“Creo que la vida es demasiado compleja como para ser regida por unas reglas tan duras y fijas”.
En el Acto Primero se da una discusión entre Lady Windermere y Lord Darlington en la que ambos personajes reflexionan sobre la vida y las reglas que la rigen. En esta cita, Lord Darlington nos da su perspectiva al respecto. Si bien sus palabras pueden entenderse como una estrategia para preparar a Lady Windermere antes de confesarle su amor, también resulta evidente que está reflejando la perspectiva del propio Oscar Wilde respecto de la rigidez de las normas sociales que imperaban en la Inglaterra victoriana.
El abanico de Lady Windermere es una obra que critica con ironía ese absolutismo moral que predicaba la sociedad, pero que, luego, no cumplía. Wilde se concentra en la hipocresía de esa sociedad que se empecina en etiquetar a las personas como "buenas" o "malas" cuando la naturaleza humana es mucho más compleja, imposible de reducir a términos tan absolutos como estos.
“Si pretendemos ser buenos, el mundo nos toma muy en serio. Si pretendemos ser malos, no. Así es la asombrosa estupidez del optimismo”.
Lord Darlington es el personaje que se sale un poco de ese estereotipo de hombre de la alta sociedad londinense. Varios de sus parlamentos en el Acto Primero ponen en discusión la artificial rigidez moral que se encuentra en la alta sociedad victoriana. Así y todo, la gente lo considera un soltero ingenioso y encantador. Él es consciente de que no es un hombre estrictamente "bueno" pero, al mismo tiempo, entiende que las apariencias determinan lo que la gente piensa de él, por lo que debe actuar como si lo fuera para cumplir con las expectativas sociales. Así y todo, Lord Darlington no quiere ser visto por la alta sociedad como un hombre serio y tenso. Esta cita constituye una de las pocas líneas de la obra en la que se pone de relieve que la sociedad basa sus juicios de valor en esa "asombrosa estupidez del optimismo", completamente artificial y alejada de la verdadera naturaleza de las personas.
“No he podido evitarlo. Puedo resistir a todo excepto a la tentación”.
En esta cita se refleja parte de la problemática del absolutismo moral. El hecho de que Lord Darlington persiga a Lady Windermere, una mujer casada, claramente no lo define como un hombre "bueno", pero, al mismo tiempo, él deja en claro que es algo que está más allá de su voluntad. De esta forma, se pone de relieve que los deseos más profundos de las personas no necesariamente se inscriben dentro de los parámetros rígidos de los valores morales de la sociedad.
Asimismo, actuar conforme a esos deseos tampoco debería implicar que una persona sea considerada exclusivamente "mala". Sin duda, Lord Darlington es uno de los personajes que mejor refleja la problemática del absolutismo moral que imperaba en la sociedad victoriana, y que Wilde pretende reflejar con su obra. Por supuesto, Mistress Erlynne es el otro gran ejemplo de esto: una mujer que ha abandonado a su hija cuando esta era pequeña, que chantajea a Lord Windermere para no revelar su verdadera identidad, pero que, al mismo tiempo, ayuda a Lady Windermere en casa de Lord Darlington, sacrificando su propia reputación, en un acto de amor hacia su hija.
“Porque creo que la vida es una cosa demasiado importante para hablar seriamente de ella”.
En esta cita de Lord Darlington, podemos ver reflejada la perspectiva del propio Oscar Wilde respecto del concepto de "seriedad". El autor, con cierto dejo de ironía, lo contrapone al de "importancia", lo que constituye una crítica bastante directa a esa postura rígida y seria que predicaba la moral de la Inglaterra victoriana. Lord Darlington, una vez más, se muestra como un personaje que, tanto en el plano discursivo como en el de las acciones, desafía la impostura rígida y seria de las normas sociales y busca hacer reflexionar tanto a Lady Windermere como al público en general. Asimismo, vale la pena mencionar que parte de esta crítica a la "seriedad" también se ve reflejada en el estilo literario de Oscar Wilde, en el que abunda el recurso de la ironía.
Por otro lado, está claro que a Lord Darlington no le interesan las consecuencias de sus acciones, y por eso le pide a Lady Windermere que se escape con él. En ese sentido, está planteando una libertad de acción y de conciencia que ningún otro personaje de la obra parece tener.
“Experiencia es el nombre que todo el mundo da a sus errores”.
Esta cita se corresponde con el momento en que varios hombres, entre los cuales están Lord Windermere y Lord Darlington, conversan en la casa de este último respecto del concepto de experiencia. Dumby pronuncia estas palabras con un dejo de ironía, poniendo de relieve cómo muchos hombres tratan de justificar sus errores dándoles, justamente, el nombre de "experiencia".
Por un lado, se refleja aquí la hipocresía de estos hombres, que buscan matizar los aspectos adversos de sus errores llamándolos de una forma menos negativa. Por otro lado, el propio Dumby luego agrega que "La vida sería muy aburrida sin ellos" (197), haciendo referencia a esos errores. De alguna manera, en una sociedad regida por reglas tan estrictas como la victoriana, el hecho de cometer errores no solo es inevitable, sino que además hace que la vida se vuelva más interesante.
“Dumby: No creo que nosotros seamos malos (…).
