"No, Carlos, tan juntas no, que parecen ataúdes. Más al centro, Carlos, como mesitas ratonas" (p. 12). (Símil)
Cuando Carlos lleva las cajas que, supuestamente, tienen libros prohibidos a la casa de la Loca y que luego se descubre que, seguramente, contienen armas que son usadas en la emboscada contra Pinochet, la Loca pronuncia esta frase, que es, de alguna manera, un presagio. Desde el inicio ella prefiere quedar afuera de todo lo que traiga pesar y dolor: hacerse la lesa, no entender. Ella decora la casa y transforma esas cajas en muebles, quiere que sean como mesitas ratonas; no quiere que parezcan ataúdes en hilera. Intenta alejar toda imagen que evoca muerte, pero está inmersa en ese contexto dictatorial de continuas violaciones a los derechos humanos.
"Para que te vean como dama elegante. Pero... Pónetelo, te digo, y hazte la loca" (p. 24). (Símil)
En este momento, Carlos le pide a la protagonista que se ponga el sombrero que lleva en su regazo, para parecer una dama elegante, y le dice que actúe el rol de loca frente a los oficiales que van a detenerlos en el camino. Por un lado, busca convencerla a ella de que lo haga, por eso le dice que los demás la verán como si fuera una dama elegante; por otro lado, lo que intenta, usando la habilidad teatral de la Loca, es convencer a los oficiales para que los dejen pasar sin sospechar sobre sus actividades clandestinas para el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, es decir, sabe que no parecerá una dama elegante ante la vista de esa gente sino que se reirán de ella y eso los distraerá.
"En esa casa siempre había algún hombre dispuesto a deshollinar algún orto desconocido" (p. 64). (Metáfora)
La frase se refiere a la casa de la Rana, Lupe y Fabiola. Lupe, la más joven, suele regresar de sus paseos nocturnos con hombres que conoce en la calle y lleva a la casa para compartir con sus amigas. Deshollinar es la acción de quitar el hollín de las chimeneas con instrumentos como cepillos o escobas; aquí el verbo es utilizado como metáfora de penetración anal, es decir, los hombres llevados por Lupe siempre están dispuestos a mantener sexo anal con ellas.
"Y en el amasado de cuerpos que se bamboleaban con las frenadas de la micro, la Loca del Frente sintió cómo ese fofo reptil se iba tensando en la contorsión de un enjaulado resorte. Lo sintió crecer nerviudo como una pitón enroscada en su antebrazo" (p. 68). (Metáfora y Símil)
En palabras de la Loca, el pene nunca es nombrado por su nombre; siempre aparece bajo un término metafórico. En este caso, en un viaje en micro, un pasajero apoya su miembro viril contra el cuerpo de la Loca y el narrador, contaminado con la lengua marucha de ella y optando por la utilización de un lenguaje barroco, lo nombra primero como "fofo reptil" y, luego, cuando está erecto, lo compara con una serpiente pitón, para dar cuenta del tamaño del miembro sexual.
"Son unos animales, ni te imaginas lo que te podrían hacer" (p. 116). (Metáfora)
Ante la pregunta que la Loca le hace a Carlos sobre si la cree capaz de resistir un interrogatorio, él le contesta con esta frase, en la que utiliza una metáfora para referirse a los militares. Le dice que son animales, es decir, que son bestiales en sus tratos, que les falta humanidad y que estarían dispuestos a hacerle cualquier cosa con tal de que ella hable y les brinde la información que ellos buscan. Así, también, el joven tiene una excusa para no haberle contado antes sobre sus actividades clandestinas.
"(...) ligerito convence a otro y así, en poco tiempo, el Ejército va a parecer casa de putas" (p. 127). (Símil)
Esta comparación la realiza Pinochet cuando decide dar de baja a uno de los cadetes que está cumpliendo funciones en su casa de campo. Al ver que sus gestos son afeminados, se alerta. Considera, ignorante y prejuicioso, que el homosexual tiene el don de convencer a otros y que, entonces, el Ejército corre el riesgo de que en poco tiempo todos sus hombres sean iguales. De allí que sea como una "casa de putas".