Cuenta la historia de Julien Sorel, un joven pobre pero inteligente del pueblo rural de Verrières, que está decidido a ascender en la sociedad. Se inspira en las enseñanzas de su padre, carpintero, que le inculca la creencia de que, mediante el trabajo duro y la determinación, puede alcanzar el éxito.
Julien es contratado como tutor de los hijos del señor de Rênal, un acaudalado alcalde de su ciudad natal. Julien tiene mucho éxito en su trabajo y crea un fuerte vínculo con la familia. También empieza a enamorarse de la señora de Rênal, la esposa de su patrón, y ambos inician una relación amorosa. El amor de Julien por la señora de Rênal le lleva a tomar varias decisiones que terminan por hundirle. Es descubierto y despedido de su puesto.
Julien se traslada a París y trabaja como secretario de un aristócrata local, el marqués de la Mole. Este puesto le introduce en las clases altas de la sociedad y sus nuevos conocidos quedan impresionados por su inteligencia y ambición. También conoce a Madame de la Mole y a su hija, Mathilde, de la que queda prendado.
Mathilde de la Mole es hija de un marqués y se debate entre la atracción romántica que siente por Julien y la repulsión que le produce intimar con alguien de una clase social inferior. Julien, sin embargo, se siente intrigado por la atención que ella recibe de los demás y ambos comparten una apasionada relación, a pesar de que ella le rechaza en dos ocasiones. El príncipe Korasoff enseña a Julien un juego de amor para ganarse el afecto de Mathilde. Julien lo consigue y ella se enamora de él, revelando finalmente que está embarazada.
El marqués de la Mole se enfada, pero acaba concediendo a Julien una propiedad que produce ingresos y una comisión militar cuando Mathilde insiste. Sin embargo, cuando el marqués recibe una carta de recomendación sobre Julien, cambia de opinión y no da su bendición al matrimonio. En respuesta, Julien dispara a Madame de Rênal en la iglesia del pueblo, por lo que es enviado a prisión y condenado a muerte. Mathilde intenta salvarlo y Madame de Rênal aboga por su absolución, pero Julien insiste en morir porque considera que no tiene cabida en la sociedad de la Francia borbónica.
Antes de su ejecución, Julien reflexiona sobre su vida y sus infructuosos intentos de alcanzar sus ambiciones. Al final, la vida de Julien se ve trágicamente truncada y muere sabiendo que sus grandes ambiciones han quedado incumplidas.