Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión Imágenes

La ejecución pública

Foucault comienza Vigilar y castigar con la imagen de una ejecución pública:

Damiens fue condenado, el 2 de marzo de 1757, a "pública retractación ante la puerta principal de la Iglesia de París", adonde debía ser "llevado y conducido en una carreta, desnudo, en camisa, con un hacha de cera encendida de dos libras de peso en la mano"; después, "en dicha carreta, a la plaza de Grève, y sobre un cadalso que allí habrá sido levantado [deberán serle] atenaceadas las tetillas, brazos, muslos y pantorrillas, y su mano derecha, asido en ésta el cuchillo con que cometió dicho parricidio, quemada con fuego de azufre, y sobre las partes atenaceadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, resina ardiente, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento".

Michel Foucault, p. 6

El autor comienza con imágenes detalladas de la tortura de Damiens para darnos una imagen del poder soberano, que se manifiesta en demostraciones públicas de poder de esta forma. Al mismo tiempo, nos enseña la potencia de estos espectáculos públicos y la sensación de cómo pueden haber impactado en la gente de la época, que era invitada a presenciar la violencia que el rey tenía la autoridad de blandir. Esta es una más que elocuente imagen del poder soberano.

La institución disciplinaria

En contraste con la imagen del poder soberano ya descrita, la imagen del poder disciplinario es una en la cual las instituciones contienen y observan a sus habitantes, como a los prisioneros en una prisión o los pacientes en un hospital. Aquí está la descripción de Foucault de la naturaleza física de las instituciones:

Este espacio cerrado, recortado, vigilado, en todos sus puntos, en el que los individuos están insertos en un lugar fijo, en el que los menores movimientos se hallan controlados, en el que todos los acontecimientos están registrados, en el que un trabajo ininterrumpido de escritura une el centro y la periferia, en el que el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura jerárquica continua, en el que cada individuo está constantemente localizado, examinado y distribuido entre los vivos, los enfermos y los muertos —todo esto constituye un modelo compacto del dispositivo disciplinario.

Michel Foucault, p. 119

Esta cita nos da las características esenciales del poder disciplinario, sobre cómo todos dentro de una institución tienen un papel en la cadena o jerarquía, y esto vuelve posible saber qué se supone que hagan en cada momento dado. Es más bien una suerte de programación social que una coerción violenta.

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