Persépolis (Tomos 1-2)

Persépolis (Tomos 1-2) Resumen y Análisis La llave, El vino, El cigarrillo, El pasaporte

Resumen

La llave

Marjane comienza este capítulo afirmando que el ejército iraquí tiene un armamento más poderoso que el iraní, pero los iraníes tienen una población más vasta. O sea, más soldados. La consecuencia directa de esto es que todos los días fallece una gran cantidad de soldados iraníes. Cada vez que un soldado iraní soltero muere, se le construye una cámara nupcial en la calle. Marjane explica que esta es una antigua tradición chiita, y su objetivo es hacerles vivir simbólicamente la relación carnal a los solteros fallecidos antes de que lleguen al cielo.

Marjane le pregunta a su madre si le importan los muertos de la guerra. La madre le responde que sí, pero que hay que seguir adelante. Marjane afirma que este tipo de argumento es muy persa. Lo llama la “filosofía de la resignación”.

En la escuela, las niñas son obligadas a llorar a los muertos de la guerra dos veces por día. Deben golpearse el pecho mientras lo hacen. Marjane afirma que la autoflagelación es un ritual nacional. Muchos hombres se lastiman a sí mismos, a menudo con cadenas o cuchillos, para demostrar su fe y su virilidad. Marjane, por su parte, ve en estos rituales de autoflagelación algo absurdo y gracioso. Ella y sus amigas ridiculizan en la escuela el acto de llorar a los muertos. Marjane afirma que la rebeldía de ellas se debe a que su generación conoció las escuelas seculares.

Un día, la señora Nassrine, que se encarga de la limpieza en casa de Marjane, le dice a la madre de Marjane que a su hijo de catorce años le dieron una llave en la escuela. Le dijeron que si va a la guerra y muere, con esa llave entrará al paraíso, donde lo esperan mujeres, mansiones y riqueza. Marjane llama a su primo Peyman, que tiene la misma edad. A él, en la escuela no le dieron ninguna llave.

Chahab, otro primo de Marjane, llega de visita. Fue reclutado cuando comenzó la guerra y ahora está de permiso. Chahab le cuenta a la familia de Marjane cómo los militares reclutan a los niños pequeños de las zonas pobres del país mediante distintas estrategias engañosas. Marjane se entera, entonces, que las llaves solamente se las dan a los niños pobres.

El capítulo termina con una imagen de Marjane en su primera fiesta. Esta imagen festiva está debajo de otra en la que los niños pobres vuelan por los aires, con su llave colgada al cuello, por la explosión de las minas.

El vino

Los bombardeos a Teherán se vuelven frecuentes. Todos están acostumbrados a correr a los refugios y, tras el bombardeo, volver a sus casas para llamar a los seres queridos y corroborar que se encuentren sanos y salvos.

La madre de Marjane tapa las ventanas para que los vecinos fundamentalistas no puedan ver cómo viven ni cuáles son sus costumbres. Le cuenta a Marjane que Tinoosh, uno de sus vecinos, fue denunciado, y los Guardianes de la Revolución allanaron su casa. Encontraron discos, cintas de video, un juego de cartas, un ajedrez. Todo eso está prohibido por el régimen. Tinoosh fue castigado con setenta y cinco latigazos.

Los Satrapi van a una fiesta. Todo va bien hasta que se corta la luz. Las sirenas de bombardeo empiezan a sonar. La tía de Marjane se desespera, le da su hijo recién nacido a Marjane y huye. Después de eso, Marjane tiene dudas acerca de lo que llaman “instinto maternal”.

En el regreso de la fiesta, un soldado detiene el auto de los Satrapi y obliga al padre a bajarse. Lo acusa de haber bebido alcohol. Luego, los acompaña hasta su casa para realizar un allanamiento. Cuando llegan, el padre de Marjane le pide a la abuela que corra y vacíe todas las botellas de vino mientras él distrae al soldado antes de que entre a la casa. La abuela lo hace. Sin embargo, el señor Satrapi sube a su casa sin el soldado, ya que lo único que este quería era un soborno.

