La llave (Motivo)
La llave aparece como un motivo recurrente a lo largo de la novela, y se asocia a la sabiduría y a la capacidad de revelar lo que está oculto y acceder a lo inaccesible. Además, el motivo de la llave precede al del tesoro, y muchas veces es una condición para conseguirlo.
En el capítulo 2, Bilbo les roba una llave a los trolls y con ella obtienen el tesoro y las espadas élficas que serán de gran utilidad a lo largo de la aventura. En la Montaña Solitaria, el motivo de la llave se conjuga con el de la puerta secreta, y es gracias a esta fusión que los personajes son capaces de ingresar a la montaña por un pasadizo alternativo y no por la entrada principal. Nuevamente, es Bilbo quien descubre el enigma de la puerta secreta, pero la llave que permite su apertura está en manos de Thorin. En este sentido, las llaves también se asocian a la herencia y al estatuto de un personaje: Thorin, el líder de la compañía, es quien tiene la llave que les permite el acceso a la montaña.
El tesoro (Motivo)
Las recompensas son un motivo recurrente en los relatos de aventura, y una parte fundamental del camino del héroe: tras el enfrentamiento con diversos obstáculos y oponentes, el héroe obtiene una recompensa que, en general, en los relatos tradicionales se presenta bajo la forma de un tesoro, rico en oro, plata y piedras preciosas. En El hobbit, el motivo del tesoro está atravesado además por la búsqueda de venganza y la reconstrucción del Reino bajo la Montaña: el tesoro que guarda Smaug es la suma de los maravillosos bienes acumulados por siglos de trabajo entre los enanos de la Montaña y los hombres de Valle.
El mapa (Motivo)
El mapa es otro de los motivos recurrentes del relato de aventuras: sirve como guía a los personajes en su recorrido, pero también guarda secretos que deben ser revelados. El mapa se asocia al tema de la sabiduría, y muchas veces aporta información encriptada, que solo se revela ante quienes saben leerla. Este es el caso del mapa de Thorin y Elrond: quien puede leer las runas lunares allí escondidas comprende que la entrada secreta solo se revelará en el solsticio de invierno. Esta información le permite a Bilbo encontrar luego la cerradura de la puerta secreta y abrir el pasadizo hacia el salón principal de la Montaña Solitaria.
La madriguera (Motivo)
La madriguera representa la protección y la comodidad del hogar, y es un motivo recurrente a lo largo de la novela, especialmente en la psicología de Bilbo, quien siempre está recordando su agujero hobbit y la comodidad de vivir en él. Las madrigueras son una representación positiva del motivo de la cueva, que, por oposición, puede presentarse como un lugar oscuro y peligroso para los aventureros.
El villano (Motivo)
Como en todo relato tradicional de carácter agonista, el villano es un motivo recurrente. En este caso, el principal villano es el dragón Smaug, que ha destruido los pueblos de los enanos y los hombres y duerme sobre los tesoros robados. Contra él se dirigen los aventureros, pero a lo largo de su aventura se encuentran con otros personajes que cumplen el rol de villanos, aunque con menor protagonismo. Tal es el caso de los trasgos, que son criaturas malignas que se oponen siempre a los objetivos de los personajes.
El alba (Símbolo)
La llegada del alba representa la victoria de la luz sobre la oscuridad, del bien sobre el mal. El alba es un símbolo que constela en torno a la idea del bien, y aparece recurrentemente en toda la obra de Tolkien. En El hobbit, el alba muchas veces trae la solución a los problemas nocturnos, o se manifiesta como un momento de renovación de las esperanzas y los ánimos cansados.
La luz y la oscuridad (Motivo)
La luz y la oscuridad son motivos recurrentes que se asocian al bien y al mal. Hay una larga aparición de ambos motivos a lo largo de toda la narración, especialmente de la oscuridad asociada a las cavernas y a los trasgos, y la luz representada por los elfos y sus armas. Gandalf, por ejemplo, hace brillar a Glamdring en la oscuridad de las cavernas del rey trasgo, y con esa luz guía a los enanos y confunde a los trasgos. En la Batalla de los Cinco Ejércitos, el choque entre la luz y la oscuridad representa a las fuerzas del bien y del mal luchando por el dominio de la Montaña.
La cautividad, la vigilancia y la invisibilidad (Motivos)
A lo largo de la novela, la necesidad de esconderse se hace presente en muchas ocasiones y es algo que diferencia particularmente a este grupo de aventureros del grupo tradicional de héroes. Los héroes, por lo general, no deben esconderse constantemente de sus enemigos sino todo lo contrario; se revelan ante ellos para combatirlos. Pero Bilbo es un héroe que necesita de la invisibilidad para lograr sus cometidos. Esto también, al final de la novela, se revela como un plan narrativo de Tolkien: en la inmensidad de la Tierra Media, hasta la criatura más pequeña y anónima tiene un papel que jugar y puede ser un héroe. Bilbo ha puesto en marcha la rueda del destino y ha ayudado a que se cumplan las profecías. Sin embargo, su labor es invisible y no será recordado por los pueblos humanos y enanos como el gran héroe de esta historia.
El motivo la vigilancia, por otra parte, está conectado al de la cautividad, ya que el grupo es capturado en más de una ocasión, a pesar de los sistemas de vigilancia que establecen. Bilbo también es capaz de cumplir el papel de héroe ya que es el vigilante: tiene el sueño liviano y nota el peligro antes que los enanos; esto es lo que le permite dar aviso de la presencia de trasgos en la cueva, o lo salva de ser atrapado irremisiblemente por las arañas en el Bosque Negro.