Harry Potter y la piedra filosofal

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La gordura

A lo largo de todo el libro, Rowling realiza una serie de descripciones visuales que colocan a la gordura como un rasgo negativo en muchos personajes, y especialmente en los Dursley. En este sentido, los calificativos en torno a la gordura parecen constelar junto a otros adjetivos que tienen una connotación negativa y que, a veces con humor y otras con brutalidad, marcan rasgos de la personalidad de algunos personajes.

Vernon Dursley es presentado como "un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello..." (p. 9) además de iracundo, intolerante y prepotente. Dudley, al igual que su padre, "era muy gordo y detestaba el ejercicio, salvo, por supuesto, que significara golpear a alguien" (p. 24). Cuando más adelante en la narración Hagrid (un hombretón gigante que no es gordo sino "robusto y musculoso", y cuya presentación es positiva) hechiza a Dudley y le hace crecer una cola de cerdo, las imágenes de la gordura aparecen con mayor virulencia: "Dudley brincaba con las manos sobre su gordo trasero, mientras aullaba de dolor. Cuando les dio la espalda, Harry vio una enrulada cola de cerdo, saliendo a través de un agujero en los pantalones" (p. 55). Lo que es más, la gordura es un factor del que Hagrid se burla con Harry: "Quise convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya se parece mucho a un cerdo y no había mucho por hacer" (p. 55).

En Hogwarts, las descripciones visuales en torno a la gordura continúan y se vuelven caricaturescas: el fantasma de la casa Hufflepuff (una casa menor en la narración) es descrito como petiso y gordo y, desde ese momento se lo llama "el Fraile Gordo" (p. 101); el retrato que protege la entrada a la sala común de Gryffindor es "una mujer muy gorda, con un vestido de seda rosa" (112), e incluso el troll que entra durante la noche de Halloween es descrito por su gordura, al igual que por su deformidad y su estupidez.

Finalmente, la gordura aparece en otro personaje de una forma curiosa: Neville Longbottom, estudiante de primer año de Gryffindor, es descrito de forma casi caricaturesca, con una "cara redonda" (p. 83), olvidadizo, que pierde las cosas y es bastante torpe para todo. De él dicen, incluso, que necesita ayuda para pasar por el agujero redondo en la pared que es la entrada a la sala común de Gryffindor (p. 112). Las descripciones de este personaje proponen una visión negativa que llena al lector de lástima y que contrasta luego con las acciones que Neville realiza. De esta manera, Rowling parece ofrecer una especie de redención y trata de dejar al lector una enseñanza (podríamos decir que ambigua y cargada de prejuicio), como si le dijera: "atención, que una persona puede ser valiosa y demostrar coraje a pesar de ser torpe, olvidadizo y gordo".

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