El cigarrillo

Han pasado dos años. La guerra continúa. Los noticieros afirman diariamente que Irán está ganando, pero Marjane sabe que es mentira.

Ella va junto a sus nuevas amigas a “Kansas” en lugar de entrar a clases. Nunca se ha escabullido de la escuela, pero afirma que “Si quería ser amiga de chicas de 14 años, tenía que ser atrevida” (Tomo II, p. 43). “Kansas” es una hamburguesería ubicada en uno de los barrios bonitos de Teherán. En “Kansas”, Marjane y sus amigas coquetean con unos chicos que tienen cortes de pelo modernos. Pese al riesgo de ser arrestados, muchos chicos tienen un look moderno.

Cuando regresa a su casa, su madre la reprende por haber faltado a clases. Marjane llama a su madre “dictadora” y la acusa de ser “el guardián de la revolución de casa” (Tomo II, p. 45). Esa noche, durante la cena, escuchan el anuncio de que Irán ha recuperado la ciudad de Khoramshahr, lo que significa un gran logro militar. Iraq le propone la paz a Irán. Arabia Saudita se ofrece a pagar la reconstrucción del país. Hay una gran expectativa por el posible fin de la guerra, pero el gobierno rechaza la oferta y declara que conquistará Karbala, una ciudad santa iraquí.

Marjane afirma que la supervivencia del régimen depende de la continuidad de la guerra. Mueren un millón de personas. El régimen se vuelve aún más represivo. Arresta y ejecuta a todos aquellos que considera que están en su contra.

Encerrada en el sótano, Marjane se enciende su primer cigarrillo. Tose muchísimo, pero afirma que no debe ceder, ya que “Aquel cigarrillo me sacaba definitivamente de la infancia” (Tomo II, p. 49).

El pasaporte

Es julio de 1982. La familia visita a un tío de Marjane, Taher. Taher fuma un cigarrillo y es reprendido por su mujer, ya que no hace mucho tiempo sufrió un ataque al corazón. Su hijo está en Holanda. Ni Taher ni su esposa pueden reunirse con él y sufren mucho por esto.

Unos días después, la familia habla sobre la situación de Taher. La madre de Marjane se preocupa por el hijo de Taher, quien está en un país extranjero en el que se habla un idioma que él no conoce. Marjane le dice que “Hasta una cierta edad necesitamos a nuestros padres. Después son ellos los que nos necesitan” (Tomo II, p. 51). En medio de esta conversación, suena el teléfono. Se enteran de que Taher tuvo su tercer infarto. Sucedió luego de que estallara una granada en el vecindario. Taher, para sobrevivir, necesita una cirugía a corazón abierto que no puede ser realizada en Irán, ya que no cuentan con los insumos médicos. Debe viajar a Inglaterra.

La tía de Marjane acude al director del hospital para pedirle un pasaporte especial. Se sorprende al descubrir que el director es su antiguo limpiador de ventanas, quien llegó hasta esta posición por su fanatismo religioso y apoyo al régimen. No le da una respuesta certera. Ella, entonces, acude a un médico, que le dice que el hospital está sobrepasado. Según el médico, los alemanes venden armas químicas a Irán e Irak, y luego los heridos son enviados a Alemania para que experimenten con ellos.

Marjane y su padre visitan a Khosro, un amigo de él que hace pasaportes falsos. Khosro está albergando a una joven de dieciocho años que es perseguida por el régimen por ser comunista. Khosro acepta realizar el pasaporte, pero antes de que pueda hacerlo, la joven es arrestada y ejecutada. Khosro escapa a Turquía. Taher dice que su último deseo es volver a ver a su hijo. Sin embargo, no consiguen el pasaporte para él, y muere sin poder cumplir su deseo.

