“(...) mi vida se ha salido de su carril” (Vania, Acto I, Escena 2, p.38) (Metáfora)
El orden natural de la vida en la hacienda se interrumpe con la visita de Serebriakov y Elena. Desde que el matrimonio está presente, los horarios, los trabajos y la organización de la casa se corrompen.
Por otro lado, Vania perdió recientemente el respeto que sentía por Serebriakov, en pos del cual había trabajado sin freno durante veinte años. A todo este quiebre se refiere Vania con su metáfora: su vida se movía como un tren, en un sentido prefijado y con un movimiento organizado, y de súbito la vía se perdió, por lo que, ahora, Vania vive una existencia descarrilada.
"Este pescado seco reside, a pesar suyo, en la hacienda de su primera mujer" (Vania, Acto I, Escena 3, p.39) (Metáfora)
Vania se refiere a Serebriakov, metafóricamente, como "pescado seco". El protagonista tiene una opinión bastante peyorativa del profesor, a quien tiempo atrás admiró y ahora considera un viejo quejoso, enfermo y carente de talento. La metáfora que Vania utiliza para apodar al profesor intenta expresar precisamente ese pasaje, esa transformación, ese declive: Serebriakov habría sido un pez, algo lleno de vida, y ahora no sería sino un pescado, algo ya muerto, y que además está seco, es decir, ni siquiera es un pescado fresco, listo para comer.
"¡Mi sentimiento se consume inútilmente, como el rayo de sol dentro de un pozo...!" (Vania, Acto II, Escena 2, p.46) (Símil)
Vania habla así ante Elena cuando le confiesa su amor, a la vez que se explaya sobre sus sentimientos sobre su vida en general. El protagonista lamenta haber desperdiciado su vida; siente que su pasado desapareció en el absurdo y su presente se desgasta inútilmente también. En esa vida chata, campesina y asfixiante, él, sin embargo, siente amor y deseo de vivir. A ese contraste entre un espacio oscuro, sin aire, como un pozo, que es la vida en el campo, y su anhelo y deseo de vida, brillante como un rayo de sol, se refiere con el símil citado. Lo que el protagonista busca expresar es el dolor del absurdo de un deseo luminoso como un rayo en un ambiente que no hace más que ahogar esa llama.
"¡No sobrevivirá a su muerte ni una sola página de su trabajo! ¡Este es completamente desconocido, nulo! ¡Como una pompa de jabón!" (Vania, Acto II, Escena 2, p.47) (Símil)
Vania admiraba a Serebriakov en el pasado, pero ahora descubre de golpe que nada de lo que aquel profesaba es realmente trascendente. El protagonista entonces ve desvanecerse ante sus ojos la figura del profesor a la que él dedicó tanta pasión. Es por eso que habla de “pompa de jabón” (p.47) para referirse, metafóricamente, a la total nulidad en que se convierte el trabajo de Serebriakov: la importancia de su ciencia, tan enorme en el pasado, de apariencia tan perdurable y trascendente, deja de existir de un instante a otro, como un globo que se pincha, como una pompa de jabón que se desvanece en el aire.
"La aparición de un hombre como él, distinto de los demás, guapo, interesante, atractivo, es igual a cuando de la oscuridad surge una luna clara!" (Elena, Acto III, Escena 1, p.54) (Símil)
Elena habla así sobre Astrov. La mujer se siente claramente atraída por ese hombre que parece tanto más interesante, atractivo y distinto que quienes lo rodean, es decir, que todo el resto de hombres que viven en ese campesinado ruso. La oscuridad a la que refiere Elena representaría metafóricamente ese ambiente opresivo del campo; esa vida mediocre, aplastada, asfixiante, y la luz clara representaría a Astrov, una eminencia tan contrastante con el ambiente como una luz en la oscuridad.