Lástima que sea una puta

Lástima que sea una puta Imágenes

Anabella

En el segundo acto, durante un diálogo entre el fraile y Giovanni, este último describe a su amada hermana. Esta es la única imagen de Anabella que se presenta en toda la obra, así como la única descripción que se da sobre el aspecto físico de un personaje. Como vemos, la descripción, compuesta de abundantes imágenes sensoriales, tiene como objetivo realzar la belleza de la joven.

Observad bien su rostro, y en esa pequeña rerdondez
Podréis ver un mundo de variedad:
Para el color, sus labios; para dulces perfumes, su aliento;
Para joyas, sus ojos; para hilos del más puro oro,
Su cabello; para delicioso surtido de flores, sus mejillas;
En cada porción de ese trono, maravillas.
Escuchadla hablar, y juraréis que las esferas
Componen música para los habitantes del Cielo.
Mas, padre, lo que no ha sido hecho para otra que para el placer,
Eso quedará sin nombrar para no ofender vuestros oídos (p. 114).

El infierno

En el tercer acto, el fraile intenta que Anabella recapacite respecto del pecado que comete junto a su hermano. Para ello, le describe detalladamente el infierno, el lugar al que estarán condenadas sus almas si no se arrepienten y detienen sus comportamientos incestuosos. Con el objetivo de asustar a la joven, el fraile describe el infierno con gran detalle y hace énfasis en las situaciones horrorosas que allí acontecen:

Hay un lugar
—Escuchadme bien, hija— en una cripta negra y cavernosa
En la que no se ve la luz del día; allí nunca brilla el sol,
Sino el llameante horror de los fuegos que consumen,
Un sulfuro tenue, asfixiado por humeantes nieblas
De infecta oscuridad; en este lugar
Habitan miles y miles de variadas suertes
De inacabables muertes; allí las almas condenadas
Rugen sin piedad; hay glotones alimentados
Con sapos y víboras; hay aceite hirviente
Deslizándose a través de la garganta del borracho; el usurero
Es obligado a ingerir tragos enteros de oro fundido;
Ahí está el asesino por siempre acuchillado,
Y sin embargo nunca puede morir; ahí yace el lascivo
Sobre el potro de ardiente acero, mientras que en su alma
Siente el tormento de la lujuria voraz (p. 140).

Las acotaciones de escena

En las obras de teatro, al inicio de las escenas suelen encontrarse las acotaciones o didascalias que indican cuestiones relacionadas con el espacio, la escenografía, la música, la ubicación de los personajes al iniciar la escena y sus respectivas acciones, si las tienen. Al inicio de la cuarta escena del tercer acto, la acotación describe la situación en la que se encuentran Anabella y el Fraile, además de mencionar algunos pocos objetos que hay en el escenario: "(Entran el FRAILE sentado en una silla, ANABELLA arrodillada y susurrándole al oído; hay una mesa delante de ellos y velas encendidas; ella llora y se retuerce las manos)" (p. 140). Luego, en la primera escena del cuarto acto, hay otra acotación que incluye detalles sobre la vestimenta de algunos personajes y la música con la que inicia la escena: "(Entran HIPÓLITA y otras damas, enmascaradas y con blancos ropajes, con guirnaldas de flores y hojas de sauce. Música y baile)" (p. 154).

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