El Desfile del Amor Citas

Citas

“Hay algo triste y sucio en ese rumbo que hasta hacía poco lograba sostener aún ciertos alardes de elegancia, de antigua clase poderosa, maltratada pero no vencida”.

Narrador. Capítulo 1.

Al comienzo de la novela, el narrador describe la Colonia Roma, un distrito de México que según su perspectiva está adquiriendo un estilo que se distingue mucho del anterior. La vida de ciudad, con sus subtes llenos de gente, o los variados puestos de venta callejeros, hacen lucir las calles de un modo que ya no es el de antes.

“La otra sorpresa, y ésa sí le produjo un sobresalto, una indefinible excitación, estaba contenida en los dos renglones finales del expediente. Se indicaba que los asesinatos del edificio Minerva, el mismo en cuyo patio se encontraba en ese momento, estaban posiblemente ligados a un drástico ajuste de cuentas entre agentes alemanes y sus secuaces locales. ¡Él había vivido en esta casa en el momento de ocurrir tales hechos! Tendría entonces diez años”.

Narrador. Capítulo 1

Lejos de acercarse a los datos que aportarán cada uno de los entrevistados por Miguel Del Solar, estos archivos plantean una hipótesis que lo lleva a seguir investigando. Como se puede observar a lo largo de los capítulos siguientes, la idea de que lo ocurrido esa noche de 1942 tuviera relación con agentes alemanes no llega a prosperar en ningún momento.

“Me encuentras hecha un asco, la vesícula mal, la presión y el colesterol muy altos. Sobre todo los nervios. ¡Me he sentido tan mal! ¿Te enteraste que han comenzado a inventarle a Antonio una cantidad de falsedades? No es posible que me reponga mientras esta situación no se aclare. Hay gente que se empeña en perjudicarlo; quieren hacerlo caer en una trampa”.

Tía Eduviges -Capítulo 2.

La Tía del protagonista acepta su visita y le explica que no se encuentra bien de salud, ni física ni mental, ya que se encuentra enfrentando lo que ella cree otro ataque contra su familia, esta vez contra su hijo Antonio. A lo largo de la novela, veremos que Eduviges asocia este suceso de su presente con los hechos ocurridos en 1942, creyendo que quieren inculpar a Antonio de aquel disturbio en el que ella considera que no tuvo en realidad ninguna responsabilidad.

“Visitar la galería de Delfina Uribe es un acto que todo mexicano parecido a Miguel del Solar ha realizado a través de los años de manera regular. Equivale a asistir a un concierto en Bellas Artes, por ejemplo, a las muestras retrospectivas del Museo de Arte Moderno, a la anual reseña cinematográfica; es decir, forma parte del circuito por donde necesariamente fluye ese sector de la población interesado en las artes o en lo que las rodea”.

Narrador- Capítulo 3.

El personaje de Deflina Uribe termina siendo realmente significativo, no tanto por los datos que aporta en torno a los hechos ocurridos en 1942 en una fiesta que ella misma había organizado, sino por la abundancia de elementos que va hilando en torno a la época y al mundo artístico, sobre todo pictórico y literario, en el que ella se movía por ese entonces.

“Estoy dándole vueltas a otro libro. Me interesa más, tal vez por lo reciente, la crónica del año 1942 […]. Pienso reducirme a una trilogía —en ese instante se le ocurrió por primera vez la idea—. Situaré cada libro en un año clave de México, esos años donde por alguna razón se define el sentido o la vocación del país. En 1942 encuentro elementos apasionantes… La declaración de guerra al Eje, el papel de México en la esfera internacional, el cosmopolitismo súbito de la capital, la reconciliación nacional de todos los sectores. […]”.

Miguel Del Solar- Capítulo 6.

En esta cita encontramos un aspecto basal de la novela, ya que el protagonista, el historiador Miguel del Solar, coloca en escena las razones de su interés por escribir y publicar libros de determinados años sobre la historia de México. En este caso enumera una serie de motivos que hacen relevante, a su juicio, el año 1942, como por ejemplo la tardía declaración de guerra al Eje.

“—Es posible que ambas muertes, la de Briones y la de su hijastro, estén ligadas. Casi seguro. Escobedo piensa que la serie de conflictos y peleas que se produjeron en casa de Delfina tuvieron el propósito de crear un clima de confusión que distrajera a los presentes mientras abajo asesinaban al muchacho”.

Denny -Capítulo 9.

El diálogo que Del Solar mantiene con Denny resulta amistoso y algo esclarecedor en lo que atañe a ciertos motivos psicológicos de los demás personajes. En el fragmento aquí citado, Del Solar le cuenta la hipótesis que mantiene el pintor Julio Escobedo: las peleas que se suscitaron aquella noche de 1942 en la fiesta organizada por Delfina Uribe pudieron haber sido montadas como una farsa para distraer a los invitados de lo que realmente importaba, que era el ataque a Pistauer.

“Un chantajista, un patán, un galán de quinta. Vagamente le pareció recomponer en la memoria la imagen de un hombre flaco, dientón, enfundado en un traje oscuro a rayas, con un sombrero cuya ala le cubría parte de la cara. ¡Martínez, galán y diplomático! ¡El gran bastonero de oro en el desfile del amor”.

Narrador -Final del capítulo 9.

Esta cita resulta relevante en lo que respecta a la conexión del título de la novela con uno de sus personajes que aparentemente resulta central: Martínez. Parece ser que Martínez, en alguna ocasión, confesó que pretendía montar escenas para divertir a las personas, incluso más, para unirlas desde el amor. Por supuesto, esto resulta casi grotesco, ya que siempre sus actitudes y actos son descritos por los demás personajes como violentos y hasta repulsivos. Por lo tanto, el título de la novela misma parecería resultar grotesco y algo burlón.

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