Chac Mool

Chac Mool Resumen y Análisis Primera parte

Resumen

Pepe es el narrador principal del relato. La historia comienza con la muerte de Filiberto, amigo de Pepe, que se ahogó en el mar durante una estadía vacacional en una pensión alemana de Acapulco en Semana Santa. Filiberto había sido un buen nadador cuando era más joven, pero ahora, con sus cuarenta años, estaba muy desmejorado. El último tiempo se lo había visto muy extraño y hacía poco lo habían despedido de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, donde también trabajaba Pepe. En la pensión quisieron velar a Filiberto con un baile. Allí fue a buscarlo su amigo, para trasladarlo en un coche tapado con una lona, con el objetivo de no arruinarle el viaje al resto de los pasajeros.

Entre las pertenencias de Filiberto está su cartapacio, que Pepe se dispone a leer de camino a la ciudad de México, con el fin de buscar el porqué de que su amigo hubiera empezado a incumplir con sus deberes, a dictar oficios sin razón, a no respetar las jerarquías en el trabajo. El diario comienza con Filiberto contando que fue a celebrar el cobro de su pensión al café que frecuentaba cuando tenía veinte años, con sus amigos de aquel entonces. Allí recordó que él y sus amigos de la escuela creían que estaban forjando lazos duraderos y que algunos de ellos, los más humildes, llegarían más alto en la vida que otros. No sucedió como imaginaban: Filiberto dejaría de frecuentarlos, convirtiéndose en uno de los que quedaron a medio camino entre los que triunfaron y los que nada alcanzaron. En el café, Filiberto se cruzó con algunos de estos amigos de la juventud, ahora exitosos, que lo saludaban al pasar.

A continuación, Filiberto cuenta de una vez que se encontró con Pepe cuando salía de la catedral. Este le dijo que Filiberto adoraba a Cristo por ser mexicano, puesto que, cuando vinieron los españoles, los indígenas pudieron comulgar con la idea de un Dios muerto en la cruz porque era muy afín al sentido de la liturgia y el sacrificio de su religión. Pepe le dijo esta teoría porque sabía que Filiberto era un coleccionista de arte indígena y que se pasaba los fines de semana en Tlaxcala o en Teotihuacán buscando estatuillas, ídolos y otros cacharros prehispánicos. Por Pepe se enteró de que había una réplica de la estatua de Chac Mool en la Laguinilla. Filiberto cuenta que, en la oficina, un chistoso pintó de rojo el agua del garrafón. Él lo denunció al director, que no le dio mucha importancia, mientras sus compañeros se reían a sus expensas.

El domingo, Filiberto fue a buscar la figura del Chac Mool. El comerciante le dijo que era una pieza original, de lo que Filiberto dudaba, sobre todo cuando vio que el comerciante le había puesto salsa de kétchup en la panza a la estatua, para convencer a los turistas de su “autenticidad sangrienta” (p.7). De cualquier manera, era una pieza preciosa, y Filiberto decidió comprarla. Pagó el traslado a su casa y colocó la estatua en el sótano, con el fin de ubicarla más adelante en su cuarto de trofeos.

Análisis

“Chac Mool” tiene una estructura de relato dentro del relato: empieza con la narración de Pepe, que nos anticipa que la historia que vamos a leer de los fragmentos de un cartapacio termina con la muerte de su autor: Filiberto. Esta introducción de la historia a través de un relato-marco condiciona la forma en que vamos a interpretar el relato enmarcado, porque nos provee de información que nos podría hacer sospechar de la veracidad de lo narrado. Gracias a Pepe sabemos que Filiberto, antes de morir, venía comportándose de forma extraña, lo que hizo que perdiera su trabajo. De esta forma, cuando empiezan a ocurrir cosas extrañas en la historia, el punto de vista de Pepe fomenta que el lector oscile entre la explicación racional y la maravillosa, entre lo real y lo sobrenatural.

Esta primera parte de la historia ofrece un retrato del protagonista y de su relación con su pasado y su presente, que se vincula también con el presente de la México contemporánea. Filiberto es un personaje nostálgico que recuerda buenas épocas de la juventud, cuando tenía el mundo por delante y confiaba en la fortaleza de la amistad. Aquellos eran tiempos en que podía darse el lujo de tomar un café costoso; pero ahora –es decir, en el momento en que cuenta esta parte de su historia en el cartapacio–, con sus cuarenta años, y a medio camino de alcanzar el éxito que anhelaba cuando era joven, se cruza con algunos de estos antiguos amigos sintiendo que entre ellos y él “mediaban los dieciocho agujeros del Country Club” (p.6). Así se presenta el exitismo del personaje, que, a pesar de sus limitaciones económicas, tiene una afición por coleccionar objetos de arte que manifiesta su pretensión de pertenecer a una escala social más alta. Esta pretensión es también visible en el relato de Pepe, cuando dice que a Filiberto le gustaba irse todos los años a Acapulco para “sentirse ‘gente conocida’ en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos” (p.5). En un sentido, Filiberto encarna con su estilo de vida el materialismo y la vida banal del mexicano moderno a mediados del siglo XX.

Por otra parte, el relato de Filiberto nos presenta a un personaje emocionalmente aislado y excluido. Inferimos que el narrador del relato-marco es Pepe porque es el único amigo que menciona Filiberto. La desconexión con sus amistades de la juventud se hace patente en la forma en que decide ocultarse en los expedientes cuando se los cruza en el café. También nos damos una idea de la exclusión que sufre en el trabajo, porque Filiberto dice que el que pintó de rojo el agua del calafón de la oficina lo hizo “para hacer sarcasmos a [sus] costillas el día entero, todos en torno al agua” (p.7). A medida que el relato avance, el aislamiento de Filiberto se acrecentará con el abandono de su vida ordinaria, por sometimiento a la figura imponente del Chac Mool.

La broma del agua teñida de rojo en la Secretaría de Recursos Hidráulicos anticipa el simbolismo del agua y su relación con la sangre y el sacrificio en el relato. El agua es el elemento que utilizará Chac Mool para dominar a Filiberto, lo que explicaría por qué este muere ahogado. Dado que Filiberto era un buen nadador, podemos suponer que su muerte en el mar no fue un accidente, y que tiene que ver con el poder acuático de esta estatua que cobra vida. En relación con el ritual del sacrificio, en esta parte también se introduce el tema del sincretismo religioso entre el catolicismo y las religiones indígenas. A través de la voz de Pepe, el relato plantea la adaptación del mexicano a la liturgia cristiana por sentir como “natural y novedosa” (p.6) la imagen de Cristo crucificado, que comulga con la creencia indígena en el sacrificio como forma de expiación espiritual.

Sabemos que Filiberto es católico porque Pepe lo encuentra saliendo de la catedral; su vínculo con el pasado prehispánico, por su parte, parece más estético que religioso. Cuando va a buscar al Chac Mool parece importarle más la calidad y el carácter de réplica u original del objeto que su importancia como reliquia espiritual. Como buen consumidor, Filiberto sospecha del comerciante, al que le cuestiona haber pintado con kétchup la estatua del Chac Mool para fingir que es la sangre de los rituales realizados sobre su vientre de piedra. Esto supone una ironía porque, como veremos más adelante, este Chac Mool en apariencia falso y embadurnado de salsa roja termina convirtiéndose en una figura divinal y terrible que exigirá un sacrificio real: el de su comprador.

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