Harry Potter y la piedra filosofal cuenta la historia de un huérfano de once años que repentinamente descubre que es un mago. J.K. Rowling comienza a escribir el libro en 1990, en un viaje en tren de Manchester a Londres durante el cual se le presenta la idea de un niño con poderes mágicos. Al describir su pensamiento en aquella época, Rowling escribe: "un niño flaco, pequeño, de cabello negro y con anteojos se fue transformando cada vez más en un mago frente a mí... Comencé a escribir La piedra filosofal esa misma noche. Sin embargo, las primeras páginas no se parecen en nada al producto final".
A lo largo de los seis años siguientes, Rowling trabaja paulatinamente en completar la historia del joven mago. A pesar de la trágica muerte de su madre, el dramático divorcio de su primer marido y la lucha contra la depresión y el desempleo, Rowling continúa trabajando en Harry Potter con tenacidad y resolución. En vez de desligarse de su trasfondo, incorpora muchas de sus dificultades personales en su narración, particularmente la pérdida de su madre, que expresa a través de la lucha continua que sostiene Harry para superar la muerte de sus padres.
En un principio, los intentos de Rowling para publicar el libro no son exitosos. La escritora encuentra un agente en la compañía "Christopher Little Literary Agents" dispuesto a buscar editores para su libro, pero el manuscrito es rechazado por doce casas editoriales diferentes. La razón principal del rechazo era que el libro tenía 90.000 palabras, demasiado extenso para un libro infantil. El agente de Rowling finalmente recibe una oferta de "Bloomsbury Children's Books" en Londres. A esta editorial no le importaba la extensión del libro, pero sí estaban preocupados por el nombre de la autora, ya que "Joanne Rowling" no les parecía un nombre atractivo para un público infantil. La solución es entonces darle un pseudónimo andrógino: J. K. Rowling (J por "Joanne" y K por "Kathleen", la abuela favorita de Rowling).
En junio de 1997, Bloomsbury publica mil ejemplares del libro bajo el título Harry Potter and the Philosopher's Stone (Harry Potter y la piedra filosofal). Poco después de su publicación, el libro comienza a recibir excelentes reseñas de lectores y críticos, así como también el primero de muchos premios literarios. La editorial "Scholastic Inc." gana entonces los derechos para su publicación en Estados Unidos por $105.000 dólares y publica el libro bajo el título de Harry Potter and the Sorcerer's Stone (Harry Potter y la piedra del hechicero). La editorial también cambia el léxico de la variedad británica para hacerlo más accesible al lector infantil norteamericano. Tiempo después, Rowling admite no haber accedido al cambio del título para su publicación en Estados Unidos, pero que en ese momento de su vida no estaba en posición como para poder discutir sobre la cuestión.
A pesar de estos cambios menores en la versión estadounidense, el libro es aquí incluso más exitoso que en Gran Bretaña. Además de recibir excelentes reseñas del Boston Globe y del New York Times, la nueva edición es seleccionada para competir por el premio al mejor libro de la biblioteca de Nueva York y numerosos otros galardones.
En agosto de 1999, la primera novela de Rowling alcanza la cima en la lista de bestsellers del New York Times, y se mantiene en ella casi todo el año. Este dominio absoluto del ranking solo llega a su fin cuando el New York Times cede ante la presión de otras editoriales y crea un ranking separado para bestsellers de libros para niños.
A pesar de su universal éxito, Harry Potter y la piedra filosofal inspira también en su momento una gran controversia religiosa, particularmente en los Estados Unidos, donde algunos religiosos conservadores argumentan que la novela promueve creencias satánicas y que debería ser prohibido en las escuelas públicas. En 2005, cuando el Papa Benedicto XVI es todavía cardenal, critica la saga, argumentando que los libros de Rowling pueden distorsionar el cristianismo en el alma de los niños, evitándoles crecer en la fe apropiadamente. Al mismo tiempo, muchos grupos religiosos aclaman la saga, alegando que promueve la visión cristiana del bien y del mal y explica a los niños el concepto del sacrificio personal.
Hoy en día, las controversias religiosas en torno a los libros han quedado en el pasado, aunque algunas minorías han criticado a Rowling por su xenofobia y su transfobia. Estas críticas, que continúan incluso en la actualidad, son dirigidas a la persona mediática de J. K. Rowling, pero no suelen atacar a la saga, y existe un amplio consenso para considerarla una de las obras juveniles fundamentales del siglo XXI.