Soneto CLXVI (“Mientras por competir con tu cabello”)

Soneto CLXVI (“Mientras por competir con tu cabello”) Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

El poema se transmite a través de la voz de un yo lírico que asume una actitud apostrófica. Es decir que se dirige a otra persona, la mujer amada, intentando interpelarla.

Forma y Medidor

Soneto conformado por versos endecasílabos con rima consonante.

Metáforas y Símiles

En una primera instancia, en las dos primeras estrofas del soneto, se establecen comparaciones entre rasgos los físicos de la amada y objetos como el oro, el cristal, el clavel y el lirio. En un segundo momento, estos elementos se vuelven a mencionar para referirse, directamente y sin la mediación de conectores comparativos, a esos rasgos. De esta manera, se produce una serie de metáforas en las que el oro hace referencia al cabello rubio y brillante de la muchacha; el lirio, a su frente; el clavel, a sus labios; el cristal luciente, a su cuello.

Además, se utilizan otras metáforas, como la mención de la "plata" para referirse al pelo encanecido y "viola troncada" (v. 12) para el cuerpo desfavorecido por el paso del tiempo. Para hacer referencia a los años de juventud de la mujer amada, la voz poética menciona la "edad dorada" (v. 10). Esta es una metáfora que se utiliza para dar cuenta de un periodo idealizado, en el que las personas son jóvenes y viven en un estado de felicidad y optimismo.

Aliteración y Asonancia

La aliteración es una figura retórica que consiste en la reiteración de uno o varios sonidos de palabras próximas en un texto, con lo que se promueve la musicalidad y sonoridad de la obra. En el primer verso podemos ver un ejemplo de aliteración, al reiterarse el sonido de las letras "c" y "t": "Mientras por competir con tu cabello". En el segundo verso, el sonido de "br": "oro bruñido al sol relumbra en vano" (v. 2). En el noveno verso, sucede con el sonido que produce "ello": "goza cuello, cabello, labio y frente" (v. 9).

Irony

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Genero

Poesía (soneto).

Ajuste

No se especifica un periodo o espacio en concreto durante el poema. Sin embargo, es posible establecer como contexto el periodo de su creación, el Siglo de Oro español, más precisamente en 1582.

Tone

El soneto es elogioso, alentador, pero a la vez pesimista. Esto es así porque la voz poética admira y elogia la belleza de la amada, y la alienta al goce y al disfrute de sus dotes. Sin embargo, lo hace, justamente, porque recuerda que, inevitablemente, llegará el deterioro y la muerte.

Protagonista y Antagonista

La protagonista es la amada, a quien se dirige la voz poética. Su antagonista es el paso del tiempo.

Conflicto Principal

El conflicto con el que debe lidiar la amada es el paso del tiempo. No puede luchar contra ello, pero sí puede aprovechar el presente.

Climax

El momento de mayor tensión en el poema se establece en el final, con la advertencia de un hecho terrible que nadie puede detener: la llegada de la muerte.

Presagio

Todo el poema se configura como un presagio o anticipación de lo que le espera a la amada: el envejecimiento y, eventualmente, la muerte.

Atenuación

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Alusiones

Los tópicos empleados tienen una larga data en la literatura clásica, por lo que al usarlos se alude a esa tradición. Algunos de estos fueron empleados por Horacio, Homero y Píndaro, entre otros. Los últimos versos aluden al Génesis, de la Biblia, dado que Dios expulsa del paraíso a Adán y Eva, y les advierte que se convertirán en polvo.

Metonimia y Sinecdoque

Se utiliza la sinécdoque, es decir, se menciona una parte por el todo, cuando, por ejemplo, se menciona que los ojos siguen al clavel temprano, que es una metáfora de los labios de la muchacha. El que observa esos labios es aquel que la admira, la voz poética. Es decir que se mencionan los ojos para dar cuenta de la persona que observa a través de ellos.

También encontramos casos de metonimia en el soneto cuando se menciona que la blanca frente de la muchacha mira con desprecio. En realidad, la que mira con desprecio es la muchacha. Es decir que se realiza un desplazamiento metonímico de la frente a la mujer que la porta.

Personificación

Se utilizan personificaciones cuando se menciona que la frente mira o que el sol compite, atribuciones propias de las personas.

Hyperbole

Un ejemplo de hipérbole se puede ver en el segundo verso, en el que se menciona que "el oro bruñido al sol relumbra en vano" (v. 2), cuando se lo compara con la cabellera de la mujer. Resulta exagerado, en este sentido, decir que tiene más brillo el cabello que el oro lustrado por el sol.

Onomatopoeia

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