Lord Darlington: No: todos estamos en el pozo, pero algunos miramos a las estrellas”.
En esta cita, una de las más famosas de El abanico de Lady Windermere, Lord Darlington da su perspectiva respecto de cómo siente que los hombres están posicionados frente a ese absolutismo moral imperante en la sociedad victoriana. En ese sentido, dice que están todos "en el pozo", es decir, atrapados en la inmoralidad de ser "malos", pero que así y todo, algunos hombres, entre los cuales Lord Darlington se incluye, "miran las estrellas", lo que equivale a decir que tienen una perspectiva esperanzada y que tienden al bien. Una vez más, es el personaje de Lord Darlington el que se diferencia del resto al brindar una opinión que no responde a un discurso estereotipado.
“Pero hay momentos en que uno debe elegir entre vivir su propia vida, completa, enteramente… o arrastrar la existencia falsa y degradante que el mundo, en su hipocresía, manda”.
En este punto de la obra, Lady Windermere está molesta porque Mistress Erlynne ha sido invitada a su fiesta. Ella se lo confía a Lord Darlington, y esta es la respuesta que obtiene a cambio. En esta cita, queda claro que Lord Darlington tiene una opinión más bien crítica con respecto a las normas sociales bajo las cuales vive la sociedad victoriana. De hecho, le advierte a Lady Windermere que, si no se hace cargo de su vida, es decir, si se desentiende de sus deseos por sucumbir ante la presión de esa sociedad hipócrita que predica una moral que luego no puede sostener con sus acciones, arrastrará una existencia falsa y degradante, o sea, se condenará a la infelicidad viviendo a la sombra de su marido. Una vez más, Oscar Wilde utiliza al personaje de Lord Dalrington para exponer una perspectiva crítica respecto de la hipocresía de la sociedad y de los peligros de una vida sujeta a las apariencias.
“Los ideales son cosas peligrosas. Las realidades son mejor. Nos hieren, pero son mejor”.
Mistress Erlynne le da esta advertencia a Lady Windermere cuando está despidiéndose para no volver. Lady Windermere tiene una concepción idealizada respecto de cómo era su madre, pero Mistress Erlynne le advierte que idealizar puede ser peligroso. Quiere asegurarse de que Lady Windermere enfrentará la realidad que le toque vivir, más allá de lo dura o incómoda que esta sea. En ese sentido, Mistress Erlynne vuelve a actuar como una verdadera madre (aunque no le confiese a Lady Windermere su verdadera identidad) al brindarle una valiosa lección de vida.
Esta cita también puede entenderse como una crítica a la concepción idealizada que la sociedad victoriana tenía respecto de los valores y las reglas que la regían. A través de Mistress Erlynne, Wilde le dice al público de la sociedad victoriana que es preferible enfrentar la realidad, por más cruda que sea, antes que vivir en el espejismo de un mundo perfecto.
“Bien. ¡Ciertamente te casas con una mujer muy inteligente!”.
La inteligencia es un rasgo tan marcado en Mistress Erlynne que hasta Lord Windermere, que la odia profundamente, no puede hacer menos que reconocerlo. La astucia y el ingenio de este personaje se pone de relieve en diversos momentos de la historia. Mistress Erlynne chantajea a Lord Windermere, incluso en la fiesta de su esposa, y de alguna manera se las arregla para que nunca se descubra que ella es la madre de Lady Windermere. Asimismo, es también su ingenio el que le permite ayudar a su hija a escapar de la casa de Lord Darlington cuando llegan todos los hombres. Por otro lado, más allá de chantajear a Lord Windermere y de haber sido encontrada en casa de Lord Darlinton por su prometido, Lord Augustus, Mistress Erlynne consigue convencer a este último de casarse de todas formas. En ese sentido, es interesante que en una sociedad tan machista como la victoriana, Oscar Wilde le haya atribuido a un personaje femenino este nivel superior de inteligencia, que le permite aprovecharse de varios personajes masculinos. De alguna manera, el personaje de Mistress Erlynne también podría funcionar como una crítica a la sociedad victoriana respecto del lugar que ocupaba la mujer.
“No; en lo que a mí concierne, su esposa seguirá teniendo ese recuerdo de su madre muerta inmaculada. ¿Por qué voy a romper sus ilusiones? Apenas puedo ya conservar las mías”.
Mistress Erlynne le dice a Lord Windermere que no planea revelar su relación materna con Lady Windermere. Se da cuenta de que sería innecesario arruinar la imagen perfecta que Lady Windermere tiene de su madre. Al mismo tiempo, podemos pensar que es una excusa para no tener que lidiar con la reacción de su hija al enterarse no solo del abandono, sino también del engaño de Mistress Erlynne. En esta cita se pone de relieve el tema del absolutismo moral. El hecho de que Mistress Erlynne no le revele a Lady Windermere que es su madre, ¿la convierte en una buena o mala persona? Por un lado, continúa negando a su hija, pero, por el otro, está preservando la reputación de Lady Windermere. A partir de esta dificultad de circunscribir a Mistress Erlynne a un juicio moral unívoco, Wilde problematiza el concepto de absolutismo moral que imperaba en la sociedad victoriana.