley dispone que aquellos miembros de las Fuerzas Armadas cuyo grado estuviera por debajo del de coronel no son punibles por los crímenes cometidos durante la dictadura. Se toma como válida la presunción de que estos subordinados se limitaron a obedecer las órdenes de sus superiores.

–No es de maricón leer poesía.

Luis, p. 434.

La homofobia es presentada en la novela como una característica constitutiva de la sociedad argentina. La preocupación por ser “maricón” o ser considerado “maricón” atraviesa a Gaspar y Pablo. Tanto el uno como el otro saben que no hay nada de malo en la homosexualidad, pero a lo largo de sus vidas han oído una y mil veces frases despectivas y no quieren ser víctimas de ningún maltrato.

Esta cita es un claro ejemplo al respecto. Luis, un personaje progresista, le explica a Gaspar que leer poesía no es de maricón. Gaspar, por supuesto, sabe esto, así como también sabe que si leer poesía fuera algo propio de las personas homosexuales, eso tampoco tendría importancia alguna. Sin embargo, Gaspar se está integrando al secundario, no quiere tener problemas, y claramente la homosexualidad en la sociedad en la que vive es un problema.

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