Análisis

En “La llave” aparece nuevamente la desigualdad social, pero, esta vez, unida a la guerra. El gobierno islámico se aprovecha de la ignorancia de los niños. Los manipula a través de la creación de una fantasía infantil y materialista construida en base a sus deseos y necesidades. Ahora bien, esto solamente sucede con los niños de clase baja. En la página 34 del segundo tomo hay una yuxtaposición muy interesante al respecto: un gran recuadro muestra a los niños, con las llaves colgadas al cuello, volando por los aires a causa de la explosión de las minas. El siguiente recuadro es extrañamente similar: un conjunto de niños salta de modos muy extraños mientras baila (es el primer baile al que asiste Marjane). Esta yuxtaposición expone la terrible diferencia existente entre los niños de catorce años de clase baja, que van a la guerra, y los de las clases acomodadas, que a esa misma edad comienzan a ir a bailes.

Este capítulo es uno de los más apuntados por cierta parte de la crítica que afirma que la autora no trata con seriedad la óptica de los religiosos, sino que la ridiculiza como si fuera una simple estupidez, o como si los creyentes fueran tontos. Según la crítica, Satrapi comete el error de narrar la historia solamente desde una perspectiva de izquierda. De esa manera, construye una crítica demasiado lineal y occidental del islamismo. Además, tiene una visión superficial de la religión y de las motivaciones y creencias de las personas islamitas. Los hombres que se autoflagelan son denigrados y se considera que los niños no tienen ninguna fe por la que luchar, sino que lo hacen, simplemente, porque les dan una llave para estar con mujeres. De modo similar funciona la cámara nupcial: los soldados que mueren vírgenes tendrían una experiencia carnal antes de llegar al cielo gracias a ella.

En “El vino”, por otro lado, hay una escena clave en relación a la maternidad. Apenas comienzan las sirenas anunciando el bombardeo, la tía de Marjane le entrega su bebé y huye despavorida. Marjane afirma que, desde ese día, tiene dudas acerca del llamado “instinto maternal”. La viñeta muestra a Marjane con el bebé en brazos, como si fuera su hijo. En su cara se nota una gran confusión. Hemos dicho antes que, a lo largo de Persépolis, asistimos al crecimiento de la protagonista a medida que sus creencias se van desmoronando y debe aprender a interpretar el mundo a su manera. Aquí, a Marjane se le desmorona en un instante la creencia de que la maternidad es algo natural y constitutivo. En Persépolis, la guerra y los regímenes dictatoriales destruyen simultáneamente el país (su libertad, su terreno, la vida de las personas) y las creencias de Marjane, que va intentando aferrarse a distintos pilares o creencias (la religión, el nacionalismo, el comunismo). En este caso, la creencia de que la maternidad es instintiva y constutiva de toda mujer se desmorona en un instante.

Marjane, en estos capítulos, comienza a transformarse en una adolescente y convierte esta etapa de su vida en su nuevo dogma. Todas sus ideologías y creencias se han desmoronado. Por lo tanto, Marjane decide creer en ella misma. La libertad y la rebeldía adolescente se presentan como el único posible camino a seguir. La muchacha se rebela contra las autoridades escolares al reírse de la solemnidad que le imponen diariamente en el acto de llorar a los mártires de la guerra. Por primera vez, además, Marjane se distancia del pensamiento de su madre. Considera que ella adopta una “filosofía de la resignación” muy iraní. Desprecia esta filosofía y enfrenta a su madre, aunque en realidad Marjane no tiene ningún tipo de planteo optimista. La madre de Marjane afirma que no se puede hacer nada en relación a la guerra y sus muertos. Marjane la acusa de pesimista, pero no propone ningún tipo de acción. No le importa confrontar ideas; le importa confrontar con la madre, distanciarse de ella.

