Yo, Claudio Temas

Yo, Claudio Temas

El fatalismo

Entre los romanos existía la creencia de que su destino estaba predicho de antemano y que nada podía cambiarlo. Esto se demuestra claramente cuando Sibila de Cumas imagina que Claudio será el emperador. En caso de producirse un suceso extraño o una calamidad, el senado romano solía buscar respuestas o significados en el libro de las profecías. También se ve cuando Tiberio procede de acuerdo con las predicciones del adivino después de su charla con Thrasyllus. Claudio es convocado por Livia en su lecho de muerte, y ella le narra los acontecimientos que le llevaron a ser el emperador y también a tomar finalmente la retribución por la muerte de Calígula. Según la forma en que Claudio hablaba de las predicciones y los signos y cómo ayudaban en gran medida a los romanos a llegar a soluciones, era evidente que eran algo más que una simple creencia. Claudio estaba al tanto de la mayoría de las cosas en las que estaban involucrados Livia y Calígula y si hubieran querido deshacerse de él, lo habrían hecho con facilidad. No podían quitarle la vida debido a las predicciones de que iba a ser el emperador. Eso fue lo único que les impidió, ya que veneraban las profecías y no podían atreverse a ir contra ellas.

El favoritismo

A lo largo del libro se producen muchos engaños y manipulaciones para colocar a los parientes o familiares en el poder. Livia utiliza a Augusto para satisfacer sus deseos cuando utiliza su posición para crear un desacuerdo entre Augusto y su yerno, Marcelo. Marcelo es el que debe suceder a Augusto, así que Livia considera oportuno abrir una brecha para que su propio hijo, Tiberio, se convierta en emperador. Livia envenena a Marcelo dejando que Agripa se case con la hija de Augusto, Julia. Nueve años más tarde, Agripa fallece dejando a Julia para casarse con el hijo de Livia, Tiberio. Livia encuentra la manera de sacar a Tiberio de Roma mientras le da a Julia un brebaje alegando que la haría irresistible en lugar de eso la hace enloquecer y esto hace que sea desterrada por su padre. Los dos hijos de Julia se convierten en una amenaza, pero no por mucho tiempo, ya que uno muere misteriosamente mientras que el otro se ve obligado a retirarse obligando a Augusto a aceptar a Tiberio de vuelta a Roma y considerarlo como un posible sucesor. Es evidente que Livia no escatimará esfuerzos para asegurarse de que el liderazgo vuelva a casa. Acusa a Póstumo de violarla y cuando Póstumo es desterrado y desheredado sus sueños se hacen realidad, ya que Tiberio se convierte en el único heredero de Augusto. Augusto gobernó Roma, pero Livia gobernó a Augusto y se aseguró de traer la soberanía a casa.

La promiscuidad

Se producen todo tipo de actividades sexuales, algunas fruto de la manipulación y otras fuera de la normalidad. Livia conspira con la mujer de Cástor para seducir a Póstumo y cuando éste tiene ganas y la toca, ella grita y así es como Póstumo es arrestado y desterrado. Livia también mezcla unos brebajes para dar a la esposa de Tiberio, Julia, que la hacen enloquecer y tener sexo sin rumbo con diferentes personas aunque esté casada. Se cree que Tiberio practicó la bestialidad durante su reinado. Se alega que algunas esposas romanas se suicidaron por haber sido obligadas a realizar actos horribles y despreciables. Se describe a Calígula como alguien que se acuesta al azar con quien quiere o le gusta e incluso se acuesta con sus hermanas.

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