Pese a las constantes prohibiciones del régimen islámico, las costumbres capitalistas aún tienen mucha importancia en la idiosincrasia iraní. Marjane y sus amigas conciben la adolescencia desde la óptica occidental. Quieren usar ropa de moda, escuchar la nueva música norteamericana, divertirse. Vivir de ese modo la adolescencia implica rebelarse peligrosamente contra el régimen. Marjane comienza a comer hamburguesas en un lugar denominado “Kansas”, al que, según ella, no clausuran porque las autoridades son tan ignorantes que no saben que el nombre es el de una ciudad estadounidense. Precisamente, la primera autoridad con la que choca no pertenece al régimen, sino que es su madre, quien cuestiona a Marjane por haber faltado a clases para ir a divertirse con las amigas. La protagonista acusa a su madre de ser igual de restrictiva que las autoridades del gobierno. La llama “Dictador” y “Guardiana de la revolución”. En este punto, Satrapi, la autora, le demuestra al lector que gran parte del pueblo iraní comparte hábitos y características con occidente: los adolescentes tienen las mismas costumbres y los mismos conflictos con sus padres, pese a vivir en un contexto sociopolítico muy diferente.

Es interesante destacar que el nombre de la hamburguesería, “Kansas”, puede interpretarse como una alusión a El mago de Oz, la novela infantil de Frank Baum de 1900, que se popularizó a través de la película de 1939. En El mago de Oz, una niña llamado Dorothy vive su vida normal en Kansas hasta que mágicamente viaja a Munchkinland. Este lugar está habitado por un conjunto de seres extraños, y además está lleno de peligros. El objetivo de Dorothy es regresar a Kansas. Es decir, regresar a su vida normal. En Persépolis, la hamburguesería “Kansas” representa el capitalismo que, hasta antes de la revolución, imperó en Irán. En “Kansas”, Marjane puede encontrarse con aquella vida normal que desapareció con la llegada al poder de los islamitas y sus peligrosas imposiciones.

En el final de “El cigarrillo”, Satrapi realiza un nuevo paralelismo entra la vida sociopolítica del país y la vida privada de Marjane: Irán rechaza la paz ofrecida por Iraq y decide seguir hundiéndose en la guerra. Marjane narra esta situación bélica mientras desciende al sótano y enciende su primer cigarrillo. El humo aparece tanto en las imágenes de la guerra como en las viñetas en las que la protagonista fuma. Marjane considera que fumar es un acto de rebeldía, de libertad. Sin embargo, en el siguiente capítulo, “El pasaporte”, el cigarrillo aparecerá como una de las causas de muerte de su tío Taher, quien afirma que necesita fumar para sobrevivir al estrés de la guerra y al exilio de su hijo. El acto de fumar aparece como una posibilidad de escape a la opresión, pero lo cierto es que tal escape no existe. Taher termina sufriendo un infarto. La libertad, tal como la representa el cigarrillo, tiene un gran costo. Lo mismo había sucedido con la fiesta de los Satrapi, que termina con un allanamiento de su casa; lo mismo sucederá después con la vestimenta occidental de Marjane, por la que casi es encarcelada.

En “El pasaporte”, Marjane se sigue mostrando independiente de sus padres. Afirma que ahora son ellos los que la necesitan a ella, mientras que ella ya no los necesita más. Esta intención de ser independiente aparece en un marco terrible: el hijo de Taher fue enviado a Holanda para no sufrir al régimen, y ahora sus padres no pueden verlo. Su padre, incluso, morirá sin volver a hacerlo. El hijo de Taher es tan independiente que quedó solo en el mundo.

Por otro lado, la imposibilidad de salir del país, que se impone con el comienzo de la guerra, se presenta en este capítulo de la manera más cruel: Taher necesita salir de Irán para ser operado y seguir viviendo. La burocracia iraní, dominada por incompetentes que se encuentran en posiciones de poder solamente por ser fanáticos religiosos adeptos al régimen, tarda demasiado en entregar un pasaporte especial, y cuando lo hace ya es demasiado tarde para Taher.